

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
IÑIGO MIÑÓN
Martes, 3 de agosto 2010, 04:35
Tres descartes, tres casos. «Cada persona es un mundo», decía Gorka Etxeberria la semana pasada. Vicente Moscardó tenía claro que no quería estar en un sitio donde no contaban con él y acordó su rescisión; Iker Guereñu, aunque sea de manera involuntaria, ha entrado en conflicto con el club; y Óscar Martínez se encuentra, simplemente, a la espera de acontecimientos. «No es cuestión de complicar las cosas, pero el primero en quien tengo que pensar es en mí mismo. No quiero perjudicar a nadie, pero lo principal es no perjudicarme a mí. De momento, no hay nada, tengo contrato con el Alavés y sigo entrenando aquí».
La situación es incómoda. «Difícil». Ni él ni Guereñu están actuando en los partidos de pretemporada, que es «lo que peor se lleva». Sólo entrenan. «No sé si la decisión es del míster o viene de otra parte, pero hay que acatarla», apunta el delantero gallego, que, eso sí, en el día a día se siente «uno más». Tiene la ligera esperanza, además, de que el escenario dé un vuelco, aunque sin jugar es complicado demostrar cosas. Es la pescadilla que se muerde la cola.
«Yo tonto no soy, soy realista. Pero tengo que intentar cambiar la situación poco a poco. El camino es muy largo, pero no hay más», asume el ariete. «Sólo queda esperar», apostilla una y otra vez. A que el mercado se mueva. «Para salir hay que tener una entrada en algún sitio y, de momento, no hay nada». Así de sencillo.
«Tengo puesto aquí»
«La predisposición es buena, pero hace falta encontrar un sitio para salir», insiste. Igual que Iker Guereñu, que estuvo en la agenda del Zamora, pero sin nada concreto encima de la mesa. La Cultural Leonesa está interesada en los servicios de Óscar Martínez, pero no hay oferta en firme, así que «no voy a montar castillos en el aire». El único equipo que se ha dirigido a él ha sido el Conquense, hace dos semanas, pero su propuesta estaba «muy lejos» de lo que tiene en Vitoria.
Pero hay más matices, además de los económicos. El Lucena, por ejemplo, también tenía subrayado su nombre, pero tal destino fue descartado por el jugador antes incluso de que le llegara una proposición oficial. «Además del contrato, es saber a dónde vas. Todos sabemos cómo está el fútbol y hay equipos en los que es peligroso ir a jugar. Vengo de dos equipos que aún me deben dinero, seis meses uno y seis meses otro, y lo que no puede ser es que te dejen de pagar otra vez. Las cosas están muy difíciles y ya no es sólo el dinero, sino cómo te lo paguen. Hay que mirar de dónde son las ofertas. Yo aquí estoy bien, las cosas están seguras y, si no llega nada bueno, intentaré cambiar lo de aquí».
Redunda en esa idea. «La motivación es entrenar bien para que, al menos, te dejen jugar algo. Después, otro paso. Y así sucesivamente», precisa un Óscar Martínez que confía en sus posibilidades. «Creo que tengo puesto aquí y en cualquier equipo de Segunda B», asegura sin ambages. La situación no mina su moral. También su compañero Guereñu reivindicó la semana pasada su intención de pelear por un puesto, «si me dejan».
De momento, no. El director deportivo albiazul ha dejado claro que «no cuentan» ni lo van a hacer. Mucho tendrían que cambiar las cosas. Así que, en ambos casos, a la espera de ofertas que desbloqueen la situación, sólo queda el diálogo con el club. «Hemos hablado poco. Dos charlas sólo. Tampoco se ha especificado nada, pero está bastante lejos de lo esperado», concluye el delantero gallego.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.