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MARTA FDEZ. VALLEJO m.f.vallejo@elcorreo.com
Domingo, 27 de junio 2010, 11:13
La viceconsejera de Política Lingüística llega encantada a un acto de presentación de la versión en euskera del programa 'Windows 7' en Bilbao. «Esto es lo que necesitamos, disponer del mayor número de herramientas posibles para que las personas que saben euskera lo puedan utilizar», subraya Lurdes Auzmendi. El comentario de esta profesora de la UPV, traductora e intérprete -lleva apenas dos meses y medio en el cargo tras la renuncia de Ramón Etxezarreta por no «encajar»-, resume el propósito con el que aborda su difícil tarea: avanzar en el uso del euskera. Su primer paso será evaluar. «Se ha trabajado mucho y se ha invertido muchísimo en apoyarlo. Es hora de ver lo que funciona bien y lo que no», explica.
- Usted es de Ataun, como el ex viceconsejero Patxi Baztarrika (PNV) y la presidenta del Consejo Escolar, María Luis García Gurrutxaga. ¡Vaya cantera hay en ese pueblo!
- Ataun es un pueblo limítrofe, frontera con Navarra. Durante el franquismo fue un pueblo con inquietudes políticas, intelectuales... Está encajonado entre dos hileras de montes y creo que llegaba el momento en que la gente quería salir, buscar otros horizontes. También es de allí el padre Barandiarán. Tengo unos recuerdos preciosos de ir a su casa con una amiga y sentarnos a escucharle contar historias.
- Influirá el dominio de la lengua. Allí se habla un buen euskera.
- El 99,9% de la población de Ataun es vascohablante. Los pocos inmigrantes que había cuando era joven aprendían rápidamente euskera por pura inmersión. Alguno no lo pasó muy bien, según ha reconocido posteriormente, porque la tolerancia a veces...
- Viviría también la intolerancia en la escuela.
- Nos obligaban a estudiar en castellano.
- ¿Tuvo problemas?
- Sí. Tuve problemas para aprender el castellano porque mi familia es euskaldun. Entender, entendía, pero tenía dificultades para expresarme. Con 12 años, mis padres me mandaron interna a un colegio de monjas en San Sebastián para que aprendiera castellano. Y no me supuso ningún trauma. En absoluto. Es más, siempre estaré agradecida a las Hijas de Jesús. Fui feliz en aquel colegio.
- Y ahora es bilingüe.
- Ahora tengo tan enraizado el euskera como el castellano. Vivo gran parte de mi vida en euskera; pero, por razones personales, hablo muchísimo en castellano con mi entorno cercano, que no es vascohablante.
- ¿Cuántos vascos hablan euskera?
- 700.000.
- ¿Es suficiente para su supervivencia?
- Eso nunca se puede decir. El euskera está en el catálogo de la Unesco de lenguas en riesgo, pero goza de muy buena salud. Tenemos una realidad literaria impresionante, con una producción sobresaliente y escritores de primera línea.
Conflicto
- Intérprete y traductora de euskera y profesora de la UPV. Ahora llega a un cargo complicado porque en este país es decir euskera y desatarse el conflicto.
- Sí, ha habido épocas en las que el euskera ha estado en el centro de acaloradas discusiones, pero uno de los objetivos del Gobierno socialista era sacarlo del campo de la pugna política y, de momento, lo venimos consiguiendo. Las lenguas son demasiado importantes como para meterlas en estos fregados. Haremos un favor a la ciudadanía, a la lengua e incluso a los partidos, que podrán disponer de materiales e ideas en condiciones tranquilas.
- Pero eso está por hacer.
- Esto se está haciendo. No son pocas las instituciones y los mundos del euskera con los que tratamos, y podemos decir que lo estamos llevando bien. Es un mérito de toda la sociedad y de todas las fuerzas. Hoy en día el nivel de consenso que hay a grandes rasgos respecto al euskera es muy elevado.
- ¿Consenso? En la escuela no se pone de acuerdo nadie con el euskera. En los perfiles que hay que pedir en la Administración, tampoco. Y luego está la reciente polémica por el decreto de su uso en los comercios.
- Cuando me refiero al consenso me refiero a líneas generales de actuación en política lingüística. Es lógico que haya roces cuando llegamos a temas concretos. Por ejemplo, el decreto de consumidores. Ahora se plantea si es momento de imponer sanciones o no. Pero en lo que estamos de acuerdo la inmensa mayoría es en que hay que ayudar a las empresas para que puedan elaborar sus planes de euskera.
- ¿No tiene la impresión de que muchas personas se ha distanciado del euskera porque se lo exigían para encontrar un trabajo? Hay gente que dice: «lo he aprobado, pero no lo voy a hablar nunca».
- Sí. Incluso algunos lo cumplen y no lo hablan nunca. Es una pena. Quizá ha habido momentos en los que se ha apretado demasiado el paso. Quizá. Pero no podemos estar mirando al pasado, hay que mirar al futuro y no cometer ese mismo tipo de errores, de precipitaciones y, en la medida en la que podamos, enderezar el camino y hacer esta lengua lo más atractiva posible. Intentar atraer a la gente de una forma amistosa.
- ¿Cómo se hace?
- Sin imposiciones. Ahora, una cosa es la no imposición y otra es la realidad sociolingüística. Vivimos en una comunidad bilingüe. Tenemos dos lenguas. Una de ellas, desfavorecida; eso es evidente. Pues vamos a intentar que poco a poco vaya poniéndose a la altura de la otra, pero que sigan conviviendo las dos. No tienen por qué ser excluyentes.
- Exigir perfiles en determinados puestos de la Administración, valorarlo como mérito más que un doctorado para una plaza de médico, crea conflictos.
- Hay discursos que se han quedado instalados en la sociedad y no responden a la realidad. Hay quien dice que hay plazas en las que no hace falta el euskera y otros que aseguran que la Administración no respeta los derechos de los vascohablantes. Vamos a hacer un estudio en profundidad sobre la evolución de la exigencia de perfiles, ver en qué momento estamos y qué disfunciones hay. Y, si las hay, plantear soluciones. Igual encontramos pueblos con porcentajes elevadísimos de euskaldunes sin asistencia sanitaria en euskera.
- ¿Rebajarán la exigencia?
- Siempre habrá trabajos en los que se pedirá euskera. Pero también hay más gente preparada. Ya tenemos puesto el listón y desde ahí hay que seguir trabajando.
- ¿Dónde está el listón?
- En el documento Euskera XXI del anterior equipo. Fija las líneas generales con las bases para desarrollar una política lingüística. Ahora tenemos que marcar las prioridades. Hemos reunido al Consejo Asesor del Euskera y le hemos adelantado el trabajo que vamos a poner en sus manos: un nuevo plan de promoción de uso del euskera.
- ¿Cuáles son las prioridades?
- Echo en falta evaluar lo que se ha hecho. Llevamos 30 años de política lingüística, trabajando mucho e invirtiendo muchísimo. Hay que ver qué es lo que ha funcionado bien y lo que ha funcionado regular o mal. Ver el dinero que se emplea y los resultados que se obtienen. Se van a evaluar las ayudas. Seguro que hay proyectos y trabajos que dan mejor resultado que otros.
- ¿Qué va a hacer para impulsar el euskera?
- La prioridad es tener engrasada la maquinaria; poner a disposición de los jóvenes el mayor número de posibilidades de vivir en euskera. Sobre todo, en los temas relacionados con las nuevas tecnologías.
- ¿Por qué?
- Gran parte de la actividad de ocio y trabajo está relacionada con las nuevas tecnologías. Es importante que tengan esas herramientas en euskera. Necesitamos prensa escrita, cine, actividades de todo tipo. El Gobierno vasco debe seguir trabajando para poner eso al servicio de los ciudadanos.
- Muchos jóvenes aprenden euskera y luego no lo hablan.
- Eso ocurre en todos los países con lenguas minoritarias. El problema no es aprender el idioma, sino, una vez aprendido, qué hacen con la lengua. Por eso hay que tener engrasada la maquinaria, para que cuando vean algo que les interesa entren de forma natural. Alguien les dice «¡oye tío!, que hay un vídeo en YouTube en euskera». Lo ven, lo entienden y les encanta. Igual ocurre con la música. O se echan una novia que habla euskera y activan inmediatamente el idioma.
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