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OLATZ BARRIUSO
Domingo, 19 de septiembre 2010, 04:51
Tras una hora de conversación con Iñigo Urkullu, el interlocutor se queda con la idea de que la frustración de haber visto saltar por los aires las treguas que propiciaron el proceso de Lizarra y las conversaciones de Loyola ha dejado una huella indeleble en él. «Soy prudente, muy prudente», recalca el presidente del PNV, que admite que no comparte el entusiasmo de algunos de sus compañeros de partido -los puntales del ala soberanista Joseba Egibar, Markel Olano e Iñaki Gerenabarrena- ni el optimismo del socialista Jesús Eguiguren sobre la irreversibilidad del proceso. Urkullu pide hechos. Y se los pide a Batasuna. Pero tampoco piensa quedarse de brazos cruzados.
- ¿En qué consiste la iniciativa que ha anunciado el PNV para dar respuesta a la situación creada tras la tregua de ETA?
- La sociedad ha recibido el comunicado de ETA con cierta frialdad, pero a la vez sigue emplazando a los partidos a la búsqueda de soluciones. Tenemos la voluntad de plantear a las demás formaciones la búsqueda de un diagnóstico común, en el que quepan todas las sensibilidades ideológicas. No se trata de una iniciativa de política antiterrorista, que no nos corresponde, sino de normalización de la convivencia política.
-Habla de un documento del EBB que se presentaría a los partidos.
-Sí, en principio sí. Pero lo mejor es que sea discreto.
- ¿Incluida la izquierda abertzale ilegalizada?
-Sí, sí.
-Patxi López cree innecesario buscar un diagnóstico común entre los partidos sobre el alto el fuego porque, a su juicio, ya existe.
-Una respuesta así me preocupa bien porque interpreta que sólo cabe una política antiterrorista, la pública del Gobierno español; bien porque puede significar que hay alguna iniciativa oculta en la que él esté jugando un papel y otros (el Gobierno español, Eguiguren, la Batasuna ilegalizada...) otro. El PNV no actúa en función del comunicado de ETA, sino preocupado porque a algunos pueda interesarles una maraña de aquí a las elecciones municipales y por la necesidad de que los ciudadanos sepan lo que entre todos estamos dispuestos a hacer; incluso, si alguien puede ofrecer a Batasuna una cobertura si pide a ETA que dé un paso integral verificable. No se trata de afán de protagonismo. Parece que el PNV molesta, estorba. ¿Quiere el lehendakari que afrontemos esta etapa a modo de jaula de grillos? ¿Para beneficio de quién? Sabemos que el objetivo del PSE y de la Batasuna ilegalizada es dar el «sorpaso» al PNV. Ya lo vivimos en 2005. Si es que molestamos porque hay algo más, que se nos diga por qué no es conveniente que promovamos esta iniciativa.
- ¿Temen que el polo soberanista cobre protagonismo y les desplace?
- No, en absoluto. Queremos partir de conceptos como el derecho a la vida, el derecho a las libertades individuales y el reconocimiento y el respeto al pluralismo de la sociedad vasca; y, a partir de ahí, construir un país entre todos donde prime la convivencia política y la normalidad. No es una respuesta a los propósitos de otras sensibilidades.
- ¿Son conscientes de que el objetivo de ese conglomerado es arrebatar al PNV el liderazgo?
- Pero ése es el objetivo en origen del MLNV. No nos extraña en absoluto. Agradecemos que lo hayan dicho públicamente. Algunos llevamos diciéndolo hace treinta años.
- Si el EBB no se cree a ETA, ¿por qué quiere tomar la iniciativa? ¿No es contradictorio?
- No, porque no es sólo en relación a una política antiterrorista o a un anuncio de tregua. Va más allá, al diagnóstico de la situación y a lo que decíamos en el documento a la izquierda abertzale, que ahora tiene la oportunidad de dar los pasos que sabe que tiene que dar. Queremos ver cómo normalizamos la convivencia política, algo que tiene vida propia al margen de un escenario de ausencia de violencia.
- ¿Corresponde al Gobierno central legalizar a Batasuna, como ha pedido, por ejemplo, su compañero Markel Olano, o es Batasuna quien tiene que moverse?
- Es un debate enrevesado. No se trata de que el Gobierno tenga que legalizar a Batasuna, sino de que existe una ley de partidos y estamos en contra. En estas circunstancias es muy difícil pensar que el Constitucional pudiera entrar en este juego. No queremos caer en esa mezcolanza de reflexiones. Estamos en contra de la ley de partidos, pero Batasuna tiene también que hacer sus deberes. Tiene un problema de credibilidad que sólo se supera haciendo lo que tiene que hacer.
- ¿Lo hará?
- Quiero pensar que lo que quieren es hacer política y que lo que estamos viviendo no es un juego de reparto de papeles, de estrategia y táctica. En el comunicado, ETA se erige en guardián y garante de unas posibles negociaciones con el Gobierno español. Quiero pensar que en la autodenominada izquierda abertzale hay quien, sea por necesidad o por voluntad, ve que es necesario hacer una apuesta por las vías políticas. Pero es Batasuna quien tiene que hacer el recorrido. No pueden pedirnos a los demás que lo hagamos por ellos.
Amenazas y extorsión
- ¿Comparte con Joseba Egibar y Jesús Eguiguren que, en ese pulso con ETA, Batasuna ha tomado el mando y es la que marca el ritmo?
- No. Yo no me atrevo a decir quién tiene el mando y quién marca el ritmo. Hemos hablado con Batasuna con franqueza y lo que corresponde decir es lo mismo que le decimos en privado. Lo demás obedece a un juego de elucubraciones. No me atrevo a entrar ese juego porque hemos vivido experiencias de procesos anteriores en las que representantes de ese mundo nos dijeron que su palabra comprometía al conjunto de la izquierda abertzale. Y vimos lo que sucedió. Hay que ser cautelosos y prudentes en las expresiones, por más que deseemos que haya un paso por parte de Batasuna y el cese definitivo de la violencia por parte de ETA.
- ¿Le ha molestado que algunos dirigentes de su partido, como Egibar, Olano o Gerenabarrena, muestren en público un entusiasmo mucho mayor?
- No porque soy muy riguroso. El EBB emite un comunicado en reacción al de ETA, pero no hace una interpretación de lo que esté pasando en Batasuna. Le decimos que tiene la oportunidad de hacer algo, pero no analizamos lo que esté haciendo. Por eso diferencio los planos, y no me molesta en absoluto.
- Tiene entonces una opinión más escéptica. ¿Las experiencias de Lizarra y Loyola han hecho de usted un descreído?
- Soy prudente. Muy prudente. Mi responsabilidad me obliga a serlo. Tengo que valorar un cese de acciones armadas ofensivas comunicado no se sabe a quién ni desde cuándo y, sin embargo, hace un mes teníamos constancia de la existencia de amenazas, chantajes, extorsión y coacción. Eso me lleva a hablar con la máxima prudencia posible. Al margen del deseo que tenga, debo analizar los hechos y eso obliga a poner sobre la mesa las experiencias anteriores. Viví el proceso de 1998 más que con ilusión, con emoción, y así lo transmití a quienes en representación del PNV participaron en él. El del año 2006 también lo viví, y desde el empeño que tenía el PSOE. Pero las consecuencias han sido las que han sido. No me puedo dejar llevar por la ilusión, por la emoción o por reflexiones infundadas.
- La izquierda abertzale dice que la supuesta tregua ha generado esperanza y que usted se pone más duro que Rubalcaba.
- Que me imputen lo que me quieran imputar, pero no veo en la sociedad vasca la emoción ni la ilusión que vivió en el 98, ni siquiera la esperanza de que ésta sea la definitiva, como pudo pasar en 2006. Hay una actitud de escepticismo y frialdad que no quita para que mire a los partidos. Pero de ahí a que sembremos esperanzas infundadas va un trecho.
- ¿Coincide con Eguiguren en que el proceso es irreversible?
- No lo he leído por parte de ETA en ningún lado. Para empezar no es un anuncio de alto el fuego, sino que dicen que adoptaron unas decisiones. Hemos conocido otros anuncios que iban acompañados de adjetivos y luego ha sucedido lo que ha sucedido. No he visto nada que augure la irreversibilidad.
- Da la sensación de que usted está más cerca de López que él de Eguiguren, que a su vez comparte diagnóstico con Egibar.
-No hago paralelismos. Yo estoy más cerca de la reflexión de la mayoría sobre el comunicado de ETA. Si Eguiguren tiene otros datos...
Salvar a Zapatero
- El acuerdo sobre las políticas activas de empleo está encarrilado.
- No se ha cerrado nada todavía, pero el hecho de que no se haya ejecutado lo que el lehendakari anunció con Chaves y que no se haya reunido la Comisión Mixta de Transferencias me hace pensar que el Gobierno español está valorando seriamente los planteamientos que el PNV ha hecho durante treinta años.
- ¿Es posible un 'no' del PNV a Zapatero, teniendo en cuenta que obligaría a adelantar las elecciones, les restaría influencia e interrumpiría el posible proceso?
- Si fuera una decisión basada en Zapatero o Rajoy, ni uno ni otro porque ambos avalaron el pacto PSE-PP. Tenemos que gestionar herramientas para que Euskadi pueda hacer frente mejor a una crisis que nospreocupa. Si por eso votamos que sí a los Presupuestos y Zapatero puede agotar la legislatura será una consecuencia, pero no el deseo.
- Una consencuencia que parece muy cercana.
- Hasta que el capítulo de las políticas activas de empleo no esté cerrado, el PNV no está en disposición de negociar. Quiero pensar que la posición del PNV, que reivindica el fuero y el huevo, es decir el concepto y la cuantificación, va a ser atendida por el Gobierno.
- ¿Qué fórmula se va a utilizar para reconocer la competencia como propia de Euskadi sin romper la 'caja única' de la Seguridad Social?
- No voy a publicitar el contenido de las conversaciones. Y niego la mayor de que la transferencia tal como está contemplada en el Estatuto suponga la ruptura de la 'caja única'. Me sorprende que el lehendakari, en lugar de reivindicar el máximo para Euskadi, defienda las tesis del Gobierno español. El PNV defiende el espíritu y la letra del Estatuto, que en lo referente a las políticas activas tiene una redacción sustancialmente diferente a lo que pueda competer a otras comunidades. Hay además sentencias del Constitucional que reconocen que no es Seguridad Social. Otra cosa es que las bonficaciones se deriven por medio de la Seguiridad Social para llegar al Inem.
- ¿Se trataría entonces de articularlo vía Presupuestos?
- Ya he dicho bastante.
- Aunque no le guste la palabra veto, ¿no se ha perdido un año en el que habría habido más dinero para intermediar entre los parados y el mercado de trabajo?
- Eso es una mentira. Me imagino que aún no habiendo sido transferida la competencia alguien las habrá gestionado...
- Pero con menos dinero.
- Si no ha habido ninguna urgencia en ejecutar la transferencia será que el Gobierno vasco ha dado por bueno que lo siguiera gestionando el Ejecutivo central.
- ¿Por qué no acaba de concretar qué van a pedir después, en la negociación propiamente dicha?
- Lo hemos dicho hasta la saciedad. Con la coyuntura actual, vamos a primar el ámbito económico y sociolaboral contemplado en el Estatuto. Y, tratándose de Presupuestos, también cómo se diseñan y qué bolsa hay disponible para proyectos defendidos por el PNV. Hemos presentado quince de propuestas de resolución...
- Eso es un techo de máximos.
- Ahí hay ocho que son transferencias pendientes.
- ¿Cuáles son las líneas rojas? Porque entre esas ocho están por ejemplo las cotizaciones a la Seguridad Social, una petición que ya saben utópica.
- Yo no hablo de líneas rojas, eso lo dice el lehendakari. Todavía no ha llegado el momento.
- ¿Por qué han aparcado la exigencia de un nuevo marco político o el compromiso de respeto a la lista más votada? ¿Estamos ante el PNV más pragmático de los últimos años?
- Es mucho más simple. Afrontamos una negociación de Presupuestos. Esas propuestas obedecen a un debate más político. El respeto a la mayoría social afecta a PSOE y PP, no al Gobierno español. El intentar profundizar en un marco nuevo es un trabajo a hacer entre diversas sensibilidades ideológicas, entre las que me gustaría que estuviera también el PP.
- ¿Niega que uno de sus objetivos, si no el principal, es desgastar a Patxi López?
- Es que eso no depende del PNV. Depende del PP porque es lehendakari gracias a sus votos. Si el PP no quiere que Zapatero ceda a los chantajes de los nacionalistas, Basagoiti lo tiene muy fácil: que los tres diputados del PP vasco en Madrid voten a favor de los Presupuestos. El PSOE sabrá qué es lo que tiene dentro de su casa.
- ¿Han vuelto entonces al redil estatutario y dejan para mejor ocasión los debates soberanistas?
- No fuimos nosotros los que dijimos que el Estatuto había muerto. El Estatuto no ha muerto porque las instituciones vascas tienen gobierno en base a la capacidad que les confiere. Eso no quita para que reivindiquemos una ampliación del autogobierno. Aunque nunca hayamos dicho que no sirve...
- Plantearon otro, el plan Ibarretxe.
- Porque entendemos que el deseo de la mayoría de la sociedad vasca es aspirar a un mayor estatus de autogobierno. Y por las circunstancias, que exigen una adecuación a la realidad del siglo XXI. La reivindicación del PNV de cumplir el Estatuto de Gernika ha sido permanente.
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