Borrar
Urgente En directo, Andorra-Bilbao Basket
Surio e Idigoras escuchan a la presidenta de la comisión. :: IGOR AIZPURU
Surio se declara víctima de «un juicio sumarísimo»
Polémica en el ente vasco

Surio se declara víctima de «un juicio sumarísimo»

La dirección de EiTB advierte de que el «'pim-pam-pum' político» puede lastrar al entePartidos y sindicatos nacionalistas acusan en el Parlamento a los gestores de la radio televisión pública de practicar «la censura»

JOSÉ MARI REVIRIEGO

Martes, 14 de diciembre 2010, 07:39

La dirección de EiTB se sentó ayer en el 'banquillo' del Parlamento vasco, acusado por PNV, Aralar, EA, LAB y ELA de «censurar» la libertad de expresión en los informativos del Teleberri, y se declaró víctima de «un juicio sumarísimo» promovido por el nacionalismo. Con pasajes que recordaron a un auténtico careo, el equipo que dirige Alberto Surio y los grupos abertzales cruzaron duros reproches por la gestión de la radio televisión pública vasca en una comisión parlamentaria convocada para examinar el penúltimo conflicto interno: el «apercibimiento» a dos periodistas por discrepancias con la jefatura de la sección de Política en la elaboración de un vídeo sobre el 31 aniversario del Estatuto, en coincidencia con el apoyo del partido de Iñigo Urkullu a José Luis Rodríguez Zapatero.

Penúltimo capítulo porque no tiene pinta de que se declare una tregua en el ente cuando aún restan más de dos años y medio para que termine la legislatura. Al contrario, la formación peneuvista advirtió de que marcará muy de cerca a Surio y los suyos, en el ejercicio de su derecho al «control». Marcaje que a veces rozó el placaje. «¿Se ve con la autoridad moral suficiente para seguir en el cargo?», interpeló ayer el jeltzale Luke Uribe-Etxebarria al director de ETB, Miguel Ángel Idigoras. Y éste contestó que para nada piensa en dimitir: «No es una cuestión de moralidad. Tengo la máxima legitimidad». Surio aprovechó la cita para renovarle en público su «total confianza».

Los partidos de la Cámara de Vitoria debatieron ayer durante más de cinco horas sobre la situación laboral y «el ambiente» reinante en EiTB, especialmente en ETB-2, en una comparecencia que apenas despejó un par de asuntos entre tanta polvareda. Que no se lavaron los trapos sucios en casa, o que se lavaron mal, en lo que se refiere a «la llamada de atención» a las dos profesionales, como lo definió la dirección, o al «abuso de poder» practicado por el equipo de Surio, en palabras de Mikel Basabe (Aralar).

Un vídeo fechado en octubre sobre la apuesta del PNV por el desarrollo estatutario tras la etapa «soberanista de Ibarretxe» ha vuelto a poner a EiTB en el disparadero. Este es el telón de fondo del último pulso. Representantes de ELA y LAB, «la mayoría sindical» en la empresa, resaltó Aralar, intervinieron en la Cámara para denunciar la «desproporcionada» reacción de la dirección contra las dos periodistas: la profesional que debía elaborar la cinta, a quien el jefe de Política de ETB, Juan Carlos Viloria, habría «impuesto» su criterio; y otra trabajadora que difundió la «injusticia».

«Violencia ideológica»

PNV, Aralar y EA hicieron causa común con los dos sindicatos y pidieron la retirada de los apercibimientos. LAB llegó a hablar de «violencia ideológica» contra las dos profesionales. «Es posible que se presente una denuncia ante la Federación Internacional de Periodistas», avisó Uribe-Etxebarria. Por contra, el resto de partidos, mayoritarios en el Parlamento, no vio motivos para esa alarma. Carlos Gorostiza (PSE) dijo que el vídeo «no tuvo ninguna repercusión» y Carlos Urquijo (PP) subrayó que se estaba haciendo «una montaña de un grano de arena» con el único objetivo de castigar a la nueva dirección.

Surio se mostró «sorprendido» por «la exagerada» magnitud de unos hechos que limitó a «un desencuentro profesional puntual» entre el Jefe de Política en su primer trabajo para EiTB y la redactora a la que encomendó la tarea. Explicó que la empresa mostró su desaprobación «fuera del código sancionador» a las dos trabajadoras. Por escrito, a la que se negó a elaborar el vídeo para el Teleberri de la tarde -se emitió por la noche-. Verbalmente, a la que «difundió una denuncia anónima» sin darle oportunidad al responsable de Política de contrastarla.

El segundo aspecto que quedó claro en mitad de la polémica fue que la radio televisión pública vasca corre el riesgo de convertirse en un medio politizado en la refriega abierta entre los defensores del cambio en Euskadi -PSE, PP y UPyD- y la oposición -PNV, Aralar, EA y EB-. Muestra de ello fue el siguiente intercambio de interpretaciones. Uribe-Etxebarria denunció una maniobra para «hacer de EITB un instrumento al servicio del cambio y de un determinado pacto», en alusión al acuerdo PSE-PP que desplazó al PNV del Gobierno vasco. El representante jeltzale no dudó en comparar la situación con «los peores años del 'urdacismo'».

La dirección rechazó de plano cualquier «manipulación». Idigoras, como director de ETB, alertó del peligro de que la entidad acabe sumida en el juego del «'pim-pam-pum' político». «Mientras no salgamos de ese atolladero», subrayó que la dirección se verá obligada a capear los «problemas urgentes», pero no «los importantes» como la recuperación de la audiencia, la calidad del producto y la difusión de un proyecto «plural». Esa «presión» afecta a los trabajadores, aunque también a EiTB como empresa.

Surio puso el acento en «el daño» que se puede hacer al ente público «más allá de ponernos a caldo» con las críticas a la gestión. El director general llamó la atención sobre «las interferencias privadas» que se ciernen sobre EiTB, «subsidiaria de un modelo privado». No identificó «los efectos perniciosos», pero dejó caer que una entidad debilitada puede acabar lastrada por la competencia.

Lo que ya tiene delante de sí es un problema de politización, viendo la relación de complicidades. Sólo PP, PSE y UPyD manifestaron su respaldo a la dirección de EiTB frente a «una campaña de acoso y derribo del PNV que no va a parar». Aquí no hay apoyos 'trasversales'. Urquijo acusó a Uribe-Etxebarria de ponerse «la toga» en una comparecencia que parecía «un tribunal de Justicia» con el fin de «quemar censores». Gorostiza animó a los nuevos gestores a dar la vuelta a EiTB, a la que definió como «aparato de hegemonía al servicio del pensamiento único del nacionalismo» cuando lo dirigía el PNV.

Surio abogó por recuperar el clima de confianza en la plantilla, siempre que sea una voluntad «recíproca», y alabó la profesionalidad de los trabajadores. El director denunció que se haya «sometido a un juicio sumarísimo» a Viloria y su equipo, y acusó al PNV de «desgastar» a la dirección «simplemente porque ya no dirige esta casa»

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Surio se declara víctima de «un juicio sumarísimo»