El Barakaldo echa mano de la cantera vizcaína para cerrar su plantilla

Todo listo. El Barakaldo de balonmano ya tiene cerrada su plantilla para la próxima temporada. La brillante pasada temporada del conjunto auriazul, que le llevó a terminar la campaña rozando los puestos de play off, ya es pasado. El combinado de Txanpi Rivero comenzará la pretemporada el 8 de agosto con las bajas de Slobodan Veselinovic, Bruno Peña y Xabier González. Pese a las penurias económicas que sufre la entidad baracaldesa, donde sus jugadores acumulan nueve meses de retraso en el pago de sus nóminas, el club podrá suplir esas ausencias y afrontar la nueva temporada con garantías con un bloque solvente. «No tendremos más de catorce jugadores. Las arcas no están para tirar cohetes. No nos podemos pasar y tiraremos con lo que tenemos», señaló ayer el secretario del club, José María López Chandro.

Una de las bajas más notables será la de Bruno Peña, que deja el equipo por «motivos de desplazamiento», ya que el jugador es cántabro y residía en Santoña. Su puesto de pivote lo ocupará, Lander Borda. El jugador de 24 años llega al primer equipo desde el filial, tras destacar la pasada temporada.

También abandona el equipo Xabier González «por motivos personales» y en su demarcación de extremo izquierdo y acompañando a Oier García le sustituirá otro jugador con «proyección»: Mikel Macías. Este bilbaíno de 21 años también ha militado la pasada campaña en el juvenil. «Ambos jugadores ya habían entrenado con el primer equipo y Txanpi les conocía. Son buenos y pueden aportar mucho», asegura el secretario. Pero el club también ha echado el ojo fuera de Lasesarre y ha fichado al bilbaíno Endika Sarasola, procedente del Aparcabisa Trapagaran de Primera División. Las tres caras nuevas son jugadores vizcaínos, confirmando así objetivo clave del Barakaldo de nutrirse con gente de la tierra.

Otra de las novedades será el retorno de Slobodan Veselinovic al banquillo auriazul. Será su segunda etapa. El gigante de origen serbio afincado en Euskadi desde hace más de una década volvió a la plantilla del Barakaldo en 2009 tras haberse retirado y pasar al equipo técnico. Este año su papel ha sido crucial tanto para reforzar la moral del vestuario y fortalecer su defensa, donde, pese a sus 43 años, pocos le hacen sombra. Pero, el jugador ha decidido colgar las botas de manera definitiva, pero sin desvincularse del club. Será segundo de Rivero.