Borrar
Alberto Contador celebra su victoria en Alpe d'Huez. :: AFP
El 'Alpe' de Alberto Contador
MAS DEPORTE

El 'Alpe' de Alberto Contador

El líder Brajkovic aguantó todos los ataques del ganador del Tour y tiene a su alcance la victoria en el Dauphiné El madrileño pone su nombre en la lista de ganadores de la mítica cima tras probar la solidez de su equipo

J. GÓMEZ PEÑA

Domingo, 13 de junio 2010, 05:09

A veces, tras las ventanas cerradas de un hotel se cuece una ilusión. Pasión ciclista a fuego lento en internet. El viernes, Alberto Contador le dedicó un rato antes de dormir, de soñar, a pedalear por la red. Tecleó 'Alpe d'Huez' y recuperó imágenes de Pantani, de Armstrong... «Después de ver esos vídeos, me acosté con ganas de hacer lo mismo», confesó. Colocó las 21 curvas del coloso alpino bajo la almohada. A recaudo. «Aún no estoy para alardes, pero me hacía ilusión». Con eso le bastó para que a partir de hoy cuando alguien busque en internet 'Alpe d'Huez' y 'ganador' aparezca su nombre en primer lugar. Aunque no pudo dejar atrás al líder, a Brajkovic, su victoria de ayer le mete en la lista de Coppi, Coppi, Zoetemelk, Herrera, Hinault, Etxabe, Bugno, Pantani, Armstrong o Mayo. Los nombres de Alpe d'Huez. «Recordaré siempre esta etapa». La red quedará como testigo. Contador cumple sus sueños. Dentro de veinte noches tecleará cuatro letras: 'Tour'. Le sobra almohada.

A otros les cuesta más alcanzar sus deseos. Óscar Puyol es ciclista e hijo de ciclista. De Juan, que anduvo en lo años ochenta con el KAS, el Colchón CR y el Kelme. Juan quería una profesión mejor para el chaval. Y se lo puso bien claro: «En el ciclismo por cada momento bueno hay cinco malos». No le hizo caso. Ayer, Óscar Puyol se metió en la fuga de Plaza, Di Gregorio, Egoi Martínez... En la escapada que subió el Glandon, esa carretera apretada por un bosque de verdad. El Glandon es un altar. Alto. En la cima hay tanto cielo por arriba como por abajo. Pujol luchó con Egoi Martínez por pasar primero. Y luego fue el que abrió la ascensión al Alpe d'Huez. Disfrutó de su momento bueno. Efímero. Arriba, ese instante se lo quedó Contador, el primero en llegar a la meta. Óscar llegó nueve minutos después. Ya se lo advirtió Juan, el viejo gregario del KAS. Uno bueno, cinco malos.

El corredor vallisoletano no sabía que internet corría en su contra, que la red había encendido la ambición de Contador. El madrileño azuzó a su equipo: la versión fiel del Astana. Con Noval, Navarro, De la Fuente y Jesús Hernández. Su cuadrilla. Mosqueteros. Todos para uno. Por ellos, la aventura del grupo de Pujol nació capada: empezaron el puerto final con apenas un minuto. Nada. Contador quería el 'Alpe' y también probar la firmeza de su tropa. «Estoy muy contento porque mis compañeros han demostrado un nivel grandísimo. Que anden así me da mucha tranquilidad», agradeció. Si el Astana funciona, su líder no tiene puntos débiles. «Yo ya sé cómo llegar al cien por cien al Tour», subrayó.

Aún no está a ese nivel. Y aun así gana. Cuando Jesús Hernández, su íntimo, su último gregario, dejó la carrera en media docena de corredores, sonó el cascabel de Contador. A nueve kilómetros del final. Alpe d'Huez desenrollaba sus curvas. Contador las enrollaba. De pie. Miró atrás. La función de sus ojos no era ver, sino asustar. Ya no estaban ni Menchov, desencanchado, ni Sicard, que acabó el decimotercero, superado al final por Samuel Sánchez. Sólo resistían Szmyd, Coppel, Van del Broeck, Brajkovic y Van Garderem, un chaval de 21 años, el americano alto que en 2009 ganó el Circuito Montañés. Un elegido. Subían juntos, pero todos solos. Brajkovic iba colgado de la sombra de Contador. Sonó el cascabel. El madrileño atacó una y otra vez. Ráfagas. «Todavía me falta ponerme a punto», contó.

El líder, a su estela

Brajkovic, equilibrado, le cogió siempre. Defendía su liderato. «Pero yo no quería la general, quería la etapa», repitió Contador. Lo que había soñado. No tecleó 'Dauphiné'. No soñó con eso la noche anterior. Y no logró soltar a Brajkovic. «Todavía tengo que trabajar el ritmo alto». Al 80% sólo el esloveno se sostuvo a su lado. «Me gusta llegar en solitario a la meta, pero todavía no estoy a punto». Llegó con el líder. Arriba, el Alpe d'Huez se alió con el madrileño. La meta había cambiado. No estaba como siempre en una recta llana, sino en una rampa. El puerto esperaba a Contador. Le colocó la alfombra adecuada. Al entrar se escuchó su disparo. Su gesto de victoria. «En este Dauphiné he ganado una contrarreloj y una etapa de montaña. Misión cumplida». A teclear: 'Tour'.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo El 'Alpe' de Alberto Contador