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EVA MOLANO
Sábado, 30 de abril 2011, 05:37
La jubilación no es el fin de una vida productiva, si no el principio de otra igual de provechosa y mucho más gratificante. Eso es lo que opinan los miembros de la asociación bilbaína Hartu-Emanak, volcada en el aprendizaje permanente y la participación social de las personas mayores. Una entidad con cada vez más arraigo en la sociedad vizcaína y que ya supera el centenar de socios, una extensa red de colaboradores y el apoyo de instituciones como la Diputación y los ayuntamientos de Bilbao y Barakaldo.
Los integrantes de este organismo quieren romper con las estampas llenas de tipismo concebidas sobre la tercera edad -chicharrillos, costura y huerta- y reivindicar el papel de los jubilados no sólo como ciudadanos activos, si no como transmisores de la cultura y del conocimiento. Porque la experiencia es un grado. De hecho, muchos de sus programas van encaminados a que los jóvenes aprendan de la historia viva que representan y que, gracias a ese contacto, los mayores se enriquezcan y no se 'descuelguen' de la actualidad.
Y con motivo del día europeo para la solidaridad y la cooperación entre generaciones, que se celebraba ayer, los miembros de Hartu-Emanak aprovecharon para reivindicar los beneficios de proyectos que rompen barreras entre las personas en diferentes etapas vitales. Por ello, la Asociación ha convocado la cuarta edición del concurso literario 'El legado de nuestros mayores', que trata de recuperar historias, leyendas y tradiciones orales transmitidas de generación en generación.
Historias en los colegios
Los jóvenes deben identificar a las personas que les han transmitido esas historias, anécdotas o experiencias personales. El plazo de presentación finaliza en noviembre y la entrega de premios se celebrará en Navidad en el Salón de Actos de la biblioteca de Bidebarrieta. «Se llena de niños, jóvenes y mayores que dan lugar a un encuentro intergeneracional de mucho valor», explicó Félix Hernando, responsable de la iniciativa. Los trabajos premiados son editados en una publicación que se difunde entre escuelas y bibliotecas.
Además de jornadas, charlas y actividades, la asociación desarrolla desde 2004 el proyecto 'Barakaldo, ayer' en centros escolares de esta localidad. Se trata de una campaña que lleva a varios jubilados a los colegios para contar la historia del siglo XX en el municipio a los chavales de 13 a 15 años. «Hacen más caso a una persona que ha vivido en primera persona un hecho histórico que a un libro. Además, aprenden a reconocer el esfuerzo y la aportación que han realizado a su presente las generaciones anteriores», explica Hernando.
Ahora, Hartu-Emanak trabaja para extender este proyecto fuera del ámbito escolar y a otros municipios. Este año, 903 alumnos de 12 centros han aprendido la historia de su pueblo de mano de sus mayores, y, desde que comenzara el programa, 3.592.
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