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OLATZ BARRIUSOo.barriuso@diario-elcorreo.com
Sábado, 26 de marzo 2011, 03:35
Maiorga Ramírez (Tafalla, 1976) debe la originalidad de su nombre, tomado del mártir vascofrancés Juan de Maiorga, a un episodio típico de la Transición. Viendo que el secretario del Registro exigía cambiar Imanol por Manuel, su padre tiró de listado de nombres euskaldunes. «No conozco a ningún otro», cuenta el líder de EA en Navarra, una vez que la entrevista concluye y se concede licencia para relajarse. Mientras dura, se mantiene alerta para insistir en que la oferta electoral de Eusko Alkartasuna es «propia» aunque abierta a la colaboración con «todos los abertzales».
- ¿Sorprendido por la decisión del Supremo de no permitir la inscripción de Sortu?
- Es un escándalo jurídico, político y democrático.
- Pero usted estaba convencido de lo contrario.
- Para mí era impensable que un tribunal pudiera cometer esta tropelía inaceptable. Es una muestra de debilidad del Estado porque el proceso es imparable. Una posición tan ridícula denota el nerviosismo de quien es consciente de que el nuevo ciclo va a permitir profundizar en la apuesta de una mayoría social por la independencia.
- ¿Las listas de EA servirán de refugio para que esa sensibilidad esté presente en las elecciones?
- EA ha sido el 'pim pam pum' de las especulaciones. Estamos trabajando y finalizando la definición de una oferta electoral plural que pretende llegar a todos los abertzales y progresistas.
- No negará que el 'plan B' está en marcha.
- En la medida en que Sortu fuera legal, EA habría contemplado la posibilidad de concurrir coaligados. Ahora que eso es imposible, vamos a seguir con nuestro proyecto electoral propio y buscando adhesiones al mismo. Está abierto a la participación de otras personas no incursas en ningún tipo de inelegibilidad y quiere ser referente de todos aquellos ciudadanos que, sin vetos ni exclusiones, apuestan por la unidad abertzale.
- Suele decirse que Navarra es el laboratorio de la política vasca. ¿Su colaboración con la plataforma Herritarron Garaia, que hoy presentan en Estella, es un anticipo de la confección en Euskadi de candidaturas con militantes no 'contaminados'?
- En Navarra es donde más se padece la intransigencia del nacionalismo español, que nos niega el ser y la identidad vasca. Yo no tengo derecho en mi pueblo, Tafalla, a matricular a mi hija en modelo D. En Navarra se han producido movimientos muy intensos que han podido ser paradigmáticos en el resto de Euskal Herria. El impulso de Nafarroa Bai fue un hecho histórico. En ese sentido, formular en Navarra una oferta electoral propia basada en la suma puede ser un buen modelo que tenga su secuencia en el resto de Euskal Herria.
- ¿Qué sentido tiene hablar de suma entre abertzales tras la ruptura de Nafarroa Bai?
- Tenemos una oportunidad histórica porque la derecha está dividida en cuatro opciones. Por eso lamentamos sobremanera el cerrojazo del PNV y Aralar, pero creemos que la base de estos partidos puede participar en la oferta electoral incluyente que estamos planteando.
- ¿No tenían tomada la decisión de abandonar la coalición? ¿Cuánto ha habido de escenificación?
- EA es el único partido que no ha cuestionado nunca que su opción electoral exclusiva fuera Na-Bai. La ciudadanía navarra ha percibido con nitidez que a EA la han dejado fuera precisamente por defender la unidad de todos los abertzales. Resulta incoherente que PNV y Aralar utilicen una sigla que simboliza la suma en un ejercicio de exclusión y de veto.
- ¿Van a emprender acciones judiciales para impedirlo?
- Lo estamos estudiando porque creemos que no tienen legitimidad para utilizarla y si lo hacen sólo puede ser con el ánimo de confundir a la ciudadanía. Dos partidos no pueden usurpar lo que es de cuatro.
- Todo esto, ¿hace naufragar sin remedio cualquier posibilidad de cambio de gobierno en Navarra?
- Hace unas semanas creí que sí, pero ahora, viendo la ola que se está formando con la iniciativa que tomó EA y el encuentro con la plataforma Herritarron Garaia, creo sinceramente que las posibilidades de ganar están en nuestras manos.
- ¿Eso no es voluntarismo?
- El análisis histórico de la implantación de los partidos demuestra que una izquierda abertzale comprometida con las vías pacíficas es el referente histórico de ese sector y que el nacionalismo institucional, progresista y socialdemócrata implantado en Navarra es el que representa EA. El 23-M, si quiere, hablamos, pero le aseguro que la fortaleza de esta apuesta va a sorprender a propios y, sobre todo, a extraños.
- ¿Colaborar con gente próxima a Batasuna no inspira recelos en sus bases y cargos intermedios? La convivencia en los pueblos no ha sido fácil.
- Lo vivimos como un reto. PP y PSOE se unen en Euskal Herria y por responsabilidad los abertzales de este país tenemos la obligación de ponernos de acuerdo. Y eso requiere de una actitud comprometida con la superación de muchos momentos dolorosos que se han producido en el debate en los pueblos y en las calles y anteponer el trabajo por el bien del país a muchas cuestiones en las que quizás las vísceras aconsejaran otras cosas. Eso requiere un proceso de reconciliación. Pero estamos absolutamente determinados a conseguirlo, porque cuando hablamos de unión entre los abertzales lo decimos con todas las consecuencias.
Zozobra y controversia
- ¿Se ha sentido en algún momento incómodo o presionado por la ejecutiva nacional?
- Estamos en un momento histórico clave. Se producen muchos episodios de zozobra y controversia que nada tienen que ver con las tentaciones de la comodidad, y eso hace que uno tenga que arrostrar situaciones de gran intensidad emocional y de debate. Todo ello lo afronto porque estoy convencido de que estamos en el momento histórico más importante desde que se constituyera el Gobierno de Garaikoetxea.
- ¿Ha habido más deserciones de su proyecto además de la del edil pamplonés Iñaki Cabasés?
- En un partido siempre hay dinamismo de altas y bajas. En los útimos seis meses, el balance es positivo para EA. La que menciona es una absoluta excepción que no ha tenido consecuencias reseñables.
- ¿EA se ha acercado a la izquierda abertzale por una cuestión de supervivencia política?
- En absoluto. Si nos interesase la pervivencia cómoda a toda costa jamás habríamos abandonado la coalición con el PNV, o habríamos aceptado el chantaje que nos impusieron PNV y Aralar. Siempre hemos primado el país. Y en este momento lo que interesa al país es la audacia, el compromiso y la responsabilidad de EA.
- ¿No temen ser absorbidos?
- La inquietud de EA no es cómo nos quedemos como partido. La prioridad de EA, y la mía, es conseguir una sociedad pacificada, sin atentados, sin vulneración de los derechos humanos, sin detenciones y sin torturas. Aunque la ciudadanía no lo respaldase estaríamos actuando correctamente.
- No me negará que han hecho sus cálculos electorales...
-Se lo niego. El futuro no pasa por la fagocitación de unos a otros, sino por el entendimiento. Pero el Estado llega a amenazar a EA con la impugnación de sus listas.
- ¿Temen que eso pase?
- Sería un absoluto escándalo que personajes políticos que están hablando de esta posibilidad y que han tenido demasiado cerca foros donde se han articulado delitos vinculados al terrorismo de Estado cuestionen la legitimidad ética y moral de EA para ser refrendado por la ciudadanía en unas elecciones.
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