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Imagen correspondiente a la presentación de Sortu. :: IGNACIO PÉREZ
Un Tribunal Constitucional progresista espera a Sortu
POLÍTICA

Un Tribunal Constitucional progresista espera a Sortu

Sólo cuatro de sus once magistrados son de tendencia conservadora, aunque en sus filas figura el presidente del Supremo que ilegalizó Batasuna, HB y EH

ANTONIO SANTOS

Domingo, 27 de marzo 2011, 13:22

«La izquierda abertzale tiene ahora más posibilidades de sacar algo del Constitucional que hace cuatro años. La configuración del tribunal es distinta, favorece a Sortu y tengo la intuición de que los magistrados tienen ganas de demostrar que este es otro tribunal». La izquierda abertzale se jugará su futuro con algo de viento a favor. Así lo cree buena parte de la carrera judicial. Nadie pone la mano en el fuego sobre si este órgano dará marchamo de legalidad a la nueva formación, pero la ajustada negativa de la Sala del 61 a que el partido haya sido inscrito en el Ministerio del Interior ha hecho extenderse la «percepción» de que la izquierda radical está a punto de lograr un triunfo «histórico».

Los apenas dos votos de diferencia que han cerrado a Sortu las puertas de las elecciones municipales del 22 de mayo -9 'noes' frente a 7 'síes'- hacen barruntar a muchos juristas que la antigua Batasuna está a un pequeño paso de ver cómo un proyecto alumbrado por sí misma supera la ley de partidos por vez primera.

Todas las fuentes consultadas aseguran que el Constitucional experimentará la misma «intensa» deliberación que se ha vivido esta semana en la Sala del 61. Aunque con una diferencia: mientras en el Supremo la suma de magistrados moderados y conservadores supera a la de los progresistas -9 a 7, como el fallo del miércoles pasado-, la renovación de cargos en el Constitucional ha configurado un órgano jurisdiccional con una dominante presencia de jueces 'de izquierdas'. Siete progresistas, por un lado; cuatro conservadores, por el otro. Una de las plazas está vacante después de que PSOE y PP no hayan sabido llegar a un acuerdo para cubrir la vacante dejada por el fallecimiento de Roberto García-Calvo en 2008.

Según este criterio de la supuesta tendencia política de los miembros del tribunal -que gusta mucho a los observadores externos, pero nada a los juristas-, los abogados de Sortu desearían que el caso le tocara a la Sala Primera del Constitucional, donde hay cuatro progresistas y un único conservador. En la Segunda, las fuerzas están igualadas, tres a tres. Los recursos ordinarios de amparo se reparten en cada sala por escrupuloso orden de presentación, aunque no se descarta que dada la relevancia de este proceso la decisión se tome en pleno para mayor rigor del dictamen.

El tribunal, además, cuenta con una mayoría de catedráticos (seis), frente a cuatro magistrados y un abogado, lo que hace presuponer que se guiará aún más por la estricta aplicación del Derecho. Por primera vez, una jurista vasca, Adela Asua, podría asistir a las deliberaciones, lo que añadiría una nueva visión, menos centralista, según apuntan algunas fuentes. Asua, además de un enorme prestigio como catedrática, es la única penalista del grupo. También destaca como novedad la posible presencia en la discusión de Francisco José Hernando, quien presidiera el Supremo y el Consejo General del Poder Judicial entre 2001 y 2008. Con él al frente se ilegalizó Batasuna, HB y EH y se aplicó por vez primera la ley de partidos.

Nuevo gesto contra ETA

Magistrados preguntados por este periódico subrayan que buena parte de la decisión del tribunal estará en función del auto que estos días escribe Carlos Lesmes. De su argumentación y de que aporte una carga de prueba «concluyente» depende que sus 'superiores' puedan darle la vuelta al fallo. «En el Constitucional -explican- no se vuelven a juzgar los hechos. Eso ya lo decide el Supremo. En el Constitucional se sopesa si, con esas pruebas, se puede restringir un derecho fundamental como el de asociación política. Y ahí no manda la ley de partidos». Frente a un Lesmes que deberá «hilar muy fino», el abogado Iñigo Iruin, por parte de Sortu, tendrá que confeccionar un recurso donde haga aflorar las dudas sobre la vulneración de los derechos de la marca abertzale. Al letrado guipuzcoano le servirá de gran ayuda el voto o votos particulares que puedan firmar hasta siete de los jueces del Supremo disconformes con la decisión de la Sala del 61.

Algunas voces creen que el paso de las semanas ayudará a Sortu. Primero, porque su defensa tendrá más días para preparar mejor su argumentación -eso sí, aunque en un primer momento Iruin apostaba por no darse prisa en preparar el recurso, parece que la ola favorable a su causa desatada en el mundillo jurídico le puede hacer que se plantee acelerar el amparo-. En segundo lugar, porque también podrían favorecerle nuevos pronunciamientos de la izquierda abertzale separándose «un pasito más» de la violencia o alguna declaración de ETA haciendo entrever que está dispuesta a dejar las armas. Es lo que en la carrera judicial llaman «precomprensión». En el Supremo ha dominado la intuición de que «si Sortu fuera sincera hubiera dicho algo distinto, algo más». En el Constitucional podría darse la creencia contraria si los dirigentes radicales hacen un nuevo gesto. «No somos máquinas -proclama un magistrado afincado en Bilbao-. El Derecho tiene que ver con las ciencias sociales, no con las matemáticas».

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