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DAVID GUADILLA
Viernes, 27 de mayo 2011, 17:59
Nada ha variado. Por lo menos, no lo básico. El anuncio de la ministra de Defensa, Carme Chacón, de que no se presentará a las primarias del PSOE no ha modificado la hoja de ruta diseñada por Patxi López y los principales dirigentes del PSE para lograr la «regeneración» del partido y abrir «un profundo debate para tener claro hacia dónde vamos». Los socialistas vascos siguen defendiendo la necesidad de celebrar un congreso, tal y como sostuvo el pasado martes el lehendakari en una comparecencia pública que generó un auténtico terremoto interno en una formación ya asolada por la debacle electoral del domingo.
A partir de ese movimiento, las réplicas han sido variadas. La última se produjo ayer alrededor de las 14.00 horas, cuando Chacón compareció ante los medios en Ferraz para comunicar su decisión de no presentarse a las primarias. Media hora antes, al menos tres de los principales dirigentes socialistas vascos estaban al tanto de que la ministra iba a hacer una declaración. Solo había dos opciones, un cara o cruz: si se presentaba o no a las primarias que, en teoría, va a convocar mañana el comité federal del PSOE.
El paso atrás anunciado por la titular de Defensa fue recibido con contenida satisfacción. Cuando López desveló el martes que abogaba por un cónclave, también señaló que la celebración de unas primarias no es lo que piden los ciudadanos ni lo que necesita el partido.
Aunque desde la cúpula del PSE rechazan de plano esta tesis, aquellas palabras suponían un ataque directo a José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando el presidente del Gobierno anunció el 2 de abril que no repetiría como candidato a La Moncloa en 2012, diseñó un camino que conducía a unas elecciones internas. Esa era su decisión y López, con el apoyo de otros 'barones' autonómicos, le ha llevado la contraria.
Entre otros motivos, porque consideraban que unas primarias solo servirían para provocar un cisma interno entre los partidarios de los diferentes candidatos, que según todas las quinielas, iban a ser dos: Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba.
La apuesta por el congreso también suponía un riesgo. En 2000, cuando Zapatero fue elegido secretario general, hubo cuatro candidatos y un importante debate. Pero los socialistas vascos, o por lo menos sus principales dirigentes, sostienen que tras un cónclave de este tipo, el líder sale fortalecido y con todo el partido detrás, algo que no está asegurado con unas primarias.
El miércoles por la mañana, Zapatero insistía en que habría elecciones internas. En una conversación telefónica con López, le transmitió que un congreso provocaría un cisma en el partido. Además, y eso no lo dijo, tendría otro efecto.
La elección de un nuevo secretario general en julio dejaría en una situación más que complicada a Zapatero, ya que ser presidente del Gobierno sin encabezar el PSOE es un escenario que no puede prolongarse demasiado en el tiempo. En esta hipótesis, la opción de un adelanto de los comicios sería la más plausible. Y no desagrada demasiado a muchos socialistas, temerosos de que el suelo electoral del partido esté todavía más abajo de donde se situó el domingo. Conscientes de que quizá haya que tomar más medidas impopulares, lo mejor sería ir a las urnas cuanto antes.
Sin preferencias
Salvo sorpresas, la retirada de Chacón deja tocada la estrategia de Zapatero. Desde hace unas semanas, la ministra se había convertido en la favorita del presidente, tras un cierto distanciamiento con Rubalcaba. Aunque el comité federal abra mañana de forma oficial el proceso de primarias, es improbable que se presente un candidato alternativo al que está en todas las quinielas: el propio Rubalcaba.
El primer objetivo de López está cumplido. No tanto porque Chacón le generase rechazo, sino porque solo habrá un aspirante en liza. «No es una cuestión de preferencias por uno u otro candidato, sino de que el partido debe decidir su futuro y no entrar en debates personales», sostenían ayer desde el entorno del secretario general del PSE. Incluso, el portavoz, José Antonio Pastor, señalaba anoche que el gesto de Chacón «le honra».
En este sentido, las mismas fuentes insisten en la necesidad de celebrar un congreso que marque las futuras líneas del PSOE. En muchos medios se apuntó la posibilidad de que Chacón se hubiese 'entregado' para salvar la cabeza del presidente del Gobierno. De esta manera pretendería contentar a los 'barones' que piden un cónclave anulando las primarias.
Pero los dirigentes del PSE creen que el debate sobre el mensaje del partido tiene que estar sobre la mesa. De lo que se trata, también, es de evitar que el comité federal sea una batalla. Por eso es decisiva la reunión de esta tarde en Ferraz. Lo más probable es que se busque una solución intermedia, que sin desautorizar a Zapatero, se demuestre que las tesis de López y los 'barones' afines salen ganadoras, si no en su totalidad, al menos en parte. Como en toda negociación, partir de un tope máximo, ceder en algo y lograr lo que se quiere: visualizar que el PSOE afronta las generales con un o una líder fuerte.
Todas las opciones están sobre la mesa. Pero López tiene otro frente abierto. Muchos militantes del PSE también exigen un proceso de reflexión en Euskadi tras los malos resultados del domingo. La dirección del PSE insiste en que llegará la próxima semana, en un comité nacional que se prevé intenso.
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