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MARIBEL MARTÍNEZ
Lunes, 31 de enero 2011, 09:45
«Queremos agradecer y reconocer a aquellas personas y entidades que reflejan el respeto a la dignidad de la persona, el compromiso con las propias raíces, la solidaridad, la cultura del trabajo y la apertura al exterior». Con estas palabras recibía Juan María Atutxa a los seis distinguidos con los Premios Sabino Arana 2010, que ayer entregó la fundación que él preside en el Teatro Arriaga de Bilbao. El arquitecto Frank Gehry, la compañía eléctrica Iberdrola, el científico Pedro Miguel Etxenike, la triatleta Virginia Berasategui, el grupo empresarial Gureak y la directora de cine Helena Taberna fueron los homenajeados en la 22ª edición de estos galardones. Al acto acudieron los máximos responsables del PNV -el partido del que depende la fundación-, con Iñigo Urkullu a la cabeza; los consejeros dekl Gobierno vasco Idoia Mendia y Blanca Urgell, y representantes de instituciones sociales.
Gehry, el 'padre' del museo Guggenheim de Bilbao, recibió el premio por contribuir a la «difusión internacional de una nueva imagen del país», en gran medida gracias a la construcción de la pinacoteca de titanio, que se ha erigido en símbolo del nuevo Bilbao y, por extensión, de Euskadi en todo el mundo.
El arquitecto confesó a los asistentes que «una parte muy importante» de su vida la pasó en esta ciudad, y se mostró encantado de volver a ella «no solo» para ver su creación, sino para encontrarse con amigos, y enseñarle a su familia una tierra cuyos valores respeta mucho. «Estudié a fondo la cultura vasca. Quería conocer bien cómo era la ciudad, la ría, la gente, la música, la literatura... Quería conocerlo todo para que el museo mantuviera una relación con el pueblo vasco. Y el rasgo que más me ha sorprendido siempre ha sido su integridad», reveló entre los aplausos de los asistentes.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, recogió el gaslardón con el que la multinacional energética es reconocida como un «ejemplo de compromiso con el desarrollo económico y el bienestar» del País Vasco. El máximo responsable de la compañía simbolizó esta unión en el arranque de su discurso con unas palabras en euskera; y se confesó «muy satisfecho» por el premio, que vinculó con el esfuerzo y la visión de los propietarios de la empresa desde su fundación hace un siglo. Además, recordó que la Torre Iberdrola que se levanta junto al Guggenheim se convertirá en la sede de su grupo tras el verano y apuntó que desde ella la eléctrica continuará «transmitiendo, de generación en generación, este proyecto de creación sostenible de riqueza y empleo» en Euskadi.
Sacrificio y superación
El premio a Pedro Miguel Etxenike, presidente del Donostia International Physics Center, distingue una «intensa labor investigadora y divulgativa con el objetivo de buscar el bienestar de la sociedad a través del saber y del conocimiento científico». El científico agradeció a «la tradición del nacionalismo democrático vasco» que «tanto ha hecho en la defensa del autogobierno», en la «creación de bienestar para los vascos» y en la defensa del uso del euskera, en la que él tuvo un papel protagonista como uno de los impulsores de la Ley de Normalización. «Lo que siempre he procurado es crear oportunidades para que otros las superen», señaló.
«Me siento muy pequeña si me comparo con el resto de premiados», admitió Virginia Berasategui cuando subió a recoger su galardón por su «capacidad de sacrificio y su afán de superación, que le han permitido llegar a lo más alto en la dura disciplina del triatlón». Además, quiso destacar la importancia de la representación femenina en estos premios.
La otra galardonada, Helena Taberna, protagonizó el momento más emotivo al no poder contener las lágrimas sobre el escenario. «El premio es de casa y tiene connotaciones muy grandes», se justificó. La fundación reconoció su «comprometida labor cinematográfica, marcada por la coherencia en la selección de sus proyectos», como 'Yoyes'. «Es la primera vez que entregan un premio para el cine. Es muy importante que un país tenga sus propias películas que hablen de su historia», apuntó.
El grupo empresarial guipuzcoano Gureak fue reconocido por su «excelente trabajo de integración de las personas discapacitadas a través de la inserción laboral». Su presidente, Iñaki Alkorta, recogió el galardón acompañado de dos trabajadores de la empresa, cuya filosofía defiende que «no sobra nadie, sea cual sea su grado de discapacidad».
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