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GORKA ASCORBEBEITIA
Viernes, 25 de febrero 2011, 03:37
Después de tres semanas de infarto por la necesidad de ganar para afrontar la recta final del campeonato con garantías, el Barakaldo vuelve a respirar tranquilidad. Con la calma ganada a base de triunfos, el conjunto auriazul se enfrentará el domingo (12.30 h.) al Anaitasuna en Pamplona. Un equipo que lleva dos temporadas luchando por subir a la Asobal y que se ha propuesto conseguirlo este año. Un rival muy difícil al que los de Txanpi Rivero ganaron en el partido de ida y ante el que ahora podrán permitirse hacer su balonmano sin presión y «sin complejos».
«Estamos en una situación ideal para este tipo de enfrentamientos. Hemos alcanzado las metas que nos habíamos propuesto por lo que vamos con la tranquilidad de tener los deberes hechos», comenta el entrenador del Barakaldo. Sobre posibles resultados, Rivero prefiere no hacerse demasiadas ilusiones. «Hay que tener los pies en la tierra. Es un equipo muy fuerte, con miras a la Asobal y jugaremos en su terreno», analiza. «Para poder ganarles nos tendría que salir todo bien y que ellos no estén acertados. En caso de conseguirlo sería un logro muy importante para el club», añade.
Los navarros, por su parte, no lo pondrán nada fácil. Acaban de fichar a Damir Dukic, un jugador de 27 años procedente del Alcobendas de la Asobal y que es internacional con Austria. Otra estrella que se une a su ya completa plantilla y con la que esperan acabar de impulsar sus posibilidades de ascenso. «Para cumplir sus objetivos necesitan ganar sí o sí. Sabemos que no nos lo pondrán nada fácil», adelanta el técnico auriazul.
Victoria «trabajada»
Como ya adelantó Txanpi Rivero la semana pasada, el choque del Barakaldo contra el Almoradí fue un «partido trampa». En Lasesarre, los colistas se revolvieron como fieras antes de capitular y salir derrotados por cinco goles. Un desarrollo que el técnico fabril ya había previsto, y que, sin embargo, le obligó a explotar todo su arsenal. «Para poder cogerles la medida tuvimos que hacer varios cambios y sólo al final conseguimos ponernos por delante», explica. «A pesar de ser los últimos, hicieron muy buen juego y nos obligaron a trabajar los dos puntos al máximo», añade.
Que el club que cierra la clasificación de la División de Honor plata sea capaz de desarrollar un juego de tanta calidad da una idea de la competencia a la que se enfrenta el combinado auriazul para mantener su posición en la zona media alta de la tabla. Con los seis puntos que acaba de sumar en las últimas tres jornadas, los de Rivero acumulan ya 19 y se encaraman a la octava posición. Una situación que parecía impensable a principios de temporada debido a las penurias económicas por las que pasa el club. «La plantilla está demostrando que las dificultades se suplen con esfuerzo y buen balonmano», observa el entrenador. «Todos los jugadores están muy contentos y yo también. El que más», completa.
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