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Jesús Eguiguren y José Antonio Pastor conversan durante la sesión de ayer en el Parlamento vasco. :: BLANCA CASTILLO
El PSE intenta marcar distancias con el PP sobre Sortu sin romper el pacto
DEBATE EN EL PARLAMENTO VASCO

El PSE intenta marcar distancias con el PP sobre Sortu sin romper el pacto

Comparte «más el criterio» de los siete jueces del Supremo que apoyaron la legalización que el de los nueve que la rechazaron

DAVID GUADILLA

Viernes, 8 de abril 2011, 10:50

El Parlamento vasco evidenció ayer el difícil equilibrio en el que se quiere mover el PSE en lo que respecta a la vuelta a las instituciones de la izquierda abertzale. Los socialistas rechazaron una moción del PNV en la que se instaba al lehendakari a posicionarse a favor de la legalización de Sortu, pero también votaron en contra de una enmienda de UPyD, apoyada por el PP, en la que se exigía a los radicales que condenen «la historia criminal de ETA» para retornar a la vida civil.

Cuando todas las miradas se posan ya sobre Bildu, la Cámara de Vitoria debatió ayer acerca del futuro de Sortu, marca que, por el momento, ha sido vetada por el Tribunal Supremo. El Parlamento trató sobre una propuesta jeltzale presentada el pasado 25 de marzo, dos días después de conocerse el fallo judicial que, con siete votos particulares, denegó su inscripción en el registro de partidos.

Además de exigir a Patxi López un posicionamiento claro sobre Sortu, la moción defendida por Joseba Egibar instaba a los «poderes competentes del Estado» a favorecer la legalización del partido abertzale, «sin menoscabo de la independencia del Poder Judicial». Fue apoyada por las formaciones nacionalistas y Ezker Batua, mientras que socialistas, populares y UPyD la rechazaron.

Sin embargo, el parlamentario de esta formación, Gorka Maneiro, presentó una enmienda a la totalidad en la que pedía todo lo contrario: evitar que los grupos que «no hayan condenado expresamente la historia criminal de ETA ni exigido su disolución incondicional puedan estar presentes en las instituciones españolas». Este texto contó con el apoyo del PP. Fue un respaldo poco entusiasta, no por el fondo del texto, sino por las formas que, según los populares, empleó Maneiro al presentarlo, con furibundas críticas tanto al PP como al PSE.

Los socialistas votaron en contra sin entrar en el contenido, acusando a UPyD de cierto electoralismo, lo que les permitió marcar ciertas distancias con su socio preferente tras lo sucedido hace dos semanas. Entonces, el PSE presentó una proposición no de ley sobre Sortu que tuvo que ser aparcada tras las presiones que recibieron por parte del PP. Ayer, José Antonio Pastor intentó defender su actuación asegurando que la retirada del texto en aquel momento se hizo «por responsabilidad».

Durante el debate, el portavoz socialista también realizó otro guiño dialéctico que le permitió fijar una posición diferente a la de los populares. Al referirse a la división en el Supremo al resolver sobre Sortu, Pastor señaló que su formación, «posiblemente» comparta «más el criterio» de los siete jueces que apostaban por la legalización de la marca abertzale que el defendido por la mayoría de los jueces, reacios a dar el beneplácito a la nueva formación política.

La afirmación tampoco fue extraordinariamente contundente; de hecho, la mayoría de los parlamentarios nacionalistas siguieron acusando a los socialistas de mantener una calculada «equidistancia» para evitar posicionarse sobre el futuro de Sortu con el argumento de que deben ser los jueces quienes tengan la última palabra. En todo caso, una actitud diferente a la mantenida por el PP, que ha mostrado sus total apoyo a la sentencia publicada por el Tribunal Supremo.

Críticas al PNV

La demostración de que el PP no modifica un ápice su discurso fue la intervención de Leopoldo Barreda, muy duro con el PNV y para quien la entrada de la izquierda abertzale en las instituciones después del 22 de mayo supondría retrasar la derrota de ETA. Además, acusó a los nacionalistas de oponerse a todo lo que ha sido «eficaz» contra la banda terrorista y recordó que Juan José Ibarretxe fue investido lehendakari en dos ocasiones gracias al apoyo de «ETA-Batasuna».

Egibar, por su parte, consideró que algunos de los reproches lanzados por socialistas y populares superaban la «decencia política», rechazó cualquier tipo de «legalización preventiva» y se mostró convencido de que «toca inscribir con absoluta normalidad» a la izquierda abertzale tradicional en el registro de partidos.

Ezker Batua defendió la necesidad de que todas las «sensibilidades» estén en las urnas y Eusko Alkartasuna recalcó que «estamos entrando en un nuevo ciclo político» y que la ilegalización de Sortu solo «retrasa lo inevitable».

Fueron varios de los rifirrafes que se produjeron en un pleno de baja intensidad en el que los portavoces de los principales partidos ni tan siquiera agotaron el tiempo en sus turnos de palabra. Lo que iba a ocurrir estaba claro desde el principio. La parlamentaria que más gráficamente lo expuso fue Aintzane Ezenarro, de Aralar: «Debates viejos, argumentos viejos».

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