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López y Rubalcaba, a finales del año pasado. :: BORJA AGUDO
El PSE apuesta por Rubalcaba
POLÍTICA

El PSE apuesta por Rubalcaba

Los socialistas vascos ven con buenos ojos que el ministro del Interior sea el candidato del PSOE si Zapatero opta por la retirada

DAVID GUADILLA

Domingo, 27 de marzo 2011, 05:27

Quienes le conocen sostienen que uno de los hábitos que tiene Alfredo Pérez Rubalcaba cada mañana es leer los periódicos vascos. Lo hace desde hace años. Nacido en la localidad cántabra de Solares, el ministro del Interior conoce todas las claves de la política en Euskadi. Quizá por eso los dirigentes del PSE le consideran «uno de los nuestros». Quizá por eso cuenta con el apoyo de la mayoría de los socialistas vascos para relevar a José Luis Rodríguez Zapatero en el caso de que este decida no repetir como candidato del PSOE en las elecciones de 2012.

Durante las últimas semanas la rumorología sobre el futuro del presidente del Gobierno se ha desatado. Todos los ojos están puestos en el próximo sábado, cuando se celebre el comité federal del PSOE. Fuentes próximas a La Moncloa dejaron entrever la semana pasada que Zapatero anunciaría que no repetirá como cabeza de lista.

Esta hipótesis abría un sinfín de posibilidades. Si su renuncia era solo como candidato electoral y no como secretario general, el PSOE recuperaría la bicefalia que ya hubo entre 1998 y 2000, con Joaquín Almunia como líder de la formación y Josep Borrell como aspirante a presidente del Gobierno tras ganar unas primarias. La experiencia acabó con una mayoría absoluta de José María Aznar.

A esto hay que añadir los supuestos relevos. Quien concita más apoyos es Rubalcaba. La mayoría de los socialistas cree que podría ser la mejor solución para intentar salvar los muebles, ya que la victoria ante el PP se ve como una misión imposible debido al enorme desgaste sufrido por Zapatero y su partido por su gestión de la crisis económica. Veterano en mil batallas, las encuestas indican que es el ministro mejor valorado. Sería una solución temporal, de transición.

El vicepresidente habría aceptado dar el salto, pero con una condición: que no haya más candidatos. Evitar la erosión de las primarias. Y eso no está claro. La ministra de Defensa, Carme Chacón, estaría tanteando sus posibilidades. Representa a una nueva generación de dirigentes socialistas, temerosos de que Rubalcaba no sea tan transitorio como algunos quieren hacer ver y que les acabe marginando. Aunque la dirigente catalana no contaría con demasiados apoyos orgánicos y tendría muy complicado lograr los avales necesarios, la sola posibilidad de que haya unas primarias, o simplemente se hable de ellas a dos meses de unas elecciones, causa pavor en las filas socialistas por la imagen de división que ofrecería de una formación hundida en las encuestas y con escaso margen para remontar el vuelo.

Congreso tras las elecciones

Otra opción sería la celebración de un congreso tras los comicios de mayo. No tendría que ser extraordinario, ya que los estatutos establecen que pueden celebrarse entre tres y cuatro años después del anterior. Y el último fue en julio de 2008. Parece que los ánimos se han calmado en los últimos días. En las filas del PSOE sigue habiendo un convencimiento generalizado de que Zapatero no será el candidato en 2012 porque todos los sondeos demuestran que es un líder 'quemado' que resta más votos de los que suma.

Sea antes o después, el foco apunta a Rubalcaba. Y a la hora de buscar apoyos, el ministro cuenta con los del PSE. A pesar de que la relación con la actual dirección de los socialistas vascos ha estado plagada de altibajos.

El principio no fue bueno. Como otros muchos dirigentes del PSOE, Rubalcaba observó la llegada de López a la secretaría general del PSE con recelos. No solo por su figura, sino porque la candidatura del actual lehendakari apostaba por Jesús Eguiguren como presidente del PSE. Y eso era demasiado para el ministro del Interior. Muchos socialistas coinciden en que su apuesta para suceder a Nicolás Redondo era Javier Rojo, actual presidente del Senado.

Una anécdota ilustra aquella situación. Un día antes del congreso que iba a designar al líder del PSE, ETA asesinó al único concejal socialista en Orio, Juan Priede. Zapatero y Rubalcaba viajaron a Euskadi. Algunos testigos sostienen que, tras los funerales, ambos 'secuestraron' a López para convencerle de que no se presentase a la secretaría general. La intervención de un camarero fue providencial. Ajeno a lo que estaba ocurriendo, declaró que había dejado de votar al PSE por la deriva de los últimos años, pero que se planteaba volver a hacerlo si López salía elegido. Veinticuatro horas después, comenzaba a dirigir a los socialistas vascos.

Eso fue en 2002. La relación entre Rubalcaba y el líder del PSE fue mejorando. Y llegó 2006. El proceso de paz. Según un cargo vasco, entonces «se teje la gran amistad». El político cántabro se convierte en ministro del Interior. La noticia es recibida con alborozo en el PSE, donde la relación con su antecesor, José Antonio Alonso, nunca ha sido fluida. «Descubre a Patxi. A día de hoy la relación es fabulosa. Alfredo es de los tipos que siempre está disponible para cualquier compañero», sostiene un socialista vasco.

Conflictos con Eguiguren

Pero la sintonía no solo es con López. Con Rodolfo Ares habla casi todos los días. Más problemas le presenta Eguiguren. «La relación no es mala», señala un miembro del Gobierno autónomo, quien añade con ironía: «Alfredo sabe por lo que ha pasado Jesús. Otra cosa es que, a veces, le saca de quicio. Pero bueno... eso nos pasa a todos».

Cuando el presidente del PSE tuvo que acudir a declarar como testigo en la Audiencia Nacional en un juicio a Arnaldo Otegi el pasado otoño, Rubalcaba le invitó a cenar a él y a su esposa, Rafaela Romero. Su relación sufre continuos vaivenes. El ministro se subió por las paredes cuando supo que Eguiguren quería publicar un libro sobre el anterior proceso de paz, pero también salió publicamente para decir que no permitiría «un linchamiento» del político guipuzcoano por sus reflexiones sobre la izquierda abertzale.

Solo hace falta presenciar uno de sus mítines en Euskadi. La militancia está entregada. Y el vicepresidente lo sabe. El pasado 27 de diciembre, el lehendakari y Rubalcaba se reunieron en el Palacio Artaza de Leioa. Todos dan por hecho que hablaron de la carrera sucesoria. En enero inauguró los actos por el 125 aniversario del PSE. «Es nuestro candidato si Zapatero no repite», subraya un miembro de la ejecutiva vasca, quien, en todo caso, defiende a Chacón: «No tenemos nada en su contra; al revés, tiene muchas virtudes. Si el rival fuese Bono, casi todos estaríamos con Carme, pero es que Alfredo es mucho Alfredo».

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