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ANTONIO SANTOS
Lunes, 22 de noviembre 2010, 10:14
Euskal Irrati Telebista tendrá en 2011 un presupuesto global de 177,5 millones de euros, apenas un 1% menos de la cantidad que ha gestionado este año. En una época de fuertes recortes en la Administración, la radiotelevisión pública se ha garantizado mantener el gasto prácticamente en los mismos niveles del actual ejercicio. Un balón de oxígeno para la dirección de la casa, presidida por Alberto Surio, que debe hacer frente a la tremenda pérdida de espectadores que ha sufrido ETB-1 y, sobre todo, ETB-2 en el último año, en un medio caro y donde la calidad de la oferta va en función del dinero que se pueda gastar en la producción.
La empresa pública ha sido, junto con la Ertzaintza, una de las instituciones que más ha acusado el cambio de inquilino en Ajuria Enea, hasta convertirse en un tema de recurrente polémica en el Parlamento vasco. La última, la pasada semana. El miércoles, el anterior director general de esa compañía, Andoni Ortuzar -ahora al frente del PNV de Vizcaya-, tuvo que dar explicaciones sobre 160 contratos firmados durante su mandato y que la Inspección de Trabajo ha declarado irregulares. El viernes, el lehendakari acusó en la Cámara a los jeltzales de mantener un boicot sobre ETB para que descendieran las audiencias en beneficio de los medios privados.
La principal inyección económica del ente procederá, una vez más, de las arcas del Gobierno vasco. Ejecutivo y gestores de EiTB deben comenzar en los próximos meses a negociar un nuevo 'contrato-programa'. Bajo esa denominación se recoge el pacto que ambas instituciones establecen para cuantificar la cantidad que cada año debe aportar la Administración autonómica para sostener la cadena. La anterior financiación expiró en 2010.
Aunque la dirección de la radiotelevisión quería que el Ejecutivo prorrogase por un año la ayuda directa, los responsables de la compañía recibirán del Gabinete socialista 6 millones menos que en el actual ejercicio (134 millones, un 9% menos). Un recorte que, sin embargo, se verá paliado por el aumento de la publicidad. Las cuentas de la cadena vasca reservan en este epígrafe unos ingresos por encima de los 31 millones de euros, cuatro más que los cosechados en estos doce meses. A todo ello deben añadirse las amortizaciones, una parte correspondiente a las subvenciones al cine y otros ingresos. Sumada la ayuda del Gobierno y la factura a los anunciantes, el ente solo verá mermado su presupuesto en 1,6 millones. Los gestores del canal recuerdan, no obstante, que en el actual ejercicio han recibido de las arcas públicas 13 millones de euros menos de lo que estaba pactado de antemano. «Con esa cantidad sufragas los programas en 'prime time'», advierten.
La situación de EiTB provocará, a buen seguro, la envidia en el resto de compañías públicas. Salvo la radiotelevisión catalana, que como consecuencia de las elecciones del próximo domingo tiene sus cuentas prorrogadas a falta de que el Ejecutivo resultante de las urnas tome posesión y determine el recorte, todas las demás experimentan un descenso mucho mayor en sus presupuestos anuales. Desde el recorte del 11% del ente gallego al 2,74% de Canal Sur, pasando por el 4,7% de Madrid y el 8,6% de la comunidad valenciana. El 'tijeretazo' viene condicionado en casos como el madrileño y el andaluz por los déficits que arrastran y que para ambas supera los 11 millones de euros.
Pago a la Seguridad Social
Sobre las saneadas cuentas de la cadena pública vasca solo se cierne un peligro: la regularización de alrededor de 160 trabajadores que, hasta el momento, tenían contratos mercantiles y que la Inspección de Trabajo obligará a trasformar en indefinidos no fijos. Un problema heredado de la anterior dirección y que, para ajustarse a la legalidad, obligará a los actuales responsables a desembolsar 4 millones de euros a la Seguridad Social en concepto de atrasos, además de reservar otros 3 millones cada año para pagar las nóminas de este grupo. El Ejecutivo autónomo se ha comprometido a inyectar a EiTB, al menos, los cuatro millones para normalizar la situación de los contratos. Lo hará mediante una aportación extraordinaria, fuera de lo establecido en el 'contrato programa'.
La factura de EiTB sigue siendo, no obstante, cara para los vascos. Si se divide la cantidad económica que la compañía percibe del Gobierno autónomo y se divide entre los 2,2 millones de habitantes de Euskadi, cada ciudadano aporta al año al ente público alrededor de 61 euros. Mucho más que lo que le corresponde en sus respectivas comunidades a un catalán, un gallego, un valenciano, un madrileño o un andaluz. De hecho, Euskal Irrati Telebista requiere un gasto por persona muy superior al resto de autonómicas. Quienes residen en el País Vasco abonan 17 euros más que los catalanes, 24 más que los gallegos, 36 más que los valencianos, y 40 y 46 más que andaluces y madrileños respectivamente.
Los actuales responsables del ente público vasco reconocen la diferencia y aluden a un «problema estructural». Una cuestión que procede prácticamente de su nacimiento. La existencia de dos canales, en euskera y en castellano, ha provocado que la factura sea mayor que la de otras públicas, donde no se da esa coexistencia de dos lenguas, cada una de las cuales tiene su propia televisión y radio. Una circunstancia que hace que la compañía vasca tenga el cuarto presupuesto de todas las autonómicas y la cuarta plantilla. Con la regularización de contratos, EiTB alcanzará los 1.070 empleados. Solo le superan TV3 (2.398 trabajadores), Canal Sur, (1.660) y Telemadrid (1.175). Todo ello a pesar de que sea la cadena que menor número de público potencial tiene de todos estos entes.
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