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GORKA ASCORBEBEITIA
Viernes, 11 de marzo 2011, 04:07
Con el primer partido del último tercio del campeonato superado, el club de balonmano Barakaldo se sitúa ahora mismo muy por encima de las expectativas de principios de temporada. Novenos de la División de Honor plata, a los fabriles les separan menos puntos de los equipos que pelean por el ascenso que de los que lo hacen por no descender. Como ya demostraron en su partido de la semana pasada contra el Pozoblanco, su actual situación se la han ganado gracias a su buen juego, especialmente en los partidos de casa. Su próximo choque, sin embargo, tendrá lugar mañana (18.30 h.) en territorio enemigo y contra un rival que actualmente se debate por entrar en los puestos de ascenso, el Cangas. Por si esto fuera poco, sólo diez jugadores viajarán hasta Pontevedra debido al gran número de bajas que sufre la plantilla auriazul.
«Es un rival muy duro y nosotros tenemos la plantilla en una situación difícil, pero vamos tranquilos porque no nos jugamos nada», comenta Txanpi Rivero, entrenador del Barakaldo. Tres lesiones de última hora, unidas a la de David Aguirrezabalaga y a la imposibilidad de recurrir a jugadores del filial, forzarán a los fabriles a viajar con diez efectivos. «Trataremos de hacer un buen papel, pero vamos pensando en recuperar el máximo número de jugadores para nuestro siguiente partido de casa contra el Teucro», observa Rivero. Desde su punto de vista, el duelo contra el Cangas será una buena ocasión para que «los menos habituales dentro de las rotaciones jueguen un papel más importante».
Objetivo cumplido
En cualquier caso, el combinado auriazul podrá luchar por hacer un buen papel sin ningún tipo de presión gracias a la victoria de la semana pasada frente al Pozoblanco, un rival directo al que nunca habían conseguido ganar. El triunfo, además, ha elevado la moral del equipo. «Era una espinita que teníamos clavada desde hace muchos años y por fin nos la hemos podido quitar», explica el entrenador del Barakaldo. En cuanto al encuentro, Txanpi Rivero no puede ocultar su deleite: «Jugamos con gran fluidez tanto en defensa como en ataque; estoy muy contento con los jugadores tanto por este partido como por toda la temporada», asegura.
Gracias a las últimas victorias, el objetivo que se planteó el Barakaldo al comienzo de la liga, conseguir la salvación, está casi alcanzado. «Aunque matemáticamente todavía podríamos bajar, estas últimas jornadas hemos dado un paso importantísimo», declara Rivero. Con los 21 puntos que suman ahora mismo los fabriles, parece complicado que equipos como el León o el Irún, con trece cada uno, le den alcance. Algo que en el caso del Almoradí, último clasificado del campeonato con sólo dos puntos, es directamente imposible.
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