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El dirigente nacionalista posa durante la entrevista en la sede de Hamaikabat en San Sebastián. :: NAGORE IRAOLA
«El nacionalismo histórico no debe estar en manos de un solo partido»
POLÍTICA

«El nacionalismo histórico no debe estar en manos de un solo partido»

Insiste en reclamar una colaboración electoral con el PNV ahora lejana, pero advierte de que el nombre de Hamaikabat debe «aparecer en las papeletas» Iñaki Galdos Presidente de Hamaikabat

PPLL

Domingo, 5 de diciembre 2010, 03:52

La flamante sede de Hamaikabat en el barrio del Antiguo de San Sebastián contradice los pronósticos del sondeo encargado por la Diputación de Guipúzcoa -donde el partido escindido de EA gobierna en coalición con el PNV-, que deja a la formación liderada por Iñaki Galdos sin representación en las Juntas Generales. El local, que fue antes batzoki y alkartetxe, es hoy una especie de 'loft' decorado con muebles modernos y tonos amarillos que hace funciones de cibercafé, gimnasio y sociedad gastronómica y que no parece el de un partido al borde del abismo. Galdos (Oñati, 1966) también lo niega categóricamente y defiende a capa y espada la razón de ser de Hamaikabat.

- ¿Hace autocrítica tras el resultado de la encuesta?

- Como teniente de diputado general he pedido que se me enseñen las tripas de esa encuesta y no hay manera. Es preocupante. Las cifras son tan ridículas que se descalifican por sí solas. Podemos asumir que en algunas localidades tengamos menos votos que los que mi candidatura obtuvo en 2007, pero lo que nadie entiende es que nos dé para toda Guipúzcoa lo que vamos a sacar en San Sebastián.

- ¿Puede ser que hayan fallado al dar a conocer el nuevo partido?

- Aceptamos que somos una marca desconocida y que muchos de nuestros cargos aún están identificados con el viejo partido. Ése es un handicap en las encuestas aunque no lo va a ser en mayo. En un año de partido que hemos cumplido esta semana hemos inaugurado sedes, tenemos una presencia muy importante en la red... El balance es altamente positivo.

- ¿Está acusando a sus socios del PNV de hacer una excesiva labor de cocina para arrinconarles?

- No acusamos de nada. Nos parece tan ridículo que tratamos de poner buena cara a pesar del cabreo.

- ¿No contempla entonces la posibilidad de desaparecer?

- No, no, por Dios.

- ¿La única salida pasa por cerrar algún tipo de acuerdo con el PNV?

- Ésa es nuestra vocación fundacional, que el nacionalismo histórico institucional una fuerzas y tenga la capacidad de ofrecer al electorado una fórmula atractiva, sobre todo en un escenario en el que la izquierda abertzale va a emerger con fuerza y el PSE y el PP van a tener, por lo menos, la posibilidad de reeditar en otras instituciones la alianza que tienen en Vitoria. En su día, dijimos que el nacionalismo histórico institucional había perdido parte de su liderazgo y que era necesario echarle una pensada al porqué de todo ello, para darle un nuevo impulso. Nuestra vocación es conocida desde el principio y, si la manifestamos, no es por espíritu de supervivencia.

- ¿En qué debe concretarse esa recuperación del liderazgo?

- El PNV es un partido centenario e infinitamente mayor. No somos tan pretenciosos como para tratar de hablar en términos cuantitativos de tú a tú con el PNV. Somos humildes y tenemos la suficiente empatía como para entender sus argumentos. Pero el nacionalismo histórico es un espacio plural y amplio, en el que es deseable que exista más de un partido, sobre todo desde que EA hizo el ejercicio de transfuguismo ideológico que le ha llevado al otro extremo. Cuando el nacionalismo vasco ha explicitado su voluntad de representar al cauce central de la política vasca es cuando mejor le ha ido al propio nacionalismo y a la sociedad.

- ¿La negociación con el PNV está estancada?

- Sí. Estamos pendientes de alguna conversación pero no hay avances.

- ¿El problema es que Hamaikabat pide demasiado?

- Hamaikabat no ha abierto la boca para pedir nada, pese a lo que dicen algunas voces perversas. Queremos hablar de política. No estamos obsesionados con las fórmulas, pero tenemos una línea roja: Hamaikabat es un partido que debe existir si el electorado así lo considera y debe aparecer en las papeletas. Creemos en él porque pensamos que no es bueno que el espacio del nacionalismo histórico institucional esté en manos de un único partido.

- ¿Por qué el PNV no recoge el guante?

- Tampoco conocemos los motivos. Nos ha dolido el intento de devaluar en Guipúzcoa de manera poco inteligente al que podía ser socio electoral. En otros territorios, las relaciones están siendo cordiales y estrechas.

- ¿Temen ser absorbidos?

- Pocas personas habrá en Euskadi que hayan hablado de manera tan persistente de la colaboración. Tanto que en ciertos ámbitos mi figura ha sido ridiculizada como una especie de anexo del PNV. Pero también pienso que en este país hay decenas de miles de personas que ven bien que existan más opciones como contrapeso a ese gran partido. Como dijo nuestro presidente en Álava, Iñaki Beraza, hay mucha gente a la que le cuesta votar al PNV a pelo.

- ¿Descartan entonces integrarse como independientes en las listas del PNV?

- No descartamos nada. Si no hay al final una colaboración no será por culpa de Hamaikabat.

El soberanismo de Egibar

- ¿En qué se diferencia Hamaikabat del PNV?

- Le voy a contar una anécdota. Lo que me dijo un viejo militante nacionalista ya fallecido refiriéndose a EA. Me dijo que aunque fuéramos dos gotas de agua ideológicas sería bueno que existiéramos porque un partido grande sin contrapesos no es bueno para la ciudadanía. Dicho esto, nosotros decimos cosas que nadie está diciendo dentro del nacionalismo, en relación a los comunicados de ETA por ejemplo, y hemos marcado impronta con nuestra gestión de Hacienda.

- ¿Ayuda en algo en ese liderazgo que pide la postura de Egibar, escorado hacia el soberanismo?

- Yo soy tan soberanista como Joseba Egibar o Rufi Etxeberria, en la medida en que el soberanismo consiste en reconocer a este pueblo la capacidad para decidir su propio futuro. Ese término se utiliza perversamente. Es evidente que dentro del PNV existen visiones diferentes. Ellos sabrán qué ejercicios de cohesión deben hacer, pero salta a la vista que la izquierda abertzale y ETA también están tratando de meter el dedo en el ojo al PNV hurgando en esa herida.

- ¿Le parece un error táctico?

- Como observador externo, me da la sensación de que la lectura del PNV guipuzcoano es que ante la previsible llegada con mucha fuerza de la izquierda abertzale -no olvidemos que el voto nulo superó en 2007 al PNV- opta por profundizar en un perfil. El tiempo dirá si la estrategia es acertada o no.

- Pero no la comparte.

- Observamos con preocupación que en el mundo abertzale se ha instalado una carrera para demostrar quién es más turbo-independentista. Nos negamos a entrar en esa dinámica, la sociedad no está en esa clave. Esa carrera no es necesaria, incluso nos perjudica.

-¿Ve factible que el polo soberanista le gane la partida al nacionalismo institucional?

-Esa es su vocación y en ello están centrados, haciendo sus cálculos. El objetivo es evidente, otra cosa es que lo consigan.

- ¿Ve cercano el fin de ETA?

- ETA está en los últimos capítulos de su vida. Tenemos que ser absolutamente exigentes. Ya dijimos que no le íbamos a hacer la ola como otros. Hay que construir un futuro en paz con verdaderos cimientos. ETA debe perder toda esperanza de tutelar ningún proceso.

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