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LORENA GIL
Miércoles, 16 de febrero 2011, 08:08
El Congreso de los Diputados dio ayer el primer paso para cambiar al euskera la nomenclatura de los tres territorios vascos. La Cámara baja aprobó gracias a los votos de PNV, PSOE y el resto de grupos minoritarios, salvo UPyD, la toma en consideración de una proposición de la formación jeltzale para que, a partir de su ratificación definitiva -se producirá dentro de dos o tres meses-, Vizcaya, Guipúzcoa y Álava pasen a denominarse Bizkaia, Gipuzkoa y Araba/Álava. Los nacionalistas anunciaron ayer que presentarán una enmienda para sustituir el guión inicial que habían previsto para Araba-Álava (que en la práctica permitía elegir entre cualquiera de las dos denominaciones) por una barra, de manera que se ajuste a los dictados de Euskaltzaindia y a los acuerdos aprobados en los ochenta por las respectivas Juntas Generales. Así deberá escribirse siempre Araba/Álava, con lo que ese territorio dejará de ser así el único en mantener la doble denominación.
No es la primera vez que este debate aterriza en el Congreso. Han sido cinco las ocasiones en las que los jeltzales buscaron sin éxito dar salida a su petición, pero la oposición tanto de socialistas como de populares dio al traste con cualquier posibilidad. El escenario es ahora bien distinto. A finales del pasado año, el PNV aprobó los Presupuestos de José Luis Rodríguez Zapatero para 2011 a cambio de un paquete de transferencias y otras concesiones, entre ellas, el espaldarazo de los diputados socialistas al cambio de nomenclatura. Los grupos contarán ahora con un plazo de una semana, prorrogable a dos, para presentar sus enmiendas, que serán debatidas en la correspondiente ponencia para su aprobación, en el plazo aproximado de dos meses más. PNV y PSOE harán valer su pacto frente al PP y UPyD, que está previsto soliciten la devolución íntegra de la propuesta.
Cataluña y Galicia
El portavoz adjunto de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban, se congratuló de que «por fin» la iniciativa de su partido pueda llegar a buen puerto, al tiempo que reclamó que el texto se tome en consideración «con naturalidad», tal y como sucedió en casos anteriores. «Con la negativa a aceptar el cambio durante décadas lo que han hecho los partidos mayoritarios ha sido faltar al respeto a la voluntad de los ciudadanos», manifestó.
Las tres Juntas Generales vascas aprobaron a mediados de los ochenta el uso exclusivo del euskera a la hora de referirse a los territorios históricos. Aquella decisión institucional tuvo, no obstante, un alcance limitado, puesto que el único organismo capacitado para fijar los nombres oficiales de una provincia en el conjunto de España es el Congreso. De ahí que, hasta ahora, mientras las administraciones vascas utilizan el término Bizkaia, las del resto del Estado escriben Vizcaya. Este trámite ya ha sido solventado en comunidades como Cataluña (Girona y Lleida) y Galicia (A Coruña y Ourense), en 1992 y 1998, respectivamente. Una contradicción que no solo no entienden los jeltzales, sino la mayoría de los grupos minoritarios en la Cámara baja, que ayer reprocharon a los populares que «nieguen para Euskadi lo que, por ejemplo, aceptaron para Galicia». El PP votó a favor del cambio de nomenclatura de dos provincias gallegas porque lo había solicitado el Parlamento de esta comunidad.
«Pagar un peaje»
El origen de la toma en consideración de la propuesta del PNV fue el detonante del cruce de críticas que se vivió en el Congreso. Desde las filas del PP y UPyD no están dispuestos a apoyar una cláusula recogida en el pacto que sellaron PSOE y PNV para sacar adelante las Cuentas de Zapatero «por razón de debilidad». «Se trata de pagar un precio, cuando debería haberse apostado por la cooficialidad en lugar de aferrarse por el monolingüismo impositivo», censuró Alfonso Alonso. El parlamentario popular defendió la convivencia de ambas lenguas, si bien advirtió de que «erradicar una, en este caso el castellano, no es apostar por la normalización». En este sentido, echó en cara al PSOE que «haya enterrado una coherencia de treinta años» al «anteponer sus necesidades a sus convicciones y a la defensa del pluralismo de la sociedad vasca». «La propuesta es un peaje para estar año y medio más en La Moncloa», añadió la portavoz de UPyD, Rosa Díez.
La encargada de salir al paso de las críticas hacia el PSOE fue la diputada de este partido por Álava María Teresa Fernández Barahona, quien subrayó que los Presupuestos son «claves para el destino» de España, al tiempo que cargó contra aquellos que buscan «desprestigiar de manera permanente» el acuerdo alcanzado con el PNV. En esta línea, presumió del «pluralismo territorial y lingüístico» de este país y lamentó que «algunos utilicen las lenguas como elemento de confrontación».
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