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EVA MOLANO
Jueves, 3 de marzo 2011, 08:26
El alcalde de Barrika, Juan José Ezpeleta, del PNV, ha sido multado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Getxo por una falta de lesiones a J.A.Z, vecino de la localidad y militante del mismo partido. La jueza le impone el pago de las costas judiciales, una multa de 8 euros diarios durante 30 días y una indemnización de 150 euros para el afectado. Por otro lado, la misma instancia le ha absuelto de las faltas de injurias y amenazas que había denunciado J.A.Z, ya que la instructora del caso considera que el testimonio de esta persona como única prueba no puede destruir la presunción de inocencia del regidor, al ser «reconocida por las partes la enemistad entre denunciante y denunciado». Y es que, según el texto judicial, Ezpeleta reconoció haber hablado con él el día de los hechos, pero negó rotundamente haberle amenazado o injuriado, por lo que la magistrada no falló en su contra.
La sentencia, que data del pasado 16 de enero, era susceptible de recurso cinco días después de la notificación a las partes. El juicio rápido que la fundamenta se celebró el 5 de enero a las 10.15 horas, un día después de que sucediesen los hechos y la Policía local de Getxo mandara el atestado al Juzgado. Allí, el Ministerio fiscal pidió culpar al alcalde de Barrika de una falta de injurias, amenazas y lesiones, mientras que la defensa solicitó su libre absolución.
Aunque la jueza no admitió el testimonio de J.A.Z. como única prueba para culpar a Ezpeleta de amenazas, sí consideró como «hechos probados» la descripción de la disputa que aportó el denunciante en el transcurso de la vista oral. «No demuestra en su declaración apreciaciones insidiosas que hagan dudar de su credibilidad», afirma. Así, y según el relato reproducido en el auto, J.A.Z. salía del Ayuntamiento de Barrika el 4 de enero sobre las 10.10 horas, en dirección a su vehículo, cuando observó que el alcalde caminaba detrás suyo. J.A.Z. se introdujo en su coche, pero Ezpeleta «le impidió cerrar la puerta, agarrándole del cuello con una de las manos, para posteriormente golpearle continuamente en el hombro izquierdo, intentando sacar al denunciante del vehículo», según el texto judicial.
Golpes de «escasa entidad»
En consecuencia, J.A.Z. sufrió lesiones que consistieron en una mínima abrasión en la región cervical derecha, una cervicalgia postraumática y una contusión en el brazo izquierdo, que no dejaron secuelas pero requirieron de cinco días, no impeditivos, para sanar. Es precisamente la «escasa entidad» de las heridas la que llevó a la instructora a culpar al alcalde de una falta y no de un delito, ya que las lesiones son constitutivas de delito sólo cuando precisan tratamiento médico o quirúrgico y no una única intervención facultativa.
La magistrada también apoyó la petición fiscal, que solicitaba la pena mínima para esta clase de falta, un mes de multa de 8 euros diarios en lugar de dos meses. En el mismo sentido, la instructora del caso secundó la propuesta del Ministerio público y del acusado al fijar en 150 euros la cantidad a pagar por el alcalde para reparar el daño provocado, ya que «de toda falta nace acción penal y puede nacer acción civil para indemnización de perjuicios causados, con arreglo a la ley de Enjuiciamiento Criminal», según justificó.
Un aspecto llamativo en el texto es que tanto el denunciante como el acusado afirman mantener diferencias políticas; al parecer, discrepancias sobre la gestión llevada a cabo por el equipo de gobierno jeltzale en el Ayuntamiento, según algunos vecinos. Para dictar la sentencia, la jueza se basó en las pruebas testificales obtenidas en la vista oral, además de en otras documentales, como el informe médico forense en el que se reflejan las lesiones sufridas por J.A.Z, quien afirmó haber tenido problemas con el alcalde «por temas políticos, puesto que ambos pertenecen al mismo partido», dice la sentencia.
Juan José Ezpeleta se «limitó en su declaración a negar los hechos, respondiendo de forma evasiva y centrando el asunto en una motivación de carácter político, si bien reconoció que había echado en cara a este vecino que tanto él como su madre le estuvieran injuriando», según recoge el texto judicial. EL CORREO contactó con un portavoz del Ejecutivo local para conocer la versión del alcalde, quien prefirió no realizar declaraciones «por el momento».
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