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:: JORGE SAINZ
Domingo, 27 de junio 2010, 13:27
SAN SEBASTIÁN. Jesús Eguiguren (Aizarna, 1954) aparece relajado, sonriente y hasta bromista. Nadie diría que viene de estar en el ojo el huracán tras los reproches del lehendakari y su partido, el PSE-EE, por pedirles que «incentiven» el debate interno de la izquierda abertzale y lideren un eventual proceso del fin del terrorismo que, insiste, está cerca.
- ¿Cómo se sintió cuando el lehendakari López le reprobó en el pleno del Parlamento vasco, con usted sentado en su escaño?
- Me sentí tranquilo. Cada uno sabe cuál es su papel. El lehendakari es el que establece la política y lidera el país y el partido. No sentí ninguna sensación de agravio ni desautorización. Simplemente la aclaración, que yo ya sabía, de que una cosa es una reflexión del presidente del partido y otra la política que hace el Gobierno. Y como mi reflexión no tenía ninguna pretensión de crítica a la labor del Gobierno, sino una labor complementaria, no me sentí especialmente mal.
- Pero tiene que ser una situación incómoda.
- Visto desde fuera es más incómoda, pero yo sabía que el lehendakari no tenía más remedio que decir lo que dijo. No me llevé sorpresa.
- ¿Cómo se encuentra de ánimo?
- Estupendamente, mejor que nunca, porque las polémicas me reviven un poco.
- ¿Se ha equivocado en algo?
- ¿Equivocarme? En política siempre es discutible la oportunidad y el momento de las cosas. Pero a medida que vayan pasando los días, y los hechos esperemos que vayan en la dirección que señalaba yo, quizás lo que ahora se ha visto como un momento inoportuno acabemos viéndolo como un momento que fue muy oportuno.
- Eso coincide con lo que auguran portavoces nacionalistas: que septiembre le dará la razón.
- La política no es matemática. Pero la reflexión de fondo de que entramos en un ciclo político nuevo en el que la izquierda abertzale está recorriendo un camino para desligarse del terrorismo o pararlo, estoy convencido de que es así. Me puedo equivocar, pero creo que los meses que vienen lo demostrarán, aunque estas cosas nunca suelen ser del todo claras y suelen tener contradicciones, con marchas atrás. Pero el camino de la izquierda abertzale es irreversible salvo que sean unos irresponsables sin visión de futuro.
- ¿Se puede mantener un discurso como éste después de tres treguas fallidas?
- Es que esta reflexión estaba circunscrita en un texto más amplio en el que se analizaba el proceso anterior, lo ocurrido después y lo que viene ahora. Quizá por eso se ha entendido menos, porque era algo más amplio. En el anterior proceso, Batasuna comprobó que perdió una oportunidad y que la siguiente vez tenía que ser de manera distinta. En eso radica la virtualidad de lo que estamos viviendo ahora. No hay ninguna negociación ni diálogo, sino una toma de posiciones unilateral por parte de la izquierda abertzale, porque han visto que procesos como el anterior son irrepetibles después de lo que ocurrió.
- ¿Ha tenido contactos informales con gente de Batasuna para lograr esta información?
- Cuando uno llega a unas conclusiones suele ser por algo, no por inspiración divina. Tengo contactos con gente de HB. Hay gente de HB que me para en la calle y me dice: 'oye esto va así, hemos tomado tal decisión'. Yo no lo voy buscando. Pero es que no hace falta ir a la selva o a París para tener información de lo que pasa en Batasuna. Luego cuenta también el conocimiento del país. La información que tengo, lo que me dice la experiencia y lo que yo creo que va a ocurrir me han llevado a esta convicción. Y como soy del Urola, cuando me entra una cosa en la cabeza, no ando con dudas.
- Se le ha acusado de poner la presión en el Gobierno vasco más que en Batasuna.
- Pensar que una reflexión mía va a influir en un sentido negativo en la evolución de la izquierda abertzale es no conocerles. Sus decisiones obedecen a otro tipo de factores más profundos, en el que se juegan su supervivencia en el futuro.
- ¿La actual política de López ayudará al proceso de la izquierda abertzale y a alcanzar la paz?
- Mi reflexión no pretendía cambiar la política del Gobierno español o el vasco, sino arrojar un poco de luz sobre la situación que estamos viviendo porque es confusa. No va a haber un 'día D' a partir del cual todo sea distinto, sino que será un proceso con grandes contradicciones e incomprensión por parte de los que no formamos parte de ese mundo. Trataba de llamar la atención sobre eso y plantear a López y Basagoiti que estén atentos y preparados para lo que viene.
- ¿Pero la política que está siguiendo el lehendakari va ayudar o no?
- Por supuesto, lo que está ocurriendo en Batasuna no es por casualidad, sino por cansancio, por la experiencia que sacaron en el anterior proceso, porque la Policía está desmantelando a ETA y en el País Vasco hay un Gobierno que combate la ideología que está detrás de ETA. Hay un camino muy eficaz y yo no lo ponía en cuestión. Mi planteamiento y éste son compatibles en cuanto a contenidos. En cuanto al tiempo es quizás donde ha chirriado la cosa. Ha sido un problema de inoportunidad porque por el momento en que ha salido se ha visto como si estuviera cuestionando la política del Gobierno. Pero mi intención no era ésa. No ha habido crisis interna en el partido.
- ¿Le ha decepcionado algún compañero tras las críticas?
- No me ha decepcionado nadie, más bien he tenido la sensación de que existe una cierta confianza en el presidente del partido, aunque no me fijo mucho en estas cosas.
- ¿A partir de ahora el partido puede perder la confianza en usted?
- No creo. Ya saben cómo soy y no es la primera vez que saco reflexiones que pueden parecer inoportunas. Pero tampoco soy un irresponsable. Sé hasta dónde se puede ir y hasta dónde no. Soy un militante bastante disciplinado.
Futuro de ETA
- ¿Le sorprendió la rotundidad del rechazo del ministro del Interior a sus tesis?
- Si yo fuera ministro hubiera hecho lo mismo. En la radio tuvimos un debate interesante en el que se vio que la única diferencia que teníamos era sobre la oportunidad o inoportunidad del documento. No ha pasado nada.
- Rubalcaba habla de tregua trampa. ¿El debate en ETA se centra entre los partidarios de una tregua táctica y los favorables a dejar las armas?
- Pensar que de un día a otro ETA va a decir 'nos hemos equivocado y ahí tenéis nuestras armas', eso no va a ser así. Será algo más complejo. ETA parará, pero justificándose en las peticiones de los mediadores internacionales y de la bases de la izquierda abertzale, que en teoría obligan a todas las organizaciones de la izquierda abertzale, ETA incluida. Tiene argumentos para anunciar un parón, aunque me imagino que tendrá un 'pero' y advertirán de que 'si pasa esto o lo otro' pueden volver. Y los parones de ETA son un equilibrio entre los que están convencidos de que hay que hacerlo y los que no están convencidos pero se avienen por razones tácticas. El cese definitivo de la lucha armada se jugará más adelante. El predominio de Batasuna y sus decisiones, los presos y sus familias, consolidarán posteriormente el parón que hagan ahora. No hay que ver el proceso como un día en el que dicen 'se acabó', sino que va a haber un trabajo por parte de la izquierda abertzale para que ese parón sea definitivo.
- ¿En estas condiciones que podría plantear ETA, se puede ser optimista?
- Hay que ser optimista. A veces nos olvidamos de lo que hemos vivido, décadas enteras sumidos en la desesperanza, donde el futuro era negro. Y ahora vivimos una situación con un año sin atentados, y con una izquierda abertzale con unos acuerdos en sus bases de que sólo avalarán medios democráticos.
- ¿Y por qué cree que esta vez va en serio?
- El proceso anterior falló porque Batasuna estaba supeditada a ETA. Pero con las últimas decisiones de sus bases, el que dirige la izquierda abertzale es Batasuna. Ésta es la garantía, entre comillas, porque nunca es total, de que esta vez salga bien. El proceso anterior habría salido bien si, como ahora, Batasuna hubiera tenido las ideas claras.
- ¿Y ve capaz a la actual Batasuna de arrastrar a ETA?
- Les veo convencidos y, sobre todo, es que no tienen otro remedio.
- Se dice que hay fricciones entre Batasuna y la organización terrorista.
- Habrá y las seguirá habiendo. Las bases que han apoyado a ETA son importantes y, si toman una decisión, tienen poder para llevarla adelante. Sin esas bases sociales, ETA no puede sobrevivir.
- Tasio Erkizia ha sugerido que ETA hará una «aportación positiva». ¿Qué gesto espera y para cuándo?
- No tengo ni idea. Pero para ellos una aportación positiva es cualquier cosilla. Tienen que ser cosas mucho más importantes. Convendría que ETA anunciara públicamente que va a parar.
- Se está elucubrando con una posible tregua este verano.
- Sólo sé que el camino es irreversible y que habrá paz en esta legislatura. Cuál será el camino, no lo sé. Cuando empezó la legislatura dije que López iba a ser el lehendakari que iba a lograr la paz; que el apoyo del PP al PSOE era un cambio fundamental; y que había movimientos en el nacionalismo radical. Entonces era arriesgado decirlo y ahora la única duda que tengo es que quizás se aceleren los acontecimientos.
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