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La portavoz de Aralar en el Parlamento vasco exige a Batasuna «claridad» para garantizar que «van a funcionar a partir de ahora sin vanguardias». :: IOSU ONANDIA
Ezenarro: «El Estado muestra su debilidad al poner obstáculos a un ciclo post-violencia»
Tregua de eta

Ezenarro: «El Estado muestra su debilidad al poner obstáculos a un ciclo post-violencia»

La portavoz de Aralar en el Parlamento vasco cree «novedoso» que Batasuna haya dicho a ETA «que no le marca la agenda», pero rechaza acuerdos «estratégicos» a corto plazo

OLATZ BARRIUSO

Lunes, 13 de septiembre 2010, 09:54

Aintzane Ezenarro es una de las políticas más vehementes de la escena vasca. Hace bandera de la «claridad» con que ella y su partido, Aralar, se expresan, frente a una Batasuna necesitada precisamente de transparencia para que su apuesta por las vías exclusivamente políticas sea «sólida y creíble». Está convencida de que lo es y de que habrá «nuevas declaraciones» que profundicen en ese camino, pero descarta colaboraciones «estratégicas» con ese sector, al margen de aquellas iniciativas «incluisvas» que sirvan para defender «todos los derechos».

- ¿Se esperaba la prohibición de la manifestación de Bilbao?

- Han superado todo lo conocido hasta ahora. Ha sido una prohibición arbitraria, desproporcionada y uno de los mayores atropellos contra la libertad de expresión en democracia. Mi interpretación política es que hay evidentes síntomas de que existen sectores políticos y judiciales que van a poner obstáculos para que no pasemos a otro ciclo político, a un ciclo de post-violencia. El Estado está mostrando su propia debilidad con esta forma de actuar. Hace falta una posición mucho más audaz y proactiva para conseguir la paz.

- ¿Aralar va a seguir colaborando con la izquierda abertzale y EA en otros pasos que puedan dar a través de Adierazi EH?

- Vamos a seguir trabajando para que la libertad, la vida y la libertad de expresión no sean conculcados porque creemos que los derechos humanos son un absoluto. Estaremos en todas aquellas iniciativas que defiendan con la misma fuerza los derechos humanos y los derechos civiles y políticos, sin relativismos.

- ¿Sumarse a sus iniciativas es hacerle el juego a Batasuna?

-Ésa es una visión de la realidad muy maniquea, de buenos y malos. Pero la realidad vasca es mucho más compleja. También ELA, sindicato mayoritario en Euskadi, y Lokarri se adhirieron a la manifestación. Nunca nos hemos dejado arrastrar; en la historia de Aralar los hechos demuestran lo contrario. Estaremos allí donde se defiendan todos los derechos, pero eso no tiene nada que ver con colaboraciones estratégicas ni electorales.

- Personalmente, ¿le decepcionó el comunicado de ETA?

- No. Me pareció positivo y me alegré porque me acordé de un montón de personas que ven desaparecer la amenaza de muerte. La resolución de los problemas pendientes de este país está más cerca hoy que antes del anuncio. Hay elementos nuevos. Aunque de mala gana, han tenido que decir algo que les estaba pidiendo Batasuna. Parece que no están muy convencidos ni la decisión de cerrar la persiana está ni mucho menos tomada, pero han visto que gran parte de la base sociológica que era comprensiva con la violencia sí quiere acabar y no han tenido otro remedio que dar este paso.

- ¿Cree entonces que Batasuna ha sustituido a ETA en la vanguardia de ese movimiento?

- Es excesivo decir, como se ha dicho, que Batasuna lleva la batuta. Hasta hace poco la vanguardia era claramente ETA y ahora no está tan claro. No creo que la transición al otro extremo se haya dado, pero la situación es más difusa. Batasuna le ha dicho a ETA que quiere hacer su camino. Pero para que sea una apuesta sólida y creíble, están más necesitados que nunca de decir las cosas claras, decir que nadie les va a marcar su acción política y que van a funcionar a partir de ahora sin vanguardias. Esto sería lo novedoso y lo que les toca. Este comunicado interpela básicamente a Batasuna. Si la apuesta es sólida, habrá nuevas declaraciones.

- Hasta ahora no han hecho más que exigir su legalización.

- Eso también es lógico. No espero que nadie se salte el guión, pero tampoco creo que estemos ante más de lo mismo. Decir eso, como ha hecho el lehendakari, es un error y no querer ver la realidad. López ha renunciado a liderar este país, no sólo en materia de transferencias, sino también a encabezar un diálogo necesario entre vascos para pasar del ciclo de la violencia a otro de convivencia pacífica. Es lamentable. Y no se lo decimos sólo nosotros, se lo ha dicho gente de su propio partido...

- Pero, ¿qué virtualidad podría tener ahora una mesa de partidos?

- Siempre hemos reclamado diálogo político -y no hablo de una mesa extrainstitucional-, necesario para la reforma del Estatuto, en la que cada uno plantearía su propuesta. En relación a la paz, estoy de acuerdo con Eguiguren cuando dice que los que vamos a tener que poner la bases para una paz duradera somos los vascos. Tenemos que hablar, y mucho, al margen de una hipotética negociación Gobierno-ETA, de temas muy sensibles, como la excarcelación de presos, la restitución de derechos civiles y políticos... En definitiva, cerrar un ciclo de muchos años de sufrimiento diverso.

- ¿Descarta una vueltra atrás a los atentados?

- Lo que no tiene retroceso es que el apoyo social ha disminuido enormemente. La primera gran fuga fue Aralar y estamos ante una segunda oleada. Haga lo que haga ETA, ya sabe que si vuelve a las andadas va a tener mucha menos comprensión social.

- ¿Piensa que los terroristas tienen claro que no se puede volver a la fase previa a Anoeta?

- No, es uno de los retrocesos más graves del comunicado. Dice que está dispuesta a abrir una interlocución y hay que decirle tajantemente que no. No me preocupa porque es algo que ya no defiende ni Batasuna. Por eso tengo más confianza en Batasuna que en ETA. La novedad de este proceso es que Batasuna ha decidido que no le marcan la agenda.

- La decepción con el comunicado no ha sido exclusiva del lehendakari. También el EBB del PNV ha sido tajante. ¿No será que casi nadie se cree ya nada?

- Hay razones objetivas en el pasado para que todo lo que pueda venir en boca de ETA o del MLNV tenga un déficit de credibilidad. Por eso me centro más en los hechos objetivos que son distintos. Lo que no dice ETA en su comunicado lo dice Batasuna, que es una tregua indefinida y unilateral.

- Pero no verificable, que es lo que le habían pedido Batasuna y los mediadores internacionales. ¿No le hace eso pensar en que es una salida de circunstancias para ganar tiempo de cara a las elecciones?

- Para eso no, porque son conscientes de que, con este comunicado y si no hay más movimientos, no va a cambiar la situación. ETA no ha dicho todo lo que se le pedía desde su base sociológica, pero ha tenido que decir algo. ¿Dónde ponemos el acento? Cuando dicen que hace meses que tomaron la decisión, como diciendo que no es una respuesta a lo que se les pide, sí se ve una incomodidad, una tensión... Pero podían haber seguido a lo suyo. Si ETA no clarifica su discurso, lo tendrá que hacer Batasuna.

- ¿Lo espera?

- Lo deseo. Ojalá fuera así. Se abriría un campo de oportunidades diversas, en relación a la paz, al acuerdo político o incluso a la reconstitución futura de la izquierda abertzale.

Izquierda con «soluciones»

- ¿Eso es posible o la competencia de Aralar con el tándem Batasuna-EA es feroz?

- El escenario que pudiera abrir el cierre del ciclo armado no lo podemos prever nadie. Nuestra apuesta siempre ha sido una izquierda abertzale políticamente eficaz que acúe por vías exclusivamente civiles. Lo lógico sería que ese espacio asumiera toda su pluralidad, que no hubiese intentos de acaparar el todo por una parte. La gente se olvida, pero la propia HB era una coalición de cuatro partidos. Lo que sí puedo decir es que en los encuentros que hemos tenido con Batasuna nos dicen que ésa no es su prioridad. Su prioridad es la legalización. Pero nosotros desde el inicio lo hemos planteado. Se nos ha dicho que no es tiempo de ese debate. Bien, seguiremos reforzando lo que para nosotros tiene que ser ese espacio, un espacio de izquierdas que dé soluciones cotidianas a los problemas y no hable sólo de los temas nacionales e identitarios. Aralar ha hecho un esfuerzo muy importante por ser una izquierda práctica.

- Ahora mismo el PNV está enfrascasdo en dilucidar si salva o no a Zapatero. ¿Hace algún análisis?

- Cualquier acuerdo presupuestario es legítimo. Otra cosa es si esa negociación se utiliza para cumplir una ley orgánica de hace treinta años, lo que demuestra que no era verdad eso que decía el PSE de que todo sería más fácil si ellos llegaban al Gobierno. En todo caso, nada que objetar a todo lo que sea bueno para el país, para el bien general. Lo que sí sería muy criticable es que se diera un acuerdo sobre las listas más votadas, lo que se llama en política un acuerdo entre bomberos.

- ¿Le puede perjudicar a López?

- La oposición es la que tiene que estar vigilante de cómo se trae una competencia. Ha renunciado a su papel, no es que se lo haya arrogado el PNV. Me parece casi increíble. No le hace falta ese acuerdo para debilitarse porque ya lo está, es un lehendakari muy debilitado, agotado, que había hecho bandera de las políticas activas y todavía no las tiene. Por eso ahora nos quiere vender que Euskadi sale de la crisis.

- ¿Usted no ve la luz al final del tunel de la crisis?

- Ni siquiera han esperado a la recaudación de agosto para dar la noticia. Parece que están necesitados de anuncios. No se está creando nuevo empleo. El dato objetivo es que hay más paro. No se puede decir con tanta ligereza que estamos saliendo de la crisis. Estamos saliendo de la recesión, pero al menos hay que crecer un 2% para generar empleo y estamos muy lejos de eso. A eso se suma el debate sobre la fiscalidad, que no se clarifica. El otro día nos reunimos con el PSE y se lo planteé. Al menos debería decir a la sociedad vasca cuál es su propuesta y si va a reeditar el acuerdo con el PNV. López sólo habla de debate sereno pero ni siquiera lo ha abierto.

- ¿Apoyarán la comisión de investigación del caso de espionaje?

- La pedimos desde el principio en Álava, dónde había responsabilidades políticas claras, con un diputado foral imputado y por otro tema distinto, aunque ahora unan los dos. Pero dónde tocaba, y en su tiempo, era en Álava, cosa que vamos a volver a proponer. Y PP y PSE no quisieron. Y ahora lo plantean en pleno curso electoral, y en otro sitio mucho más mediático. Vamos a votar que sí a esta iniciativa, pero ya nos conocemos todos. Evidentemente, es un movimiento electoral puro y duro.

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