Borrar
:: JESÚS FERRERO
Actividad inactiva de ETA
ARTÍCULOS

Actividad inactiva de ETA

ANDRÉS MONTERO GÓMEZ

Lunes, 6 de septiembre 2010, 04:38

Los tiempos los marca ETA. El objetivo es la independencia. El comunicado está diseñado para devolver a Batasuna a las instituciones. Estas tres son las conclusiones de la última declaración de cese de atentados de ETA. El epílogo es que no habrá verificación. Esto no es un proceso de desarme.

Es muy probable que este cese de atentados sea el definitivo. No es sólo por la desgastada situación de ETA en España y por su contextualización en el marco del terrorismo internacional, sino porque estratégicamente ha comenzado el camino hacia la independencia. Desde luego, queda la posibilidad de que se produzcan atentados, tanto por la actividad de algún grupo escindido (poco probable, esto no es Irlanda) como porque alguna acción terrorista pueda ser etiquetada o disfrazada de defensiva según convenga. Sin embargo, ETA deja que la política, su política, pase a la vanguardia poniendo las armas en retaguardia porque está convencida de que es lo más rentable en este punto del camino. Es decir, la tregua continúa siendo parte de una estrategia de ETA.

De acuerdo, es una estrategia de ETA. Sin embargo, no pasemos por alto que la definición de esa fase estratégica de ETA hacia la política independentista es el fruto de movimientos inteligentes del Estado desde 1998. Ilegalización del frente político etarra y de su infiltración en las instituciones, desarticulación (aunque parcial) de la infraestructura financiera del terrorismo y organización ciudadana de rechazo a ETA, multiplicada esta última por los efectos devastadores en la propia base social etarra de la ruptura de la última declaración de 'tregua'. Esa relación de causa efecto entre lo que es capaz de hacer el Estado y la reorientación estratégica del complejo ETA en función de ello es una lección que tenemos que tener muy presente, especialmente en este momento.

Aunque en el comunicado de ETA se deja entrever la negociación como propósito y Gerry Adams, de entre la tramoya internacional que ETA ha sabido fabricarse ante la opinión pública, ha pedido muy simbólicamente que se inicie un proceso «inclusivo» de negociación política, lo cierto es que ETA ha declarado este alto a las armas sin esperar la negociación. Hay que ser taxativos en este punto. ETA es conocedora de que no habrá negociación en esta legislatura. Y esta consciencia etarra de la práctica imposibilidad negociadora nos tiene que llevar inevitablemente a considerar que el interés principal de su última declaración es generar las condiciones para devolver a Batasuna a los asientos municipales, a los escaños del Parlamento vasco y, probablemente, a los escaños del Congreso de los Diputados a través de Eusko Alkartasuna.

Todos esperábamos el comunicado etarra de ayer. Era algo sabido y la única incertidumbre era de calendario. Si lo leemos con atención apreciaremos que más del 80% es un prólogo. Es el prólogo de la autocomplacencia. ETA pone en valor su historia para situar todas sus naves hacia la independencia, la que considera objetivo factible después de haber generado las condiciones para ello durante décadas de armas.

No nos equivoquemos, que ETA ni se disuelve ni se somete a verificación. ETA quiere vigilar el camino hacia la independencia, aunque para ello tenga que obviar la situación de presos y de terroristas que todavía no están en prisión pero ingresarán en ella. El Estado no está en tregua, Rodolfo Ares se ha apresurado a subrayar muy apropiadamente, de manera que (esperemos) todavía habrá etarras ingresando en prisión.

Es muy probable que a ETA le queden todavía diez años de actividad inactiva. Tras el retorno de Batasuna a las instituciones, ETA aprovechará para diseñar y supervisar desde la clandestinidad las decisiones que lleven a construir un andamiaje independentista en la sociedad vasca. ETA aprovechará para reorganizar a sus grupos y poner muchos de ellos en durmiente, generalmente valiéndose del apoyo que el aparato internacional le brindará una vez efectuado el gesto del cese armado. También robustecerá su dimensión política en la clandestinidad, concretándose en el impulso de estructuras sociales que aprovechen la base abertzale que las políticas educativas han favorecido en Euskadi durante años. ETA pasará una década todavía con la pistola bajo la mesa, vigilando, como garante de que la inversión que acaba de hacer en Batasuna vaya a arrojar réditos políticos tangibles.

Como pronosticábamos hace menos de una semana ('Geometría del primer toque', EL CORREO, 31-8-10), la declaración de alto a las armas pretende poner la pelota en el tejado del Estado. Una buena manera de 'verificar esta tregua' y de que el Gobierno de España no se comporte en función de los tiempos marcados por ETA sería aplicar la Ley de Partidos en 2011, poniendo en valor la información obtenida por las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia respecto de la confección de listas batasuneras. Batasuna ya se encuentra en la encrucijada de situar a sus primeros espadas contaminados en esas listas y arriesgarse al veto legal o recurrir a candidatos blanqueados. También tiene la opción de empotrarse en EA y ver si el Estado es capaz de aplicar el bisturí a la formación abertzale tan cercana al PNV. En todo caso, las próximas elecciones serán una prueba de fuego. Si el Gobierno de España piensa exclusivamente en clave electoral del PSOE, es muy probable que no haya ilegalizaciones, o que sean mínimas. Si en cambio piensa en clave de estrategia antiterrorista a medio plazo, aplicará la Ley de Partidos en 2011 y esperará movimientos. Ya veremos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Actividad inactiva de ETA