La segunda mitad condena al Naturhouse

Un mal segundo tiempo condenó ayer al Naturhouse La Rioja en una cancha que apenas permite despistes, la Valladolid, que finalmente se impuso por 29-21. De inicio, el conjunto de Jota González saltó a la cancha con un juego presidido por las dudas y ante el que el Cuatro Rayas Valladolid se impuso a base de su estilo habitual, fiel a los rápidos contragolpes y sin permitir un respiro a su contrincante. Tanto es así que la intensidad mostrada por los pucelanos provocó que los riojanos estuvieran demasiado erráticos en los compases iniciales de la contienda. De esta manera, en el minuto 12 de juego y con cuatro goles de desventaja, el técnico visitante se vio obligado a solicitar un tiempo muerto con el objetivo claro de enderezar el rumbo de su equipo antes de que los problemas pasaran a mayores frente a un rival del potencia de los castellano-leoneses.

Nada más reanudarse el juego, la imagen cambió por completo y el Valladolid se vio incapaz de aprovechar la superioridad numérica ante un Naturhouse más enchufado después de la reacción provocada por su entrenador. Los de Logroño comenzaron a desplegar su repertorio de balonmano al recortar la desventaja hasta colocarse a tan solo tres goles a falta de diez minutos para el descanso. De hecho, de no ser por la soberbia actuación de Sierra, los foráneos habría llegado al intermedio con un marcador mucho más igualado que el que reflejaba el electrónico al término de la primera parte (15-13).

Tal era la mejoría del Naturhouse sobre el parqué del Huerta del Rey que, con 9-7 en el luminoso y nueve minutos por jugar, Juan Carlos Pastor echó mano de un tiempo muerto en busca de soluciones. Algo que sin embargo no encontró, puesto que su adversario de ayer acabó la primera mitad encerrando en su campo al Valladolid. Si Perales no logra un gol sobre la bocina, y con suspense, la renta de desventaja hubiera sido de uno.

Tras el paso por los vestuarios, el conjunto local salió al campo enrabietado y fue capaz de mostrar su mejor cara en ataque, logrando un parcial de 4-0 en apenas cuatro minutos. Una ventaja que pareció dar oxígeno a los pucelanos ante unos riojanos que no podía frenar tanto el vendaval ofensivo de su rival como la inconmensurable actuación de Sierra en la portería.

Dos goles en trece minutos

Con el paso de los minutos, los anfitriones se mostraron más entonados en la faceta ofensiva, algo que se proyectó también en defensa, porque la sequía goleadora del Naturhouse se prolongó durante al menos trece minutos de juego. Un periodo en donde los de Jota González no pudieron perforar la portería contraria, nada más que en dos ocasiones.

En el ecuador del segundo tiempo, los riojanos encajaron la máxima diferencia en el tanteador hasta el momento. Con 22-15 los de Jota veían a falta de 17 minutos para la conclusión cómo las escasas ocasiones de plantar cara a los vallisoletanos se esfumaban quedando más que patente la mayor experiencia local para afrontar las situaciones complicadas.

Los últimos diez minutos del encuentro fueron más de lo mismo para castellanos y riojanos, a pesar de que el Naturhouse estuvo más fino en vanguardia debido a la relajación de la retaguardia del Cuatro Rayas Valladolid y a las constantes rotaciones de su técnico para dar minutos a los jugadores menos habituales.

Con esta derrota, los de Jota González se mantienen en la zona templada de la tabla clasificatoria, a pesar de que los tropiezos de sus principales rivales en el campeonato le habían dejado el camino libre para mejorar al menos un puesto, de no ser por el resultado final en Valladolid.