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BOQUERINI
Miércoles, 19 de mayo 2010, 11:55
El director iraní Abbas Kiarostami aprovechó ayer el 'altavoz' del Festival de Cannes para leer una nota en la que exigió la liberación de su compatriota, el realizador Jafar Panahi, encarcelado desde marzo en Teherán por el régimen de los ayatolás por su apoyo a la oposición. Precisamente, Panahi inició el pasado domingo una huelga de hambre, según confirmó ayer su mujer, Tahereh Saeedi. El cineasta mantendrá esta medida de fuerza para exigir la defensa de un letrado, recibir visitas de su familia y su puesta en libertad incondicional a la espera de juicio.
Kiarostami aseguró ayer que «para todos los amantes del cine y la libertad, que un cineasta esté encarcelado resulta inaceptable». «No se puede ser indiferente ante este hecho, pero tampoco hay que perder la esperanza por ello», comentó. A su lado, a Juliette Binoche, la protagonista de su cinta, se le saltaron las lágrimas. «Cuando un artista está en prisión todo el arte está encarcelado», censuró.
A Kiarostami se le preguntó si no sentía miedo ante su apoyo a Panahi. «Nunca. El miedo no puede vencer a la voluntad de pedir su liberación, y espero que esto tenga una salida positiva». De hecho, el propio Kiarostami publicó el pasado 9 de marzo una carta en 'The New York Times' pidiendo tanto la liberación de Panahi como la de su otro colega Madmout Rasoulof, también encarcelado. «No puedo entender cómo una película que todavía no ha sido rodada puede ser considerada una amenaza», lanzó el cineasta persa, criticando al Gobierno de su país por «mantener una política de represión contra los realizadores independientes».
Jafar Panahi ganó en 2000 el León de Oro de la Mostra de Venecia con 'El Círculo' y seis años después cazó el Oso de Plata de la Berlinale con 'Fuera de juego'. El pasado febrero, y dentro de las celebraciones del 60 aniversario del Festival de Berlín, iba a ser una de las personalidades invitadas para participar en el encuentro especial sobre el cine iraní, pero las autoridades le impidieron salir del país y el 2 de marzo fue encarcelado. De hecho, estaba previsto que Panahi formase parte este año del jurado de Cannes.
Ante esta situación, los más grandes nombres de la cinematografía estadounidense firmaron un manifiesto en el que reclamaban la excarcelación de su colega. Entre ellos, apoyaron el texto Martin Scorsese, Steven Spielberg y Francis Ford Coppola, a los que posteriormente se sumaron Paul Thomas Anderson, Joel y Ethan Coen, Jonathan Demme, Robert De Niro, Curtis Hanson, Ang Lee, Terrence Malick, Michael Moore, Robert Redford, Paul Schrader, Steven Soderbergh y Oliver Stone, entre otros.
Incluso la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI) emitió un comunicado de protesta por el arresto de Panahi. «En nuestra opinión es una persona de honor que se ha ganado el más cálido de los respetos de cinéfilos y humanistas de todo el mundo. Lo que no es, en nuestra opinión, es un criminal. Y tampoco le puede ser negada la libertad por sus opiniones políticas. Consideramos su encarcelamiento como un crimen contra la democracia y los más básicos derechos del ser humano».
Su película no entusiasma
Estas reivindicaciones dejaron en un segundo plano la presentación del film de Kiarostami 'Copia conforme'. Es una película completamente occidental, coproducida entre Francia e Italia y protagonizada por la francesa Juliette Binoche y por el británico William Shimell.
Ambientada en la Toscana italiana, es una historia de pareja que transcurre prácticamente en tiempo real. Un escritor inglés acude a un pequeño pueblo italiano para presentar su nuevo libro, 'Copia conforme'. Allí se encontrará con una mujer que le propondrá una pequeña excursión a un pueblo próximo para ver un museo. Pronto la pareja entrará en un juego de apariencias y realidades.
Siguiendo las líneas de sus otros trabajos, el director presenta una historia rodada con largos planos secuencia y basada en la palabra y en los diálogos de los dos personajes. Es un filme en el que, o se entra en el juego que propone o el espectador está perdido. No entusiasma, pero el manejo de Kiarostami para jugar con los actores es notable. «Mis películas nunca pasan por la mediación de un relato o del arte de la literatura, sino por la realidad. Y en la existencia verdadera, la dimensión social y política está en todas partes», justificó el realizador.
Por su parte, Binoche se refirió en la presentación a las relaciones de pareja, núcleo dramático del filme. «El matrimonio es una pelea de incertidumbre, de desconfianza. Siempre surgen miedos, deseos frustrados, pero también hay momentos en los que se ama y se deja amar. Ésta es la base de mi personaje, que escruta su feminidad sin amaneramiento», describió.
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