El año del cambio en el cine español

«Este año toca el cambio de modelo de negocio. Ocurrirá en el cine mundial y debe pasar en el español». Pedro Pérez, presidente de los productores españoles, sacó pecho ayer en el Festival de Málaga al revelar las cuentas de una cinematografía que vive un espejismo gracias a 'Torrente 4'. También alertó sobre la inmediata deriva de una industria obligada a reconvertirse. Cada año acude menos gente a las salas, pero seguimos haciendo tantas películas que no encuentran un hueco en la cartelera.

¿El futuro del cine es Internet, como proclamó Álex de la Iglesia en los Goya? «La primera ventana son las salas y la segunda es la Red», zanja el presidente de FAPAE. «Y este debate no lo vamos a hacer discutiendo por Twitter, porque hay en juego demasiados puestos de trabajo e intereses de multinacionales». Las malas cifras de 2010 son conocidas. Se produjeron la friolera de 201 películas -entre ellas 66 documentales-, aunque sólo se estrenaron 138. «Son tantas que no pueden llegar en condiciones a las salas», se lamenta Pedro Pérez.

La flojísima cuota de espectadores nacionales registrada el año pasado (12,73%), contrasta con el 70% del mercado que captura el cine americano. Sólo se colaron tres filmes españoles entre los 25 más vistos: '3 metros sobre el cielo', 'Los ojos de Julia' y 'Conocerás al hombre de tus sueños'. Este primer trimestre, en cambio, todo son alegrías gracias al huracán Torrente, que lleva amasados 17,1 increíbles millones de euros. Y no tiene pinta de parar. Santiago Segura, ayudado del éxito de 'También la lluvia' y 'Primos', ha logrado que la cuota del cine español ronde el 21%, frente al 8% del año pasado en estas mismas fechas.

En resumen, la recaudación ha aumentado un 134% y todavía queda por estrenar Almodóvar. Pero nuestro cine se enfrenta a un futuro incierto. Tele 5 ha dejado de ser la productora por excelencia y le ha cedido el testigo a Antena 3 Films, cuyos títulos lograron 29 millones de euros en 2010. Televisión Española ya no coproduce, sólo compra derechos de antena. Y, de momento, la 'ley Sinde' no ha atajado las descargas de Internet, que han hecho perder a los productores un 12%, coincidente con la cuota de taquilla. La piratería hace tanto daño a Hollywood como a nosotros.

Copia de 'Torrente' en la Red

«Hay quien dice que somos unos 'mataos' y que el cine español no se descarga», ironiza Pedro Pérez. «Ya hay una copia de 'Torrente' en la Red, y eso que en 3D es mucho más difícil de piratear. El día antes del estreno de 'Planet 51' ya se podía bajar una copia de Rusia. Hasta Almodóvar ha tenido que retrasar el lanzamiento de 'La piel que habito' para hacerlo a la vez en todo el mundo y dificultar que le pirateen». Los productores son conscientes de que el espectador quiere ver 'Torrente 4' en Internet el mismo día de su estreno. Y si se le ofrece un portal de descargas legales con buena calidad y a una tarifa lógica, paga.

«El precio de una película en Internet tiene que ser proporcional a su cercanía al día del estreno, no puede costar lo mismo en una sala que en el ordenador», reflexiona el portavoz de los productores. «También sé que tenemos que ir con cuidado a la hora de desmontar un modelo de industria que ha funcionado históricamente». Colgar los largometrajes en la Red no es tan fácil. Muchos se han producido con ayudas de las televisiones, que obligan por contrato a que se exhiban antes en la pequeña pantalla. Y a efectos promocionales, un filme que no se ha estrenado en salas no existe para el público.

Otra paradoja es que los títulos españoles que mejor funcionan vienen distribuidos por multinacionales como Warner, que ha lanzado las 666 copias de 'Torrente'. «Echamos de menos más peso español en las distribuidoras, tendría que haber alguna con el tamaño de una 'major'», confía Pedro Pérez. El debate ya no está en las 4.080 pantallas que se digitalizan sin apenas apoyo de la Administración, sino en el marasmo de Internet, principal quebradero de cabeza del futuro presidente de la Academia. «Cualquiera de los dos candidatos estará a la altura de Álex de la Iglesia. Él sacó la Academia a la calle. No le ha echado nadie, se ha ido cuando ha querido. Con el paso del tiempo, le estaremos más agradecidos todavía».