Las escuchas del 'caso Ruby' acorralan a Silvio Berlusconi

Como se preveía, la llegada al Parlamento del dosier de 389 páginas de los fiscales de Milán contra Silvio Berlusconi en el 'caso Ruby' ha sido el comienzo de la filtración de decenas de escuchas telefónicas captadas a las chicas invitadas a sus fiestas y otras personas afines. El trámite en la Cámara de Diputados se debe a que tiene que autorizar el registro de dependencias del primer ministro, pero ha servido para que al menos los 21 parlamentarios de la comisión encargada, y la mitad son de la oposición, tengan acceso al texto. Así empezó la avalancha de filtraciones de conversaciones y frases que dan nuevas pinceladas, de brocha gorda, al escándalo.

De momento no ha surgido ninguna determinante como prueba irrebatible de los cargos concretos contra el primer ministro, pero cada vez está más acorralado y esto es solo el principio. Los fiscales le acusan de prostitución de menores por sus relaciones el año pasado con la marroquí Karima el Marhoug, alias 'Ruby Robacorazones', cuando tenía 17 años, y de concusión -abuso de autoridad- por su llamada a una comisaría, donde estaba arrestada por robo, para que fuera liberada. Estos días debe decidir cómo gestionar el enorme desgaste mediático: o acude a declarar ante los fiscales este fin de semana o intenta bloquear el proceso con un recurso al Constitucional, poniendo en duda su competencia jurisdiccional. En el plano político, acecha la posibilidad de elecciones anticipadas, para pedir la absolución de los italianos.

La clave del caso es aclarar si Berlusconi ha pagado por tener relaciones con una menor y si sabía que lo era, algo muy difícil de demostrar. Según la prensa, en el auto judicial habría pruebas evidentes. Él lo niega y 'Ruby', en las entrevistas, también. Pero las escuchas la muestran diciendo otras cosas: «Voy a su casa desde que tengo 16 años, pero siempre he negado todo para salvarlo». «Mi caso está asustando a todos, he hablado con Silvio y le he dicho que quiero cinco millones», dice en otro momento. Sigue: «Silvio me llama continuamente, me ha dicho que intente pasar por loca, que diga tonterías...». U otra frase lapidaria: «Para él Noemi es una pupila. Yo soy el culo», en referencia a Noemi Letizia, la menor que desató el primer escándalo de este tipo hace año y medio. Por último, 'Ruby' afirma en una entrevista que su agente, Lele Mora, amigo de Berlusconi y quien le llevó a su casa, se enteró de su verdadera edad tras la primera visita a la villa del magnate. Luego regresó y pasó allí siete noches, como probaría el rastro de su móvil.

El problema es que 'Ruby' a menudo miente más que habla. Berlusconi, desde luego, había leído todo esto el domingo, cuando desmintió las acusaciones en un vídeo dirigido a la nación. Se defendió por anticipado alegando que en las grabaciones hay exageraciones y fanfarronadas. En cambio, sobre el ambiente de sus veladas nocturnas, las grabaciones de otras jóvenes, disgustadas por lo que han visto, no describen precisamente las cenas normalísimas que alega 'Il Cavaliere': «Es peor que un burdel. Con Berlusconi que toca el culo a las chicas, delante de todos». Y dice otra: «Es alucinante, no puedes ni imaginar lo que pasa allí, los periódicos dicen mucho menos de la verdad cuando lo masacran». En otra charla una es tajante con una amiga sobre las fiestas: «O estás dispuesta a todo o mejor coger un taxi y te vas».