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EL CORREO
Lunes, 25 de octubre 2010, 09:39
El escultor estadounidense Richard Serra dijo ayer en Bilbao que nunca hubiera recibido el Premio Príncipe de Asturas de las Artes sin la obra que forma parte de la exposición permanente del Museo Guggenheim de la capital vizcaína. 'La materia del tiempo', como se llama la obra, es una escultura de ocho piezas de grandes dimensiones que invita al espectador a pasear y perderse en su interior. La sala más grande del museo está reservada para ella, lo que da una idea de su colosal tamaño.
En un encuentro con los medios de comunicación en el propio museo, Serra señaló, en concreto, que el galardón recibido anteayer «nunca hubiera sucedido si mi obra no estuviera en este museo», que para él ha sido «un imán» desde su construcción. El escultor nacido en San Francisco y de padre mallorquín ha asegurado que este galardón ha sido uno de los acontecimientos más importantes de su vida. «Fue de muchísimo significado. Nunca me hubiera esperado que fuera tan gratificante», afirmó.
«Llevo viniendo a España casi 30 años y, en estos últimos días, me he dado cuenta de que tengo casi una familia aquí. Prefiero venir a España antes que a cualquier otro país de Europa. Me siento muy cómodo», confesó el creador. Serra aseguró sentirse «encantado» de regresar a Bilbao porque la ciudad es «uno de los sitios donde mi obra ha podido evolucionar de una manera con la que me identifico» y porque le «encanta» la obra expuesta en el Guggenheim.
Sobre 'La materia del tiempo', destacó que las ocho piezas que la forman -laberínticas- permiten al espectador adentrarse en la obra, como si se tratara de una construcción arquitectónica; y que con eso consigue que cada persona tenga un experiencia diferente. Destacó en su intervención el alto componente psicológico de la obra, en la que se pierde la referencia al no haber «un eje vertical» y en la que es posible sentir «ansiedad o perder la sensación de la temporalidad».
Problemas de salud
El artista se refirió asimismo a los serios problemas de salud que ha atravesado en los últimos años, con operaciones de rodilla, cadera y hernias, entre otras, que le llevaron a pensar que terminaría en una silla de ruedas. Los malos tiempos parecen haber pasado. Explicó que ahora se encuentra «muy bien» y que no tiene «miedo de continuar ni de subir o bajar escaleras».
Serrá también habló sobre la necesidad de seguir creando de todo artista. El creador, argumentó, «no quiere continuar con lo que ya ha conocido, sino que quiere hacer algo desconocido». Es por ello que «el artista siempre tiene una sensación de inseguridad o una paranoia porque cada día se plantea cómo va a ser la siguiente pieza o evolución». Por último, habló de la exposición 'Brancusi y Serra' que llegará a Bilbao en octubre del año que viene y que revelará las similitudes y diferencias de los enfoques de ambos escultores. «Brancusi -afirmó- es uno de los mejores artistas del siglo XX, con Picasso y Giacometti».
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