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JOSÉ MARI REVIRIEGO
Domingo, 20 de marzo 2011, 13:24
Amedia tarde del miércoles, en plena crisis entre populares y socialistas de Euskadi por sus discrepancias sobre la evolución de Sortu, sonó el teléfono rojo de Mariano Rajoy en Madrid.
- ¿Habla a menudo con Antonio Basagoiti?
- Hablo bastante con él. Nos importa que el pacto con el PSE funcione bien y que haya una postura nítida para acabar con el terrorismo.
Rajoy, fiel a su flemática actitud para afrontar los momentos delicados, aunque él diga que eso es «una leyenda urbana», da por reconducido el acuerdo PSE-PP tras la escalada de discrepancias vivida esta semana por los socios del Gobierno vasco sobre la nueva marca de la izquierda abertzale. El líder del PP tiene muchos frentes abiertos, pero uno le interesa sobremanera: la creación de empleo. «Ese es el tema», subraya en una entrevista con EL CORREO en su despacho en la sede del partido en Madrid. Su «convicción» parte del siguiente razonamiento: es necesario que la economía crezca para evitar nuevos recortes y, para ello, ha llegado el momento de que los españoles asuman algunos sacrificios laborales. «Trabajar más por menos», advierte, en una proclama lanzada tanto a gobernantes como a ciudadanos. Metido en la piel de un empresario, plantea que «habrá que trabajar unas poquitas horas más o bajarnos un poquito el sueldo». Aunque la lucha contra el paro es «el gran objetivo nacional», su otro foco de atención ha estado en el desencuentro entre socialistas y populares vascos, azuzado con críticas de su 'número dos', Dolores de Cospedal, al lehendakari. Él no quiere atizar ya esa lumbre.
- ¿Da por superado el último desencuentro entre PP y PSE?
- Cualquier dirigente político con responsabilidad sabe que los beneficios que el pacto ha traído a la política vasca han sido enormes. Por tanto, confío en la buena salud de ese acuerdo. Creo que los últimos acontecimientos no han hecho mas que demostrarlo.
- ¿Qué opina de las declaraciones en las que Patxi López sostiene que la legalización de Sortu no debe estar condicionada al fin de ETA y que esa marca «no es lo mismo» que la banda terrorista.
- Vamos a ver. El Gobierno, a través de la Abogacía del Estado y la Fiscalía, ha hecho un recurso ante el Supremo con el que yo estoy de acuerdo. Lo que sí echo en falta es más pedagogía por parte de algunos dirigentes. Que sean proactivos. Que expliquen que todo esto que hacemos los demócratas lo hacemos porque estamos absolutamente convencidos de que es la única forma posible para que ETA se disuelva. Sortu no plantea cumplir la ley. Pretende sortearla. Que se explique que ir al Tribunal Supremo es bueno. Que la ley de partidos es buena. Y que es la forma para acabar con el terrorismo.
- ¿A quién pide esa pedagogía: a los políticos vascos, al PSE...?
- Se la pido a todos. Hay que tener convicción y transmitirla. Si Batasuna no se puede presentar a las elecciones, eso es bueno.
- ¿Se lo pide también al presidente del PSE, Jesús Eguiguren?
- Me hubiera gustado que estuviera convencido de la ley, de ir al Supremo, y que así se lo explicara a la gente.
- En su última visita a Euskadi, refrendó el apoyo a López. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
- Estamos sustancialmente de acuerdo con lo que se está haciendo en el Gobierno vasco. Hemos avanzado en la lucha contra el terrorismo y hay mayores cotas de libertad en la sociedad. Se aplican políticas que no aplica Zapatero. Podríamos avanzar más en educación y libertad lingüística, pero, en principio, mis compañeros del País Vasco están contentos y yo también.
- El PP basa su desconfianza en Sortu en que son «las mismas personas» que Batasuna. ¿No valora su rechazo a la violencia?
- Tenemos la convicción, que la tiene una inmensa mayoría de personas, de que esta organización no se ha desmarcado de ETA. Esa es la convicción que tenemos, igual que en su día la gente sí tuvo la convicción de que Aralar sí lo hacía. Sortu y Batasuna son las mismas personas, no han hablado de las víctimas y no hay un desmarque efectivo.
- El presidente del Gobierno avisa a Sortu de que «tendrá dificultades» para ser legal mientras exista ETA. Aunque sea por una vez, ¿está de acuerdo con él?
- Estoy de acuerdo. Y no es la primera vez. En el año 2000 firmamos el Pacto por las Libertades y eso se cumplió hasta que Zapatero decidió en 2005 apostar por la negociación con ETA. Ha rectificado y, por tanto, apoyo al Gobierno.
- ¿Cuáles son las líneas rojas que no se pueden traspasar en busca del fin de ETA?
- El final del terrorismo no puede suponer el pago de ningún precio. No puede haber condicionantes de ningún tipo ni contraprestaciones. Esa es la posición de todo el PP. La libertad no se negocia.
La relación con el PNV
- En su renovada relación con el PNV, ¿ve al partido que preside Iñigo Urkullu como posible socio en Madrid o el País Vasco?
- Tenemos unas relaciones normales con el PNV. En algunas cosas discrepamos; en otras hemos llegado a acuerdos en el Congreso. Soy partidario de mantener esa relación. Lo que me importa de verdad son los programas de Gobierno, el respeto a la Constitución y el Estatuto y fijar los objetivos. Y hoy el gran objetivo nacional es la lucha contra el desempleo. Este es el tema.
- ¿Se reunirá con Urkullu en próximas fechas?
- Yo hablo con el señor Urkullu y con otros dirigentes políticos sin motivos muy concretos. Para repasar posiciones, ver en qué temas puede haber acuerdos... También hablo con el PSOE y con CiU.
- ¿Es partidario de extender el pacto PSE-PP a otras instituciones vascas tras las elecciones del 22-M?
- Cabe eso y lo contrario. Nuestro compromiso es para cuatro años en el Gobierno, salvo que no se cumpla lo acordado. A partir de ahí, podemos hablar con unos y con otros.
- ¿El acuerdo entre socialistas y populares es una fórmula renovable cuando acabe la legislatura?
- El pacto es por cuatro años. Vamos a ver cuáles son las condiciones en su momento. No descartamos nada. Puede valer para más adelante, ¿por qué no?
- Si en el País Vasco se diese una mayoría suficientemente amplia, ¿su partido estaría dispuesto a afrontar un cambio estatutario?
- En el pacto que tenemos con el partido socialista no se contempla el cambio en el Estatuto de Autonomía. Hoy no es la prioridad.
- Aznar ha puesto en duda la viabilidad del Estado autonómico. ¿Es una apuesta velada del PP por un modelo centralista que rechazan las comunidades históricas?
- Estoy a favor del modelo autonómico. Mi abuelo hizo el Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936. No creo que haya que hacer un cambio en el modelo, pero sí quiero apuntar que no se puede vivir por encima de las posibilidades. Y eso lo han hecho las administraciones, las empresas y muchas familias. Hay que ser austeros y fijar un techo de gasto para las comunidades. Hay que hacer una ley de unidad del mercado porque sobran regulaciones. Y hay que garantizar la igualdad. No puede haber derechos sanitarios en función del territorio.
- En esta apuesta por el control del gasto, ¿ha llegado el momento de trabajar más por menos?
- No le quepa la menor duda. Llega la etapa de los buenos gobernantes. Hay que hacer más cosas con menos. Hay que ser más austero, imaginativo y gestionar mejor. Iniciamos una nueva etapa en la que se va a ver quiénes son los buenos gobernantes y quiénes no. En etapas de bonanza cualquiera puede hacerlo bien; se tira de chequera.
- ¿Y usted aplicaría esa receta de más por menos a los trabajadores?
- El gran objetivo nacional en España es el empleo. Es imposible hacer políticas sociales si no hay recursos económicos. Cuando gobernaba el PP en España, aumentaron en 4,6 millones el número de cotizantes a la Seguridad Social. Con Zapatero, 200.000. En la época del PP, por cada seis cotizantes nuevos entró en el sistema un pensionista. En la época del PSOE, por cada cotizante nuevo, tres pensionistas. Uno puede tener las mejores intenciones posibles, pero si no crea empleo no vamos a ninguna parte. Probablemente, en momentos difíciles sea mucho mejor hablar con los trabajadores y decir: 'Oye, ahora viene una etapa complicada. Nadie va a perder su puesto de trabajo, pero vamos a trabajar unas poquitas horas más o vamos a bajarnos un poquito el sueldo'. Flexibilidad, eso es fundamental. Se ha hecho ya en muchas empresas y la gente lo ha aceptado. No nos podemos permitir el lujo de tener 4,7 millones de personas sin trabajar.
«Tengo una trayectoria»
El despacho de Rajoy es austero y ordenado. Ha ganado en claridad tras una reforma en la sede, en la que se encontraron hasta con la mesa que usaba antaño Jorge Verstrynge. En su espacio más personal, posa en fotos con Angela Merkel, Condoleeza Rice y Nicolas Sarkozy. En su rincón familiar destacan las imágenes de su mujer, Elvira, y de sus dos hijos, Mariano y Juan.
- Todas las encuestas otorgan al PP una considerable diferencia con respecto al PSOE, rozando la mayoría absoluta. ¿El País Vasco puede estar tranquilo con Rajoy de presidente en 2012?
- Absolutamente tranquilo. Soy una persona a la que le gustan las reglas de juego y las leyes. A la que le gusta cumplir con su palabra. Me gustaría plantear a los españoles un gran proyecto nacional que tiene hoy un solo objetivo: crecer económicamente y recuperar el peso que España debe tener en el mundo.
- Le reprochan sus rivales que pueda llegar a La Moncloa más por deméritos de Zapatero que por méritos propios. ¿Le da eso coraje?
- Mientras todo lo que tengan que decirme sea eso... Yo tengo una trayectoria y aquí hay quien ha llegado al Gobierno sin haber sido siquiera concejal. He sido concejal, diputado provincial, he estado en la Xunta, he negociado transferencias, he sido ministro del Interior... He recorrido España. Sinceramente, me siento preparado, tengo ganas y mucha ilusión. Lo digo como lo siento.
- ¿Asume que sus adversarios apelarán al discurso del miedo, al 'que viene la derecha a recortarnos las alas'?
- El PSOE llegó a decir que íbamos a recortar las pensiones y fíjese lo que ha pasado. El mayor recorte de derechos sociales de la democracia lo ha hecho el presidente de un Gobierno socialista. Que no lo hizo por gusto. Lo hizo porque fue incapaz de gestionar la economía.
La sucesión de Zapatero
- ¿El PSOE se precipita al debate sobre la sucesión de Zapatero?
- Las dudas que Zapatero ha provocado a la sociedad española me parece que también se las está provocando a los militantes del PSOE.
- Todas las miradas se dirigen hacia Rubalcaba como posible sucesor. ¿Preferiría a otro rival?
- Me es indiferente. No tengo ninguna preferencia.
- Y en caso de derrota del PP, ¿Rajoy pensaría en un discreto regreso a su casa, con los suyos?
- Mire, Felipe González ganó las elecciones a la tercera; Aznar, a la tercera; Zapatero las ha ganado a la primera. Pues yo intentaré ganarlas a la tercera. A partir de ahí, que cada cual saque sus conclusiones de cómo le fue mejor a España.
- Alberto Ruiz Gallardón reconoció a EL CORREO que fue un «error» pedirle ir en las listas de las generales de 2008 porque algunos lo vieron como un intento de colocarse por la sucesión. ¿Usted estaría dispuesto a tenerle a su lado en la candidatura por lo que pudiera pasar?
- Gallardón se presenta a la Alcaldía de Madrid y su horizonte es ese. Ni hemos entrado en las listas ni sabemos qué puede pasar en el futuro. Dicho esto, tengo una magnífica opinión sobre Gallardón y es él el que ha dicho que quiere estar cuatro años en el Ayuntamiento.
- El PP ha presentado un programa contra la corrupción. ¿Llega tarde?
- Para serle franco, me gustaría que esta pregunta no me la tuviera que hacer usted por ser un tema del que no hubiera que hablar. Somos grandes organizaciones, con mucha gente. La inmensa mayoría que se dedica a la política es gente honrada. Llevo treinta años en política y he conocido a gente absolutamente decente. También a gente que no lo era. En esos casos, mi partido hará todo cuanto esté en su mano para que no se repita. Pero no estamos a salvo ni el PP, ni el PSOE, ni nadie.
- Se ha sentido obligado a apoyar la candidatura de Francisco Camps, que podría sentarse en el banquillo acusado de cohecho impropio.
- No. En la vida tienes que actuar con arreglo a tu conciencia. He ratificado la candidatura de Camps porque creo que ha hecho una buena gestión y porque es una persona honrada. No me creo que un presidente de la Generalitat se venda por tres trajes. ¿Habrá podido cometer errores en declaraciones? Oiga, nadie es perfecto.
- Entonces, recibió tres trajes, ¿no?
- Él dice que no. Que los ha pagado. No tengo por qué no creerle.
-¿ Soy muy indiscreto si le pregunto dónde se compra usted los trajes? Gallardón confesó que lo hacía en El Corte Inglés.
- Le voy a decir una cosa que no sé si debería: me los compra mi mujer.
- ¿No suele acompañarla?
- No; alguna vez. Tampoco se compran trajes todos los días. Este año no he comprado traje de invierno. Tampoco se estropean tanto.
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