Los conductores recibirán las multas de radar antes de 15 días

«Iba por la autopista a 140 de marcador. Adelantaba por el carril izquierdo y al terminar la maniobra, justo allí, estaba el radar. Lo vi justo cuando me ponía a su altura, frené hasta 110, pero lo hice según lo rebasaba. El flash no saltó, o al menos yo no lo vi. ¿Me habrán fotografiado? ¿Salta el flash siempre, incluso de día? Era un día nublado a las dos la tarde ¿Mide la velocidad cuando estás a su altura (entonces me ha cazado seguro) o cuando ya se ha pasado? Si es lo segundo, ¿sabéis a cuántos metros?». Este relato es real. Un conductor lo ha colgado en internet y es uno de tantos de contenido similar, pero refleja muy bien el sinvivir de los conductores cuando sospechan que han sido cazados por un detector de velocidad. La intranquilidad termina en el momento en que un empleado de Correos entrega la carta certificada con la sanción, pero el envío suele tardar en llegar.

Situaciones de este tipo están a punto de no repetirse en Euskadi. El Departamento vasco de Interior anunció ayer su intención de notificar antes de dos semanas las sanciones captadas de forma automática, es decir, mediante radares fijos. Estas infracciones por exceso de velocidad suponen en torno al 40% del total de multas por comportamientos irregulares al volante. Para poder hacerlo, ha entrado en funcionamiento un servicio de nombre un tanto extraño: el CATIT o lo que es lo mismo, el Centro Automatizado de Tramitación de Infracciones de Tráfico. La directora de Tráfico, Amparo López, explicó que esta dotación está ubicada en las instalaciones del Centro de Gestión de Tráfico de Euskadi, en el barrio bilbaíno de Txurdinaga. «Su objetivo es tramitar de manera unificada y en tiempo real la totalidad de la información facilitada por todos los radares fijos, comprobar las infracciones, contrastar los datos del vehículo con los registros de la DGT y dar inicio de manera inmediata al proceso de comunicación al infractor».

El método de funcionamiento del nuevo sistema es, en teoría, sencillo. La técnico que lo ha implantado, Izaskun Gorigolzarri, explicó que se trata de un sistema informático y de telecomunicaciones que conecta los dispositivos a pie de carretera con el centro de operaciones del CATIT. Esta rápida conexión es la que permitirá comunicar a medio plazo las infracciones cometidas en un plazo no superior a los quince días hábiles, lo que contribuirá a evitar los casos de acumulación de sanciones a un mismo conductor, algo que suele darse con relativa frecuencia cuando se acostumbra a realizar un mismo itinerario.

59 detectores

Amparo López añadió que la puesta en marcha de este sistema automatizado lleva aparejada la desactivación de once de los setenta radares ahora existentes en la red viaria vasca. Casi la mitad de ellos -32, en concreto- se estrenaron a la vez, en Semana Santa del año pasado. Por tanto, las carreras de Euskadi contarán con 59 detectores, aunque solo 17 cámaras se alternaran por ellos. De los once que dejarán de utilizarse de forma progresiva en las próximas semanas, ocho están en Vizcaya y tres en Guipúzcoa. La razón por la que se eliminan es, según la directora de Tráfico, «la mejora de la seguridad y el descenso de la siniestralidad» que se viene registrando, además de las mejores condiciones de algunas carreteras.

Algunos de los dispositivos de medición de la velocidad a desactivar se encuentran en tramos en los que existen otros radares y en los que la tasa de accidentes ha disminuido de manera significativa, por lo que se considera que se puede conseguir el mismo nivel de control de la seguridad viaria con menos dispositivos. En otros casos, el punto en el que se sitúa el radar ha cambiado sus características, por lo que ya no resulta necesario.

En cualquier caso, tras la desactivación, Tráfico estará pendiente de la evolución de la seguridad en los tramos afectados durante los próximos meses. Este análisis permitirá rectificar la decisión si se ve que la retirada tiene consecuencias negativas. ¿Cómo? Mediante la utilización de los radares móviles de la Ertzaintza e, incluso, poniendo nuevamente en marcha el detector desactivado, porque las cabinas que los alojan no serán retiradas.