Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
IÑIGO CRESPO
Domingo, 6 de febrero 2011, 03:59
La victoria del Barakaldo sobre el Torrelavega supuso un balón de oxígeno para los de Txanpi Rivero. Una infranqueable defensa y una soberbia actuación del guardameta Llamazares otorgaron dos puntos indispensables para enderezar su camino hacia la permanencia.
Los auriazules arrancaron imprecisos, ansiosos por la trascendencia del encuentro. Esos errores, sin embargo, sólo repercutieron en el aspecto ofensivo, donde los de Txanpi Rivero se precipitaron en el lanzamiento. Pero la seria defensa de 6-0 que desplegaron los vizcaínos pudo con los visitantes, que pocas veces pudieron superar el muro baracaldés. Y, cuando lo hacían, se topaban con un inspirado cancerbero.
El Barakaldo supo sacar provecho a la inferioridad física. Imprimió velocidad al choque, lo que derivó en numerosas exclusiones y dos cartulinas rojas para el Torrelavega, cuyos corpulentos defensores llegaban tarde a los lanzamientos de los jugadores locales. Rivero entendió que esas acciones eran consecuencia de la ansiedad que invadió al cuadro visitante, que se jugaba buena parte de sus opciones en Lasesarre. «Han hecho un balonmano muy noble, nunca han jugado con malas artes», afirmó.
El técnico local se mostró contento por la consecución de estos «dos puntos de oro ante un rival directo». Lo cierto es que los auriazules han conseguido una renta de seis puntos sobre el Bidasoa, que marca el descenso y será el próximo rival del Barakaldo. «Necesitábamos esta victoria para ir más tranquilos a Irún, para ver la competición desde una posición más tranquila», admitió.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La segunda temporada de Memento Mori se estrenará este mes de abril
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.