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PEPE SOTO
Lunes, 6 de septiembre 2010, 04:41
No hizo la mili por no dar la talla, pero alcanzaba los picos de las montañas de El Comtat montado en bicicleta con más ilusión y fuerza que cualquier ave rapaz. Vicente Belda (Alfafara, 56 años) es el ciclista alicantino más laureado de todos los tiempos. Fue el líder del equipo Kelme, «el de la garra» de los hermanos Quiles, siempre el más pequeño del pelotón (1,53 metros) y de los peleones cuesta arriba: un gran escalador.
Diez años como profesional y otros tantos como director deportivo avalan una trayectoria solo manchada por la 'Operación Puerto' contra el dopaje. «Las detenciones de los médicos fueron una cuchillada para el ciclismo; ni la Federación defendió a sus deportistas».
«El dopaje ha existido, existe y existirá. Que yo sepa, a ningún futbolista le hacen controles de sangre, ni a los jugadores de baloncesto. A pocos deportistas, salvo a los ciclistas, los levantan de la cama a las siete de la mañana para hacer un perfil hematológico». Insiste: «Los deportistas de élite necesitan una preparación integral que, por supuesto, incluye medicación. Los médicos y los preparadores saben calibrar las necesidades de cada deportista en su programa. Hace pocos años, los equipos no disponían de médicos y cada corredor se tomaba lo que le venía en gana, con controles o sin ellos». Cree que él y Manolo Sáiz, entonces director del Liberty Seguros, fueron la diana de una operación que atribuye al PSOE para que el Senado aprobase, en 2006, la Ley Antidopaje. «A mí, porque el patrón de mi equipo era la Comunitat Valenciana, gobernada por el PP, y contra Manolo porque siempre estuvo vinculado con el Partido Popular».
-¿Cómo llegó a ser ciclista profesional?
- Por méritos y mucho esfuerzo. Estuve considerado como uno de los mejores ciclistas amateurs de España, incluso formé parte de la selección española. Llegué al mundo profesional en 1978, de la mano de Rafael Carrasco, en el Transmallorca, junto a ciclistas muy experimentados como Andrés Oliva, Perurena y compañía. Me llamaban 'El bolas', porque tenía unos gemelos tremendos. Ese año gané dos etapas de la Vuelta a Cantabria y fui segundo en una cronoescalada. También tuve un buen comportamiento en la Vuelta a España. Fue un buen comienzo.
-¿Un ciclista?
- Bernard Hinault, sin duda. Luchaba, batallaba. Podía atacar en el momento más inesperado; lo controlaba todo; es decir, poco tenía que ver con el ciclismo que se hace ahora. Era un triunfador. Esta semana ha fallecido Laurent Fignon, que era mejor o peor tratado por su carácter especial, pero era discípulo de Hinault.
- ¿Ha cambiado mucho el ciclismo profesional?
- Sí. No en el esfuerzo, porque se sigue pedaleando a tope. Pero desde la desaparición de Manolo Sáiz y de Vicente Belda ha cambiado la forma de dirigir las carreras, al menos en España.
- Ahora el ciclismo parece más aburrido.
- Es más monótono. Antes nos volvíamos locos: lanzábamos a unos hacia delante, parábamos a otros y vuelta a empezar. Hoy el ciclismo es más aburrido y, por ello, los equipos pequeños tienen muchas menos opciones de ganar etapas. Ha cambiado mucho
- ¿A peor?
- Evidentemente. En el pelotón hay ciclistas que apenas alcanzan el sueldo medio de un trabajador; o sea, 27.000 euros al año. En este deporte se han metido de lleno los países anglosajones.
-¿Pero en ello también habrá influido los escándalos de dopaje?
-El dopaje ha existido, existe y existirá. La denuncia de Jesús Manzano y la 'Operación Puerto' le han hecho mucho daño al ciclismo. Y la Federación Española de Ciclismo ha actuado en contra de sus propios deportistas. Mientras que en otros deportes los controles antidopaje pasan de puntillas, a los ciclistas nos machacan.
-¿Qué quiere decir?
- Que yo sepa, a ningún futbolista le hacen controles de sangre, ni a los jugadores de baloncesto. A pocos deportistas, salvo a los ciclistas, los levantan de la cama a las siete de la mañana para hacer un perfil hematológico.
- ¿Está generalizado el dopaje?
- Los deportistas de élite necesitan una preparación integral que, por supuesto, incluye medicación. Los médicos y los preparadores saben calibrar las necesidades de cada deportista en su programa. Hace pocos años, los equipos no disponían de médicos y cada corredor se tomaba lo que le venía en gana, con controles o sin ellos.
- EPO, anabolizantes, tetosterona e incluso autotransfusiones de sangre se utilizan en el ciclismo.
- No sólo en el ciclismo. Estas sustancias dan positivo en los controles, pero hay otras que no, como la hormona del crecimiento. De todas formas, no todos los deportistas están dopados o son drogadictos como se insinúa.
- Hable de la Operación Puerto.
- Fue una operación dirigida contra Manolo Sáiz y contra Vicente Belda y contra 58 ciclistas que se vieron envueltos.
-¿Cree que hubo una persecución política?
- Fue un asunto político. Fueron contra un equipo ciclista que patrocinaba la Comunitat Valenciana, gobernada por el PP, y contra Manolo Sáiz, entonces director de Liberty Seguros, y que siempre había estado relacionado con el PP.
- ¿Se siente marginado?
- Bastante. En mi última etapa como director en España la organización de una carrera me inhabilitó. Y hubo mucha presión mediática, pero muy sesgada por parte de algunos medios sobre mi relación con la Operación Puerto.
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