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JOSÉ MARI REVIRIEGO
Jueves, 6 de enero 2011, 03:33
Mikel Arana, máximo responsable de Ezker Batua desde 2009, asegura que ha llegado el momento de que la antigua Batasuna dé el paso de verdad y reniegue ya de ETA sin esperar a un comunicado que no acaba de llegar.
- ¿Qué espera realmente del comunicado de ETA?
- Lo primero, que exista. Y espero que sea el último y ETA anuncie su intención de abandonar definitivamente la violencia. Eso es lo que hay que exigirle.
- Si no basta con una tregua, ¿la banda terrorista debe demostrar ya su voluntad inequívoca de dejar las armas para siempre?
- Sin lugar a dudas. ETA sobra de la escena política. Creo que la declaración de Gernika es muy explícita. Habla de un cese unilateral, permanente y verificable, como expresión del abandono definitivo de la violencia. Desde el primer momento pensé que había que poner el acento en la segunda parte de esa declaración: abandono definitivo.
- Pero Ezker Batua no es firmante de ese acuerdo que apoyan la antigua Batasuna, EA y Aralar.
- Fue un acuerdo que se gestó entre fuerzas independentistas, en el que subyace un planteamiento nacionalista claro. Se habla de una Euskal Herria de siete herrialdes y una voluntad de caminar hacia el independentismo. Y nosotros no somos independentistas. La declaración de Gernika es el inicio de la unión de fuerzas soberanistas y nosotros no apostamos por eso.
- ¿Usted cree a Batasuna?
- Vamos a ver. Creo que lo que dice es sincero y que su apuesta es real. Pero me da la sensación de que la izquierda abertzale tiene un problema. Ha fiado todo el final del proceso a un comunicado de ETA. A medida que se retrasa, le corresponde responder. Como ETA no responde al emplazamiento, pone la pelota en el tejado de la izquierda abertzale. Por tanto, falta dar el paso: renegar de lo que ha sido ETA, de todos y cada uno de sus métodos. En lugar de seguir esperando a un comunicado que no llega, la izquierda abertzale tiene que asumir el protagonismo. Dar voz al debate que han tenido en las herriko tabernas. Y decirlo de forma muy clara. No hacer una declaración genérica en contra de la violencia, sino decir específicamente que ETA no tiene sentido en Euskadi.
- ¿Arnaldo Otegi es un activo en busca de la paz o un interlocutor quemado después de los fracasos de Lizarra y Loyola?
- Es negativo identificar las estrategias políticas en personas. La propia izquierda abertzale tiene más recorrido que Otegi.Pero creo que debería estar fuera de prisión.
- ¿Estará EB en la manifestación de este sábado en Bilbao en favor de los presos de ETA, después de participar en la marcha que reclamó 'derechos civiles y políticos'?
- Participamos en la anterior manifestación para apoyar el derecho a manifestarse. Este sábado habrá militantes, pero EB como tal no apoya manifestaciones en las que no ha colaborado en su organización. Seguimos defendiendo el derecho de presos y presas a estar cerca de sus lugares de su origen.
- ¿Estará usted en la marcha?
- No, yo, no.
- ¿Le sorprendería que Alternatiba, la escisión de EB, se convirtiera en una especie de refugio electoral para la izquierda radical?
- Eso depende de Alternatiba. ¿Si me sorprendería? No lo sé. Alternatiba ha hecho una apuesta muy clara por el polo soberanista.
Diálogo «sin límites»
- ¿Tan difícil es aceptar la llamada a la unidad del lehendakari para responder a los movimientos de Batasuna de forma conjunta?
- No. Lo que pasa es que antes hay que determinar el modelo de unidad. Hasta el momento hemos coincidido en valorar los comunicados de ETA como insuficientes. Pero a partir de ahí hay que definir la unidad, que no puede ser el acuerdo PSE-PP ni el Pacto Antiterrorista.
- ¿Cuáles serían los mínimos?
- Distinguir entre proceso de paz y de normalización. En el primero, ETA debe abandonar la violencia. En el segundo, tenemos que establecer un diálogo sin límites en el que seguiremos reclamando el derecho a decidir para resolver el conflicto político. En ese foro debería participar la izquierda abertzale. Si de origen se rechaza todo eso, no nos pondremos de acuerdo.
- Con la vista puesta en las elecciones municipales y forales de mayo, EA y Alternatiba se arriman a Batasuna. ¿Teme que una EB en soledad se asome al abismo?
- El espacio de EB está cada vez más claro. Tenemos una derecha nacionalista, una derecha constitucionalista, una izquierda abertzale y un Partido Socialista que está haciendo políticas de derechas. Nosotros somos una formación política no independentista, federalista y de izquierdas. Vasquista. Por eso hacemos tanto hincapié en que con la crisis económica debemos dejar el debate nacional, identitario, en un segundo plano. Todo lo que tiene que ver con ikurriñas, banderas, si somos más vascos, más españoles... El debate social es prioritario.
- ¿Hasta qué punto han quedado desdibujadas las señas de identidad de Ezker Batua después de años de apoyo a lo que llama la derecha nacionalista en Euskadi?
- El problema de formar parte de gobiernos es que asumes como propio lo que hacen tus socios. Cuando de 32 sólo tienes 3 parlamentarios, la capacidad de los otros de imponer sus políticas es muy fuerte. Aunque estemos satisfechos de nuestra labor, a uno no sólo le juzgan por su gestión -EB dirigió en los ejecutivos de Ibarretxe Vivienda y Asuntos Sociales-, sino por todo lo que hace el Gobierno. Ahí es donde quizá se haya desdibujado algo el perfil de EB.
- Bilbao es la única capital vasca en la que EB tiene responsabilidades de Gobierno. ¿Repetirá Julia Madrazo como candidata?
- Eso le corresponde decidirlo a la asamblea de Bilbao.
- Sin hablar de personas, ¿EB debe mantener el respaldo a Iñaki Azkuna tras las elecciones?
- También es una decisión de la asamblea. Pero puedo decir que la diferencia de concejales del PNV con respecto a los de EB es tan alta que creo que se puede repetir lo que hablábamos antes del tripartito. Por tanto, no soy favorable a repetir ese esquema. El pequeño nunca puede condicionar al grande. Ese es el problema de los pactos.
La crisis interna
Mikel Arana Etxezarreta (Ordizia, 1973) es un trotamundos. Lleva veinte años de residencia en Bilbao, pero antes había vivido en Vitoria y Arrasate por motivos laborales de su padre, gerente de profesión. Arana, que estudió dos años en el extranjero, es licenciado en Derecho y máster en administración de empresas. No se plantea el salto al campo privado. Dice irónico que «bastante» tiene con dirigir EB, partido que estuvo en junio al borde de un cisma por las profundas discrepancias entre los 'aranistas' y los partidarios de Javier Madrazo, su antecesor en el cargo.
- En vísperas de un momento electoral, ¿hay riesgo de que se reabran las heridas?
- La crisis ocurrió en el ámbito de la dirección, no de las asambleas locales. Nuestros estatutos dicen que son los afiliados de cada pueblo los que deciden la composición de las listas. Y ya se están elaborando con total normalidad.
- ¿Cuándo se ha visto por última vez con Javier Madrazo?
- Hace tiempo.
- Dicen que usted era su preferido y que ha ocurrido lo del dicho 'cría cuervos y te sacarán los ojos'.
- No sé qué decir a eso. No se trata de preferencias personales. Me correspondió a mí asumir la coordinación general entre otras cosas porque era el único parlamentario.
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