

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
J. G. PEÑA
Miércoles, 8 de septiembre 2010, 04:40
España es una fiesta y la Vuelta, una carrera divertida. De día y también de noche. Pedalea y baila. Bebe agua o lo que sea. La versión nocturna del ciclismo tiene buenos socios entre los miembros del equipo Saxo Bank. Unas copas en la etapa de Sevilla, otra ronda en las madrugadas de Málaga y Murcia... Y la espuela, ayer en Tarragona. Andy Schleck y Stuart O'Grady alargaron la noche trasegando alcohol en una discoteca. Ese entrenamiento tan a deshora no estaba programado. Les vio llegar al hotel uno de los directivos del equipo, Trey Greenwood. Eran las cinco de la mañana. Avisó a Bjarne Riis, patrón de la escuadra, que fue tajante y los expulsó de la Vuelta. «Andy dice que sólo estaba tomando una copa. Da igual una o diez. No son horas para estar por ahí, sino para estar descansando. La Vuelta es una carrera importante. Y si no se respetan las normas del equipo, estás fuera», bramó Riis.
Schleck y O'Grady no superaron el control... de alcoholemia. «Soy responsable de mis actos . Es cierto que estaba tomando una copa. Respeto la decisión del equipo, pero ya me estaba poniendo en forma para ayudar a mi hermano (Frank Schleck) en el resto de la Vuelta», declaró Andy. Si bebes, no pedalees, le respondió su equipo.
Por una vez, los líos en el ciclismo no nadan en una probeta de laboratorio, sino entre los hielos de un 'gin-tonic'. El equipo Saxo Bank echó de la Vuelta a Schleck y O'Grady por saltarse las normas del código interno de la escuadra. Es decir, por salir de noche, acudir a las fiestas que corren en paralelo a la Vuelta y por beber algo más que refrescos isotónicos. En el fondo del vaso se ve también otra causa: el divorcio malavenido entre los hermanos Schleck, que no correrán el próximo año en el Saxo Bank,y Bjarne Riis, el férreo patrón del conjunto danés. Los Schleck y O'Grady se alejan del yugo de Riis para crear un nuevo equipo en Luxemburgo. A la cuadrilla nocturna de Schleck pertenece algún otro ciclista del Saxo Bank que todavía sigue en la Vuelta. Tiene contrato con Riis para el próximo año y está atado. En cambio, Schleck fue expulsado. La noche acabó mal.
Reyes de la fiesta
Hay corredores de vida monacal. De regimen casi cuartelario. Pendientes de la calorías, los pliegues de grasa y las horas de sueño. Así son la mayoría. Y los hay también de otra especie. La noche les reclama. Sobre todo, en la Vuelta. Qué tendrá la noche española. No hay ciudad sin fiesta, que es el punto de encuentro para parte de la caravana: miembros de la organización, periodistas, ciclistas, auxiliares, azafatas... Gatos pardos. Durante años, los reyes de la fiesta fueron algunos corredores italianos. Impecables. La gomina, la planta, el acento, el descaro... La genética del cazador. El año pasado ya se vio que el Saxo Bank entraba en la pelea por la Vuelta nocturna. Brillaban de noche y de día: Cancellara arrolló en la contrarreloj de Valencia. Andy Schleck sólo duró ocho etapas.
Esta vez, el pequeño de los Schleck quería seguir. Por su hermano. No podrá. La expulsión de ayer es el final de su relación con Bjarne Riis, el próximo director de Alberto Contador. Riis y Schleck no cuadran. Durante la primera concentración invernal en la que coincidieron, Riis se acercó a la habitación de Schleck. «Casi no pude abrir la puerta. Estaba todo desordenado, con ropa por todos los sitios», recordó el perfeccionista mánager del Saxo Bank en la revista 'L'Equipe Magazine'. «Sí que soy al go desorganizado», reconoció el corredor. Andy Schelck es pura sonrisa. Un niño grande y feliz. «Funciona por sensaciones. No necesita concentrarse a tope para hacer las cosas», apunta Kim Andersen, su próximo técnico en el nuevo equipo luxemburgués. Riis y Andy son cara y cruz. Blanco y negro.
«El ciclismo no es mi vida»
Andy necesita espacio para estirarse. «El ciclismo es mi pasión, mi trabajo. Pero no es mi vida», dijo tras su victoria en la Lieja-Bastogne-Lieja 2009. Dos días antes pescaba en un río de Luxemburgo. Necesita sentirse libre para luego volar sobre la bicicleta. Asegura Andersen, uno de sus íntimos, que a Andy se le puede decir cualquier cosa, pero que no se le puede ordenar nada. «Reacciona como los niños. Si le obligas a hacer algo, hace lo contrario». El método de Andersen en la conciliación. Riis tiene menos paciencia. Durante la pasada pretemporada diseñó un plan de preparación para mejorar el rendimiento de los hermanos Schleck en las pruebas contrarreloj. Les pidió que ganaran entre medio y un kilo de músculo; que ensayaran la explosividad. «Hicieron ese trabajo, pero a su manera», constata Riis.
«Con Iban Basso era mucho más fácil», compara el técnico danés. «Si le pedía que se entrenara durante seis horas con solo una pierna, lo hacía. Es mucho más difícil conseguir que Andy ruede seis horas con las dos piernas».
A Riis le quemaba esa rebeldía. Es el patrón y los Schleck no terminaban de obedecerle. «Andy puede ganar todo lo que quiera. Si quiere». En opinión de Scott Suderland, ex director de la escuadra danesa, Riis y Andy son parecidos en algo: la testarudez. «Saben lo que quieren. Y cuando tienen una idea, la siguen. No abandonan nunca». Ahora, cada uno tiene su propia idea. Contrapuestas. Estaban destinados al desencuentro. Una ronda de alcohol nocturno ha servido de tinta para sellar la ruptura.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.