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JOSÉ MARI REVIRIEGO
Jueves, 24 de febrero 2011, 12:56
El Ararteko, Iñigo Lamarca, considera que se dan ya las circunstancias políticas y jurídicas necesarias para que la izquierda abertzale ilegalizada pueda volver a presentarse a unas elecciones. En un artículo de opinión titulado 'Tiempos históricos', el Defensor del Pueblo Vasco apuesta sin ambages por la legalización de Sortu, las nuevas siglas con las que la antigua Batasuna aspira a regresar a las instituciones, porque sus estatutos se ajustan a la ley de partidos y recogen de forma «contundente» el rechazo al terrorismo, «citando expresamente a ETA».
Iñigo Lamarca, reelegido en el cargo en 2009 por una amplia mayoría del Parlamento vasco, destaca el compromiso de la izquierda abertzale por el uso de «las vías exclusivamente políticas» y su rechazo a la violencia como claves para posibilitar su concurso en las urnas. Letrado de las Juntas Generales de Guipúzcoa antes de incorporarse a su actual cargo, el Ararteko subraya incluso que «la propia Batasuna» ha solicitado «implícitamente la desaparición» de la organización terrorista gracias a su adhesión al Acuerdo de Gernika, suscrito por Aralar y EA, entre otras formaciones.
«Así las cosas, entendemos que el hecho histórico del rechazo a la violencia de ETA desactiva el motivo de la ilegalización de Batasuna y sitúa, por otra parte, a Sortu dentro de los lindes» de la ley de partidos, proclama el Ararteko para justificar la vuelta a la normalidad política de la izquierda abertzale tradicional. Su pronunciamiento en favor de la legalización se produce en pleno debate de los partidos sobre la oportunidad de levantar el veto a una formación proscrita por los tribunales por su connivencia con una banda terrorista. Lamarca sostiene que el «inequívoco» desmarque de la violencia manifestados por «la dirección de Batasuna y los portavoces de Sortu» evidencian que ya «no es posible que ETA mande» en ambas organizaciones.
El artículo que firma Iñigo Lamarca, remitido a los medios, constituye posiblemente su declaración de mayor calado político desde que accedió a la institución en 2004. En aquella ocasión, fue propuesto como Ararteko por el PNV, socio mayoritario en el Gobierno tripartito que lideraba Ibarretxe. Cinco años después, y ya con Patxi López en la Lehendakaritza, Lamarca renovó la responsabilidad con un amplio consenso. Además del partido jeltzale, le respaldaron PSE, PP, EB y UPyD. Por el contrario, Aralar y EA, fuerzas aliadas ahora a la antigua Batasuna en busca de su legalización, no le apoyaron, recelosas con los informes elaborados por la oficina del Defensor sobre la atención a las víctimas del terrorismo.
Euskadi, « nueva era»
Presumiblemente, su apuesta en favor de Sortu provoque ahora discrepancias entre los partidos que le avalaron, conocido el rechazo frontal que han expresado el PP y UPyD al eventual concurso de la izquierda abertzale histórica en las elecciones municipales y forales de mayo. El PSE, por su parte, se remite a la decisión que adopten los tribunales, mientras que el PNV exige de forma nítida la legalización.
El Ararteko, abogado de profesión, participa en esta discusión con argumentos sociales y jurídicos en el convencimiento de que Euskadi afronta «una nueva era en la que ETA está condenada a desaparecer» y la paz se acerca. «Si esto se confirma estaríamos ante un acontecimiento histórico, una de las mejores noticias desde el advenimiento de la democracia a España tras el horror del franquismo», resalta. El Defensor del Pueblo Vasco, que acostumbra a mediar en litigios de corte social y ciudadano, justifica su intervención en este delicado debate en la necesidad de «no soslayar, desde la posición que nos corresponde, nuestro deber de trabajar en pos de los valores democráticos y del abordaje de las terribles consecuencias de la actividad criminal de ETA».
A su juicio, «la base social de Batasuna llegará a disponer, más pronto que tarde, de una formación política legal», tanto por los pasos dados por sus dirigentes como por su electorado. El Ararteko sostiene que los simpatizantes de la izquierda abertzale están «interiorizando la idea de que la organización terrorista debe quedar fuera de su proyecto político».
«El rechazo a la violencia terrorista y la apuesta por vías exclusivamente políticas, pacíficas y democráticas es lo que exige la ley de partidos para que un partido político sea legal», defiende Iñigo Lamarca, que incluso responde a algunos supuestos que podían dar al traste con la legalización de las nuevas siglas: «Se ha dicho que Sortu tiene que demostrar la veracidad de su apuesta, pero ante la duda debería prevalecer, a nuestro juicio, la opción de su legalización, puesto que el ordenamiento jurídico ha de interpretarse en el sentido más favorable a los derechos y libertades, en este caso, a los derechos de asociación, de participación política y de sufragio pasivo».
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