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Urgente Paso de gigante del Athletic hacia la Champions
Ha vuelto. Andrés Iniesta estuvo muy activo y 'regaló' a Villa el primer gol de la selección. :: AP
Iniesta asoma en Innsbruck
ARABIA SAUDÍ 2 ESPAÑA 3

Iniesta asoma en Innsbruck

El genio de Fuentealbilla recupera sensaciones en un amistoso que resolvió Llorente

JON AGIRIANO

Lunes, 31 de mayo 2010, 19:34

Sobre la bocina, con un gol de cabeza a saque de córner en el que Llorente demostró las razones que le han llevado al Mundial, España solventó ayer el trámite de su primer amistoso en el camino hacia Sudáfrica, un partido de poco vuelo, pachanguero y administrativo, disputado en el estadio Tivoli de Innsbruck, el lugar donde comenzó a cambiar la historia de la selección. Arabia Saudí fue más rival de lo que se presumía. O quizá es que España fue menos de lo que se esperaba. El caso es que 'La Roja' estuvo a punto de empatar con un rival menor y sólo la aparición del delantero de Rincón de Soto en esa versión de 'primo de Zumosol' que tan bien conoce la afición del Athletic hizo posible la victoria. Los chicos de Del Bosque, por cierto, la celebraron con mucha alegría. Todo un detalle de que son grandes: tienen una reputación que mantener.

Más allá de la baja calidad general del juego, el partido dejó algunas sensaciones muy positivas pensando en el porvenir de España. De ahí, quizá, la gran sonrisa con la que el seleccionador abandonó el estadio Tivoli. La principal, sin duda, fue el regreso de Andrés Iniesta, que dejó algunos detalles que no se le han podido observar en casi toda la temporada. Se mire como se mire, esto es un notición. Y es que el duende de Fuentealbilla es un futbolista clave para que España alcance la excelencia. Porque de eso se trata. Si quiere ser campeona del mundo, a la selección no le vale con rendir muy bien. Con eso no le llegaría: le acabaría ultimando en cualquier esquina, a partir de octavos de final, algún grupo de sicarios. Para evitar a esa gente sin escrúpulos y llegar a lo más alto, 'La Roja' tendrá que rozar la perfección en su estilo y, en esa empresa fascinante, Iniesta se antoja decisivo. De modo que fue un placer observar alguna de sus evoluciones durante la hora que estuvo sobre el terreno de juego.

Caraja inicial

De una de ellas llegó el gol del empate, en el minuto 30. Xavi vio a Iniesta por la izquierda y el manchego, tras controlar y perfilarse, le puso un balón estupendo a Villa. Fue curioso lo del asturiano. Remató mal -hizo el giro a destiempo y el balón le pegó en el otro lado de la cabeza-, pero le salió un remate perfecto. Es lo que tienen los grandes 'killers'. Matan de cualquier manera. No fue una tarde de grandes goles, la verdad. Casi todos fueron churretes o errores de bulto. El mayor, sin duda, el gol con el que se adelantaron los saudíes, pasado el cuarto de hora: una soberana cantada de Casillas -y de Piqué, se podría decir- en la salida de un córner. Aunque sorprendió, lo cierto es que el 1-0 no pudo ser más justo. Se merecían esa satisfacción los pupilos de José Peseiro, que en el minuto 8 ya habían desperdiciado una ocasión de oro en las botas de Al-Numari. O dicho de otra manera: merecieron ese toque de atención los españoles, que saltaron al campo con una caraja formidable. Su primera jugada, de hecho, fue una cesión terrorífica y premonitoria de Sergio Ramos a Casillas a los 17 segundos.

España no estaba para muchos ruidos y la presión adelantada de los árabes le hacía sufrir. Era algo parecido a una migraña. Casillas, Sergio Ramos, Piqué y Busquets eran los más doloridos. ¡Hasta Xavi falló un pase! Por fortuna, esa fiera determinación apenas les duró veinte minutos a los 'hijos del desierto'. En cuanto bajaron el ritmo, Piqué y Xabi Alonso comenzaron a encontrar a Xavi y el engranaje español comenzó a funcionar. Había en los movimientos de 'La Roja' un cierto tono reumático, inevitable en el primer amistoso, pero aún así fue suficiente para comenzar a crear ocasiones, lograr el empate y demostrar una superioridad total. Como le ocurre tantas veces, la autoridad de España se basó en su estricto sentido de la propiedad. Del balón, se entiende.

La segunda parte fue poca cosa. Xabi Alonso adelantó a España en un rebote y Arabia Saudí empató en otro en el minuto 73. El juego no dio para mucho, así que lo más interesante fue poner la lupa en los cambios de España, que incluyeron los debuts de Pedro y Javi Martínez. El navarro trasegó con su energía de costumbre y estuvo a punto de provocar un penalti en una entrada al área. El canario estuvo algo más tímido. Dejando a un lado la aportación decisiva de Fernando Llorente, el mejor de los nuevos fue Jesús Navas. Es cierto que no estuvo muy fino en los centros, pero fue un cuchillo por la banda derecha. Tiene toda la pinta de que va a acabar jugando muchos minutos en el Mundial. Y es que, a estas alturas, pocos futbolistas hay tan afilados como este sevillano singular, un caso curioso. Su ansiedad le ha llevado al psiquiatra, pero cada vez que salta a un campo parece meter los dedos en un enchufe.

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