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MARTA PECIÑA
Domingo, 6 de febrero 2011, 03:43
Si hay una palabra que define a los hermanos Gallastegi, Jon y Ander, en su relación con el txakoli es la inquietud. Recién iniciada la década de los noventa se embarcaron en la compra del caserío Beldui, con las ocho hectáreas de terreno que lo rodean, y plantaron docenas de cepas de txakoli. En 2000 ya empezaron a producir sus caldos y en 2006 tenían en marcha su propia bodega. Ahora se han lanzado a la elaboración de un cava a partir de txakoli. Se trata de la única experiencia alavesa de este género.
«Empezamos a elaborar cava con la cosecha de 2008, sólo fueron 300 botellas», explica Jon Gallastegi, uno de los pioneros de esta idea. «Ahora estamos con la de 2009 y hemos alcanzado las 7.000».
El método de elaboración resulta bastante complejo. «Primero tenemos que elaborar el txakoli. Después se embotella y se somete a una segunda fermentación en la botella, que tiene que permanecer tumbada y en reposo durante al menos nueve meses», comparten. Esa es la razón por la que este año han salido a la venta las botellas elaboradas con las uvas cosechadas durante 2009.
Después de los nueve meses de reposo, los envases «se ponen boca abajo en un soporte para que todos los posos y los restos de la fermentación caigan a la punta», continúa Jon. «El cuello se congela, se descorcha y se quitan todos los residuos. La botella se rellena, se encorcha otra vez y ya está dispuesto para la venta».
En la Guía Parker
En el lanzamiento del cava de txakoli alavés han influido también otros detalles importantes. «Tuvimos la suerte de que Robert Parker, un 'gurú' del vino, probó el primer cava que hicimos y nos dio 90 puntos, que son muchos». Con ese afamado aval con label internacional, los hermanos Gallastegi han podido lanzarse a un incremento de la producción.
«Estas Navidades hemos vendido 1.500 botellas sólo en Llodio y en la bodega», aclara el responsable del nuevo producto. 'Beldui Santi Victoris et Santi Jacobi' -denominación del caldo- «es un 'brut nature', que la gente aprecia porque tiene un punto ácido, como también sucede con el txakoli», analiza. El nombre elegido por los elaboradores «tiene que ver con la primera documentación escrita en San Millán, acerca de la donación de unas viñas que hacían dos hermanos a un monasterio con ese nombre que había en Gardea», rememora Jon.
La bodega Beldui planea la exportación de su primer cava. «Lo enviamos a Europa, Alemania y, sobre todo, Finlandia donde se aprecian mucho los vinos blancos». Los elaboradores han tenido que comercializar su nuevo producto como txakoli espumoso, porque las denominaciones 'cava' y 'champán', está registradas por las zonas elaboradoras, lo que se impide su uso por otros productores.
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