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DEPORTES GUIPÚZCOA

La derrota no empaña la fiesta de despedida del Arrate

La afición y el equipo albiazul se fundieron en un abrazo en el adiós a la campaña en el polideportivo de Ipurua

LETIZIA GÓMEZ

Sábado, 14 de mayo 2011, 04:56

El Arrate no pudo poner el broche de oro a su despedida, pero la previsible y a la vez intrascendente derrota no logró empañar una emotiva despedida a un equipo que lo ha dado todo para que Eibar siga teniendo un equipo en la Asobal. Aunque aún persiste la duda de si será posible o no ver a los albiazules de nuevo en la máxima categoría, la ciudad armera ha demostrado que está por la labor de seguir luchando para tener balonmano del bueno.

Ayer se trataba de disfrutar con el último partido en casa y se notó que los seguidores tenían ganas de agradecer el esfuerzo de la plantilla y que los jugadores querían a su vez rendir un homenaje a una afición que le ha dado cariño cuando más lo necesitaban. Lo de menos era el resultado, porque de forma milagrosa el Arrate había logrado ya la permanencia matemática a falta de dos jornadas. Por eso y tras perder de forma digna ante un Granollers que quería hacer suya la tercera plaza, se fundieron en un simbólico abrazo que para muchos de los integrantes del equipo supone también su adiós definitivo del club. A algunos se les seguirá viendo por las pistas españolas, mientras que otros, los más jóvenes, los que más ilusión tienen por defender los colores de esta entidad seguirán con la experiencia acumulada este año.

Dura pelea inicial

A la escuadra eibarresa no le hacían falta los puntos en disputa, pero siempre sabe mejor bajar el telón en casa con un último regalo para sus seguidores, pero el Granollers sobre el papel se presentó como un rival prácticamente imbatible y demostró esa condición sobre la cancha. Los albiazules no sólo aguantaron bien durante gran parte de la primera mitad, sino que además dominaron el marcador hasta el minuto 15 de partido. Ahí comenzaron una serie de discutibles decisiones arbitrales que sutilmente ayudaron a que el Granollers tomara impulso para ir abriendo hueco en la recta final del primer período.

No importaba. La gente seguía apoyando a su equipo, porque este partido se prestaba a eso. Con las gradas engalanadas de banderas con los colores del club, el público disfrutaba de la última ocasión para ver a grandes jugadores, como Nikcevic, que ofreció un recital de lanzamientos, pero también con las paradas de Igor Moyua y la gran actuación de Tokic, que se marchó a casa con ocho goles en su cuenta.

Además, Garetxana, Azkue, Telletxe e incluso Mikel Arrieta tuvieron sus minutos, así que todos se quedaron contentos.

Esa relajación propició también que en la segunda mitad, el conjunto catalán, que sí tenía en juego un importante objetivo, fuera ampliando su renta hasta situarse a 9 por encima (18-26), aunque al final la derrota fue por seis tantos de diferencia.

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