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Ruth Mayoral y Oihane Korres, responsables del proyecto Zawp, en uno de los pabellones que se destinarán a acoger iniciativas culturales. :: REPORTAJE FOTOGRÁFICO: LUIS ÁNGEL GÓMEZ
Jóvenes insuflan vida cultural a las naves de Zorrozaurre antes de que las derriben
VIZCAYA

Jóvenes insuflan vida cultural a las naves de Zorrozaurre antes de que las derriben

La asociación La Haceria arteak alquila espacios a bajo coste para artistas noveles

JORGE BARBÓ

Lunes, 2 de mayo 2011, 19:06

A Zorrozaurre le han salido nuevos vecinos. Los proyectos urbanísticos que se están fraguando en los despachos del Ayuntamiento servirán para convertir la península en un barrio de vanguardia. También suponen la condena a muerte para la mayoría de los pabellones que pocos años atrás acogieron actividades fabriles. Inmensos espacios donde los metros cuadrados no son un problema y que hasta ahora sólo servían para que vieja maquinaria, cajas de cartón y otras herramientas acumulasen polvo en su interior. La asociación La Hacería arteak, un grupo de jóvenes creativos vinculados con el barrio desde hace más de una década, se propuso insuflar vida a estas naves antes de que sean reducidas a escombros. Y lo han logrado. Han sacado adelante una iniciativa de alquiler de espacios 'low cost' para artistas en los mismos lugares donde los obreros iban al tajo a diario.

«Conocemos el pasado del barrio y el futuro ya está diseñado. El durante es lo que nos provocaba incertidumbre», sentencia la socióloga Ruth Mayoral, coordinadora del proyecto Zawp (Zorrozaurre Art Working Progress) en el que se incluye el plan de cesión de espacios temporales para el desarrollo de actividades creativas en la península. Más allá de planteamientos filosóficos, el espíritu de la iniciativa era sencillo. Alquilar las naves abandonadas a bajo precio a sus propietarios, reformarlas «con una inversión mínima» y adaptarlas para que sus inquilinos, artistas noveles en el comienzo de su carrera, pudieran utilizarlas como estudio. Todo eso conscientes de que dentro de unos años los esfuerzos también se irán abajo con la llegada de la piqueta. Sólo 19 pabellones de Zorrozaurre se conservarán por su valor arquitectónico y en ninguno de ellos se pretende actuar ahora.

Serrería, almacén de tablas y factoría maderera. Los antiguos usos que antes tenían las naves han servido para rebautizarlas en su nueva andadura. No es el único guiño que se ha hecho al pasado. Las construcciones conservan su estructura original y la mayor parte de sus elementos, como la característica techumbre de madera, pero con un aspecto remozado. Hace pocas semanas otros trabajadores volvían a franquear los portones de las fábricas olvidadas de Zorrozaurre. Albañiles, electricistas y pintores se afanaban en lavar la cara a estas naves aletargadas. Después de que un equipo de arquitectos diera el visto bueno a la estructura, los operarios se centraron en acometer las obras necesarias para adaptar los vetustos edificios a la normativa de seguridad vigente -una de las pocas condiciones que impuso el Ayuntamiento para dar luz verde al proyecto-. «Se han ignifugado los techos de madera, hemos pintado y se ha cambiado la instalación eléctrica. Nada más, la intervención ha sido mínima», enumera la coordinadora del proyecto.

Una vez finalizados los trabajos, los edificios están listos para acoger a sus primeros moradores, los 'zawpers', «durante la primera quincena de mayo». La asociación cultural La Hacería ha publicado ya a través de Internet la convocatoria de solicitud de espacios en alquiler en la que se pueden encontrar 'gangas' como un estudio desde 127 euros -en una nave compartida, destinada para acoger artistas plásticos- hasta los 592 que cuesta un inmenso pabellón, acondicionado con una tarima de madera «ideal para acoger actividades relacionadas con las artes escénicas». Además, aquellos que no precisen de un gran espacio podrán alquilar una oficina en un módulo independiente por 165 euros. Los precios incluyen Internet, agua, luz y seguridad -los espacios contarán con un servicio de alarma- están subvencionados por Zawp al 25% del coste real de los espacios a través del departamento de Cultura del Gobierno vasco. «Sabemos que no se puede encontrar un espacio así en Bilbao a este precio. Pero nosotros no somos una inmobiliaria», argumenta el director de Hacería arteak, Manu Gómez-Álvarez. «No hay ningún beneficio económico en todo esto», subraya.

500.000 euros

Los proyectos utópicos se suelen dar de bruces con la realidad a la hora de llamar a la puerta de las instituciones. En este caso no ha sido así. Desde un principio la propuesta de Zawp fue vista con buenos ojos por la Administración. El área de Urbanismo del Consistorio bilbaíno otorgó licencias provisionales «para usos compatibles con viviendas» y Lan Ekintza apoyó el proyecto dentro de sus planes promocionales de industrias creativas. Además, la reforma corre a cargo de jóvenes desempleados que participan en el programa de inserción laboral de la sociedad municipal que preside Jon Sustatxa. Pero faltaba un asunto no menos importante: la financiación. El departamento de cultural del Gobierno vasco destinó medio millón de euros dentro del programa fábricas de creación cultural que promueve la rehabilitación de espacios. Una cantidad que ha servido para hacer realidad por un tiempo -quién sabe cuánto- la utopía cultural de Zorrozaurre.

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