

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
OLATZ BARRIUSO o.barriuso@diario-elcorreo.com
Domingo, 20 de febrero 2011, 14:09
El Ministerio de la Presidencia no ha cambiado a Ramón Jáuregui, que mantiene el estilo claro y directo. Eso sí, con todas las cautelas que el cargo exige, máxime en un asunto delicado como la decisión del Gobierno de remitir a la Abogacía del Estado y a la Fiscalía los estatutos de Sortu. Su amplia experiencia en Euskadi, no obstante, se nota. También la decepción del proceso que ETA reventó en la T4. No niega la esperanza, pero repite como un 'mantra' una palabra -prudencia- y una certeza: «No vamos a cambiar la política antiterrorista».
- ¿Comparte con Rubalcaba que esta tregua es la definitiva?
- Literalmente dijo que puede serlo. Tenemos esa esperanza y trabajamos para ello.
- ¿El Gobierno dispone de suficiente información para asegurar que el ciclo de la violencia de ETA se ha acabado en Euskadi?
- La gran novedad es que es un proceso interno que atañe a la relación entre Batasuna y ETA. Probablemente ha surgido en Batasuna una fuerte convicción política en favor de jugar a la democracia.
- ¿Cree sincera su apuesta?
- Tengo que convencerme y necesitamos tiempo para eso. No puedo responder afirmativamente porque el Gobierno va a considerar heredero de Batasuna a Sortu e impugnar su legalización. Sortu tiene la oportunidad de convencer al Supremo y al Constitucional de lo contrario.
- ¿Cómo?
- Respondiendo a los requerimientos que la Justicia le haga: va a haber alegaciones, un período de prueba, una vista... Si en este proceso dan más pasos que acrediten su voluntad de ruptura absoluta con el pasado y de rechazo a la violencia, nadie les niega la oportunidad. Hay una fase judicial que está por explorar, atención. Está en manos de Sortu aportar pruebas que convenzan al tribunal de que son otra cosa. Y, si no fueran legalizados, pueden seguir apostando por la paz. Reclamo tiempo para creerles, hechos para comprobar esa voluntad. Tenemos derecho a dudar. No podemos permitir que la democracia sea nuevamente engañada porque lo ha sido muchas veces.
- Dijo en octubre que no se pueden ignorar los movimientos de la izquierda abertzale. Hay quien cree que lo están haciendo y poniendo condiciones nuevas.
- El Gobierno está convencido de que hace lo que debe, aunque respetamos a quienes piensan que este asunto requiere mayor estímulo. Políticamente es opinable, pero jurídicamente existe una jurisprudencia reiterada que establece la vinculación de Batasuna con ETA. Y Sortu ha nacido de Batasuna, no ha caído del cielo. Sólo cuando los tribunales lleguen a la conclusión de que eso se ha roto -porque ETA ha desaparecido o bien porque hay fehacientes pruebas de que Batasuna ha roto con ETA- se producirá una revocación de esa convicción jurídica.
En las elecciones
- ¿No es un debate algo artificial teniendo en cuenta que en Euskadi se da por hecho que, sea con su propia sigla o con las de otros, estarán en las elecciones?
- No comparto eso. Vamos a perseguir la presencia de Batasuna en listas electorales con la modalidad que sea: coaliciones electorales, agrupaciones, partidos legales... Si hay miembros del partido ilegalizado impugnaremos esas listas.
- Pero puede que no los haya y pidan el voto, por ejemplo, para EA.
- EA es un partido irreprochable desde el punto de vista legal. Pero a veces se utilizan listas tapadera y eso no lo vamos a consentir. Tampoco que una sigla electoral sea utilizada como recipiente del voto de la antigua Batasuna, tal como contempla la reforma de la Ley Electoral. Eso permite impugnar las listas hasta una semana antes de las elecciones.
- No es lo que piensa el presidente del PSE, Jesús Eguiguren. ¿Le incomoda su discurso?
- Es una persona que ha vivido muy de cerca esta evolución de Batasuna porque ha tenido contacto personal durante mucho tiempo con ellos y su convicción es un indicio que no despreciamos. A veces seduce, ofrece credibilidad. Se mueve con más libertad y con un cierto voluntarismo. Respetando sus puntos de vista, que a mí personalmente no me incomodan porque todo el mundo sabe quién es y lo que piensa, es preciso reivindicar que esa mirada no determina la mirada del Gobierno. La política antiterrorista del Gobierno no va a cambiar. Algunas de las propuestas de Eguiguren pueden ser prematuras o precipitadas.
- Por ejemplo, la de hacer movimientos con los presos, que comparte Urkullu. ¿Lo descarta?
- Absolutamente. No forma parte de los planes del Gobierno.
- Usted conoce perfectamente Euskadi y a la izquierda abertzale. Personalmente, ¿le pareció que algo había cambiado cuando escuchó a Iruin y Rufi Etxeberria?
- Sí. Han dicho cosas que no habían dicho nunca y todos los indicios que nos llegan de la gente que les conoce nos confirman la contundencia de su apuesta. Tienen una legitimación interna frente a ETA que nunca habían tenido. La espoleta que abre este proceso es la bomba de la T-4 y la consecuencia, una Batasuna que reivindica autonomía. Pero toda la historia de atrás nos demuestra que todos los procesos han sido rotos por ETA imponiendo los 'hierros'. Por eso hace falta prudencia.
- Esa cierta esperanza choca con la contundencia de los informes de la Policía y la Guardia Civil, que hablan de tutela de ETA. ¿Disiente?
- No. El Gobierno aporta los informes, basados en hechos que admiten interpretaciones y que los jueces tendrán que juzgar. No olvidemos que el comunicado de enero señala la voluntad de permanencia de ETA. Tenemos derecho a preguntarnos qué pasaría si vuelve ETA y hasta qué punto son capaces de imponer a ETA que no vuelva. Por eso tenemos que mantenernos prudentes, inteligentes y unidos.
Zapatero, visión de estadista
- ¿Este camino es irreversible?
- Personas muy próximas me dijeron en 2006 que no iba a haber más muertes. Y las hubo. Soy un poco escéptico respecto a una disolución de ETA a corto plazo. Más bien percibo a una ETA inactiva como telón de fondo. En los últimos diez años lo hemos hecho muy bien todos juntos. El presidente Zapatero ha tenido una larga mirada, una visión de estadista en el proceso de fin de la violencia. Lo de ahora es consecuencia de un proceso de paz injustamente criticado. El germen de lo que está ocurriendo nació por la inteligencia y la valentía con la que se llevó.
- ¿Es momento de hablar de política, de una mesa de partidos?
- De lo que sí hablaría es de una política integradora de las fuerzas vascas para culminar la paz. Ahí reivindico el papel del lehendakari. Tiene un papel fundamental para integrar al conjunto de fuerzas políticas en la respuesta a cada uno de los momentos que se vayan produciendo. Me parece tan importante que el PNV esté en la estrategia para el final de la violencia como que el PP vasco acepte el nuevo escenario, que reconozca las oportunidades, La relación del lehendakari con Basagoiti es uno de los elementos nucleares. Tiene importancia no solo en Euskadi, sino en la capacidad del PP vasco de modular al PP nacional en esta cuestión. Me hago cruces de que todo esto no se reconozca.
- A López se le reprocha falta de liderazgo. ¿Podría hacer algo más?
- Esas críticas son política pequeña. Ejerce su liderazgo con una discreción elogiable.
- ¿No ve riesgos para la estabilidad del pacto PSE-PP?
- Los resultados electorales son consecuencia de un juego democrático. Si un nuevo partido político altera las alianzas es secundario.
- ¿Y puede el PP vasco arrastrar a Rajoy a sus posiciones?
- Debe. Su influencia y su legitimación política sobre el conjunto del PP es irrefutable. Espero que así sea. Puede ser un elemento de modulación sobre algunas tentaciones partidistas, que en esta materia haberlas háylas.
- Tras el pacto presupuestario, la sintonía con el PNV ha sido total. ¿Se puede resquebrajar?
- Entiendo que no. Respetamos que el PNV piense que la ilegalización no es conveniente, a pesar de que ha sido ratificada por Estrasburgo y que las evidencias muestran que ha sido eficaz. Ellos también entienden que el Gobierno tiene que seguir aplicando la respuesta que estamos dando. Las discrepancias se acotan en un marco de acuerdo general.
- ¿Teme que el desembarco del grupo de Brian Currin traslade la pelota al tejado del Gobierno?
- Tendrían que mediar entre Batasuna y ETA y conseguir el cese definitivo de la violencia. Con nosotros no median nada. No tenemos relación ninguna. Valga mi frío respeto.
- ¿Es posible cerrar heridas en Euskadi si antes no hay un reconocimiento del daño causado?
- Mientras ETA no desaparezca me parece imposible pedir nada a nadie, sería prematuro. Cuando desaparezca, sí; la sociedad vasca tiene que construir su futuro sobre una memoria reconciliada y generosa. Pero antes tienen que abandonar la violencia definitivamente. Si no, todo es una broma macabra.
- ¿Entiende la preocupación de las víctimas?
- Nada se hará sin su memoria. Víctimas hay muchísimas, muchos lo somos. El sentimiento mayoritario es que queremos que esto acabe. Nuestro mejor homenaje es conseguir la paz. El equilibrio en la representación de las víctimas lo sigue ejerciendo con mucho mérito Maixabel Lasa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.