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M. JOSÉ CARRERO
Jueves, 10 de marzo 2011, 10:29
No se salió del guión previsto. El exconsejero de Sanidad, Gabriel Inclán, compareció ayer en el Parlamento para ofrecer su versión sobre el 'caso Margüello', es decir, sobre la supuesta trama de empresas vinculadas al exjefe de calidad de Cruces para conseguir encargos de Osakidetza. Estos contratos, supuestamente irregulares, se produjeron entre 1996 y 2009.
Inclán negó la existencia de ilegalidades y defendió la «honorabilidad» de todos los que integraron su equipo. Durante las más de cuatro horas que estuvo en la comisión de investigación que preside Laura Garrido, validó los contratos realizados mientras él estuvo en el cargo. Todos, incluido el primero que Osakidetza firmó con Gestión de Servicios Sanitarios XXI, una de las empresas vinculadas a Margüello.
El 19 de junio de 2006, esta firma obtuvo el plácet de la Dirección Territorial de Sanidad de Vizcaya para poder gestionar listas de espera. Esta autorización ha sido cuestionada por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, al considerar que no reunía los requisitos. El 26 de junio de ese mismo año obtiene el primer contrato con Osakidetza de forma directa, sin competir en un concurso público. El exconsejero de Sanidad no ve «nada extraño» en este primer acuerdo económico, ni en la prórroga automática del año 2007, ni tampoco en la nueva contratación que se llevó a cabo en 2008 mediante un procedimiento negociado, esto es, sin publicidad.
Así las cosas, el peneuvista Gabriel Inclán aprovechó su visita al Parlamento -en verano se incorporó a su puesto de trabajo en Cruces- para reencontrarse con los periodistas en los pasillos de la Cámara y, de paso, despotricar contra el PSE y el PP, a quienes acusó de convertir el 'caso Margüello' «en una tapadera» para esconder «el fracaso» de gestión de su sucesor, Rafael Bengoa, «que pone en serio riesgo a la sanidad pública vasca». Añadió que Bengoa «me tiene especial animadversión. Y esto ha condicionado la andadura de esta investigación. Debe saber (Bengoa) que aunque la animadversión e, incluso, el odio son grandes motores de motivación, son muy malos motores, y aplicados en la esfera pública e institucional son, desde todo punto de vista, inaceptables», concluyó.
Antes que Inclán acudió al Parlamento quien fue su 'número dos', el exviceconsejero de Desarrollo y Cooperación Sanitaria, Jon Lezertua. En total sincronía con quien fue su jefe, antes de atender a las preguntas de los parlamentarios, Lezertua ofreció un análisis que descalificó el trabajo desarrollado por la comisión.
Informados al detalle
Medios consultados por este diario señalaron que los dos excargos del PNV no llegaron ayer a la Cámara vasca a ojos cerrados. Muy al contrario, conocían al detalle las intervenciones del medio centenar de personas que les han precedido. Como exresponsable del programa de cooperación en temas de salud, Lezertua negó que Margüello acompañara a Inclán a los viajes que éste hizo al extranjero.
Al término de su comparecencia, Lezertua entregó a los periodistas un comunicado en el que negó «rotundamente» la existencia de «ningún fraude» y arremetió contra todos los informes sobre los contratos irregulares firmados entre Osakidetza y las empresas vinculadas a Margüello. Así, calificó de «chapuza» los dictámenes elaborados por el Gobierno vasco. Respecto al del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, señaló que este organismo «no ha escuchado a personas decisivas para aclararlo todo».
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