

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
ÓSCAR B. DE OTÁLORA
Martes, 24 de agosto 2010, 08:46
La izquierda abertzale ha comenzado a explicar a sus bases los acuerdos firmados con Eusko Alkartasuna y, en especial, las implicaciones que suponen de cara a los futuros procesos electorales. Según un documento interno al que ha tenido acceso EL CORREO, y que ha servido como esquema en las asambleas celebradas antes de las vacaciones, EA y la ilegalizada Batasuna ya habrían negociado de forma conjunta la opción de acudir juntos a las elecciones generales. Antes, sin embargo, tendrán que enfrentarse a las auténticas piedras de toque: los comicios municipales.
Del documento se desprende la intención de la izquierda abertzale ilegalizada de disponer de unas siglas propias de cara a esta cita electoral, tal y como algunos de sus miembros ya han comentado en alguna ocasión. En ningún parrafo se detalla, sin embargo, cuál será la vía que busque para intentar superar la ley de partidos.
Independientemente de la fórmula -nuevos partidos, plataformas electorales- que utilice para crear esas nuevas siglas, la antigua Batasuna sí considera que estudiará en cada caso si luego debe acudir «unidos o por separado» con EA. Los criterios que marcarán la decisión serán la posibilidad de que un acuerdo de este tipo «favorezca la construcción nacional y ayude a superar los marcos agotados». Respecto a las elecciones municipales de 2011, la izquierda radical asegura que a nivel local «no se marcan directrices, sino que se debatirá conjuntamente en cada caso».
La confluencia electoral entre la formación ilegalizada y EA ya aparecía en el documento conjunto que presentaron el pasado 20 de junio en el Palacio Euskalduna, donde se mencionaba de forma genérica el compromiso para buscar «fórmulas electorales». Uno de los detalles que añade el documento trasladado a las bases de Batasuna son las salvaguardas que han introducido en el acuerdo y que obligan a contar con el beneplácito de la otra parte antes de alcanzar un acuerdo con otros partidos. Según la izquierda abertzale, «lo que será imprescindible en caso de presentarse separados o en otras coaliciones será la conformidad por parte del otro agente firmante del acuerdo».
Se da la circunstancia de que EA y Aralar ya alcanzaron en abril un acuerdo en Navarra para acudir juntos a las elecciones, dentro de la coalición Na-Bai. La izquierda abertzale criticó este pacto, que en principio no estaría sometido a los acuerdos que más tarde serían firmados en el Euskalduna.
Por otro lado, en el documento que sirve de guía en las asambleas de la izquierda radical no existe ninguna referencia a ETA ni a la violencia. Según las fuentes consultadas, éste es un tema que en las reuniones se evita de forma deliberada y que, en todo caso, sólo recibe explicaciones ambiguas. Batasuna reitera los argumentos que ya ha barajado sobre la necesidad de que el proceso democrático se desarrolle «por vías políticas y democráticas». Asimismo, asegura que, para que salga adelante, necesita, entre otras cuestiones, el «levantamiento de las medidas excepcionales contra el colectivo de presos, la eliminación de las medidas de represión política y poner fin a las amenazas y presiones contra todas las personas».
11 de septiembre
Del texto se deduce que la izquierda abertzale tendrá dos retos en septiembre. El primero de ellos es la primera asamblea de Independentistak Sarea, un colectivo que se creó durante el pasado Aberri Eguna y que pretende ser una red de independentistas abierta a todo tipo de ideologías. Su objetivo, además, es que se visualice una «confrontación» entre el País Vasco y España.
Otra iniciativa pendiente para el próximo mes es la convocatoria de una gran manifestación, que la izquierda abertzale tiene previsto celebrar el 11 de septiembre en Bilbao. Esta marcha está convocada por Adierazi EH, la organización con la que este colectivo pretende socavar cualquier iniciativa legal del Gobierno en contra de Batasuna y su entorno. En el propio texto se asegura que uno de sus objetivos es «debilitar la imagen democrática del Estado, tanto en Euskal Herria, como internacionalmente». Según diversas fuentes, el acto del 11 de septiembre será una de las grandes apuestas de la izquierda abertzale, ya que con él quiere realizar una demostración de fuerza ante sus bases y los partidos democráticos.
El informe reconoce que en este momento político no es posible lograr una «transformación de la situación por sí sola» y apuesta por intentar aprovechar en su favor el desencanto existente en el mundo nacionalista debido a la llegada del PSE al Gobierno vasco. En su opinión, la pérdida de poder del PNV y su actitud política -«ha dejado huérfano al sector jeltzale más nacionalista»- favorecen la existencia de una denominada «posición de bloqueo». Esta circunstancia, alimentada por la, a su juicio, «dispersión del espacio independentista, debilita su posición política».
Además, la ilegalizada Batasuna advierte a sus simpatizantes de que los «pasos» del «proceso democrático» que trata de impulsar deben acelerarse en los próximos meses. Según su diagnóstico, la necesidad urgente de activar iniciativas en ese sentido obedece a que «las condiciones objetivas (que han permitido la nueva postura de la izquierda abertzale) pueden debilitarse e incluso deformarse». Su principal inquietud es que el diseño del desarrollo de este proceso democrático «está pendiente de debatir».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.