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M. JOSÉ TOMÉ
Lunes, 13 de septiembre 2010, 10:51
Un profesor no obtiene prestigio si no suspende a un porcentaje determinado de niños. Para ello, utiliza estrategias de evaluación cuyo propósito no es testar los conocimientos de los alumnos sino «cazarlos». André Antibi, un prestigioso docente e investigador francés, es el autor de esta curiosa teoría, que denomina la 'constante macabra' y a la que culpa del «fracaso artificial» de muchos escolares que, al quedar desmotivados, acaban siendo víctimas del fracaso escolar. Esta semana, Antibi participó en una jornada de trabajo con los profesores del Colegio Francés de Bilbao, a los que adiestró sobre la manera de anular esta «disfunción»: pactar un contrato de confianza con los alumnos. Casi 30.000 docentes del país vecino siguen este método con «muy buenos resultados».
- Hábleme de la 'constante macabra'.
-Se trata de un fenómeno social del que no tiene la culpa los profesores y que se da en los pocos países que -desgraciadamente para ellos- siguen el modelo francés (España, Bélgica, ciertos países de América del Sur y África francófona). En todos sus sistemas educativos ocurre lo mismo: si todas las notas de los alumnos de una clase son buenas, eso no parece normal, el profesor no es considerado un buen profesor, un docente serio. Para que no parezca que regala los aprobados, siempre es necesario que haya un cierto porcentaje de notas bajas, es lo que llamo la 'constante macabra'. Es terrible, porque si queremos mejorar nuestro sistema educativo hay que suprimir esta disfunción.
-¿Y tiene solución?
-Es muy sencilla. Se trata de un sistema de evaluación que permite suprimir la 'constante macabra' de manera muy fácil. Después de una mañana de explicaciones, los profesores pueden empezar a aplicar el método. La idea principal es el contrato de confianza con el alumno.
- ¿En qué consiste?
- Días antes de la prueba, el profesor facilita a los alumnos una lista de cuestiones que resumen las enseñanzas inculcadas en el periodo que se pretende evaluar; entre ellas se incluyen las que van a salir en el examen. Son cuestiones del programa oficial, que el alumno ya ha visto. El día de la prueba tendrá que resolver varios puntos de esa lista, con la ventaja de que conoce de antemano la respuesta. Y después habrá una reunión con los alumnos, para aclarar duras y facilitar la solución a los que no la han sabido. El profesor entonces no aparece como una persona que va a poner trampas...
- ¿Cree realmente que los profesores van a cazar al alumno?
- En cierto modo, sí. El alumno que saca una nota baja siente que es responsable de que no ha trabajado bastante o de que no le gusta la materia; algo que, por otro lado es posible y hay que respetarlo. Lo que está muy mal es la injusticia que supone suspender un examen deliberadamente complejo. Ah! También hay que tener cuidado con la duración de los exámenes.
- ¿Considera que son demasiado largos?
-¡Es terrible! A veces la prueba es fácil, pero es tan larga que al alumno no le da tiempo a demostrar lo que sabe.
- ¿La 'constante macabra' afecta a todos los alumnos?
- Casi todos pueden sufrir en un momento u otro esta disfunción, pero los que más la sufren son aquellos cuyas familias tienen escasos recursos económicos. Es muy injusto.
- Acabar con el alto grado de fracaso escolar es uno de los retos más importantes para las autoridades educativas. ¿Usted cree que puede contribuir a ello?
- Lógicamente, hay que aclarar que este sistema no tiene la solución para ese 10% de alumnos que están en situación de fracaso real. Va a seguir habiendo suspensos, pero reales, en lugar de responder a un fracaso artificial, el de un alumno que ha comprendido, que ha trabajado pero tiene la mala suerte de estar en la parte baja de la clase y no entre los mejores.
- Hoy en día, que se cuestiona la pérdida de autoridad del profesor en las aulas, plantear un contrato de confianza con el alumno parece algo complicado.
- Bueno, ese es otro problema, pero me parece que con este sistema esa situación de pérdida de autoridad también puede mejorarse. Si se suprime la 'constante macabra', se crea en el aula un clima de confianza entre el profesor y los alumnos. El ambiente cambia, mejora, se trabaja más.
- ¿La escuela puede llegar a desmotivar al alumno?
- ¡Evidentemente! Ese pobrecito alumno que trabaja, entiende, al principio le gusta la escuela... pero acaba suspendiendo. Lo que motiva más a una persona es el éxito, un alumno que no tiene éxito a pesar de su trabajo va a ir siempre desmotivado a clase.
- ¿No cree que la cultura del esfuerzo escasea entre los escolares?
- Por supuesto que sí. Un punto importantísimo de la evaluación por contrato de confianza es que los alumnos, al estar más motivados, van a trabajar mucho más. ¿Y por qué? Porque se van a dar cuenta de que no van a trabajar para nada, de que su esfuerzo tiene recompensa.
- ¿Y cuál es el papel de los padres?
- En general están de acuerdo con este sistema, que además facilita que los padres que quieren seguir el trabajo escolar de sus hijos pueden hacerlo más fácilmente.
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