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EVA MOLANO
Domingo, 1 de mayo 2011, 04:45
La estación depuradora de aguas residuales de Lamiako, ideada para culminar el Plan Integral de Saneamiento del Nervión y aliviar a la saturada planta de Galindo, parece haberse atascado. El inicio del tajo estaba previsto para 2010, después de que hace cuatro años se decidiera retomar el proyecto ideado en 1979. Pero lo cierto es que su tramitación ambiental se dilata en el tiempo, aunque debió finalizar hace ya meses, según las propias previsiones de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Y, en consecuencia, la construcción no empieza, ya que emitir la Declaración de Impacto es un paso previo indispensable antes de la aprobación del anteproyecto y de la licitación de la obra.
Mientras que el Ministerio de Medio Ambiente -encargado de financiar esta obra de interés general- achaca la falta de avances a la no conclusión de este proceso, portavoces institucionales apuntan a que la crisis lo ha paralizado tras varios intentos de reflotarlo buscando fórmulas alternativas de financiación que aliviasen parte de los al menos 116 millones que cuesta.
Ya el año pasado Pedro Barreiro, gerente del Consorcio de Aguas, puso en duda la ejecución de la infraestructura al considerar que sería una actuación afectada por el plan de recortes contra la crisis del Gobierno central. Y según indicaron fuentes cercanas al proyecto, Medio Ambiente apostó por una financiación mixta con la iniciativa privada, pero la idea fracasó porque las empresas se mostraron reacias.
Ángel Cajigas, el presidente de Atta -Asociación de Empresas de Tratamiento de Agua- apuntó que recurrir a los sistemas de concesión era una opción del Ejecutivo para corregir los desfases presupuestarios para construir estas plantas y señaló a Lamiako como ejemplo de las dificultades que entrañaba esta fórmula. Una vez descartada, el Ministerio solicitó la colaboración de las instituciones vascas en una mesa de trabajo para fiscalizar el desarrollo del proyecto. «Dado el elevado coste, la Dirección General del Agua del MARM está explorando, conjuntamente con el Gobierno vasco y el Consorcio de Aguas de Bilbao, diferentes vías para licitar la obra, de tal forma que, a pesar de la situación económica actual, se pueda resolver en un plazo razonable la ejecución de la nueva EDAR», confirmaron fuentes del Ministerio. El director de URA, Iñaki Urrizalki, fue más claro al explicar que las instituciones implicadas trabajaban «para buscar las fórmulas de financiación para ejecutar el proyecto».
Las negociaciones no han transcendido, ni se han dado nuevos pasos. El alcalde de Leioa, Eneko Arruebarrena, admite no tener noticias de la depuradora desde hace meses. «Mucho me temo que el proyecto está parado. Tal vez porque no disponen del dinero necesario». Otro portavoz institucional apuntó que, «en la actual, no deben considerar apropiado gastarse 100 millones en culminar la regeneración de una ría».
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