

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
ENRIQUE ALCALDE
Jueves, 6 de mayo 2010, 04:42
El sueño del ascenso a LEB Oro sigue siendo complejo y muy, muy duro de cumplir, pero ahora ya va tomando forma. Una forma alimentada por la ilusión y especialmente por un equipo que ya se ha ganado el derecho a creer en él. En el cuarto partido de la serie, el Caja Rioja tumbó ayer de forma definitiva en el Palacio a un River Andorra que ha sido de todo menos un rival confortable. La victoria (82-77), con remontada final incluida, pone a los de Sala a sólo dos muros de ese sueño. Llegar a LEB Oro ya sólo será cosa de cuatro, y los riojanos son uno de ellos. La próxima parada es en Huesca.
No se puede hablar de un partido de 'play off' sin contar con la perspectiva de toda la serie. La que han enfrentado a Clavijo y Andorra ha deparado cuatro durísimos choques, resueltos en sus últimos minutos en mínimas diferencias. Han decidido los 'detalles'. El principal, probablemente, el desgaste: la profundidad del banquillo riojano ha pesado más, sobre todo en Logroño, que la del andorrano, más corto y muy justo físicamente.
De ahí que el dominio interior de los Santana ha marcado más que la influencia de los cañoneros exteriores andorranos; si bien los duelos individuales los han protagonizado los 'bajitos'. En los de casa, la casta de Mediano, Busciglio; Ott y Suárez en menor medida; y uno que acostumbra a aparecer cuando se le requiere: Holmes. Faltaban sólo dos minutos y el Caja Rioja perdía 70-71, tras haber levantado un 60-70. Chavis, errático toda la tarde (1/6 en triples llevaba), asumió la bola y enchufó el triple más caliente, pero fue anulado por personal de Santana en el bloqueo previo.
Triple al rojo vivo
No le importó al americano: en la siguiente posesión, desde la esquina, volvía a jugársela desde el 6,25. Si el anterior triple era caliente, éste ardía. Y entró. 73-71. El Palacio, significativa su respuesta en tan dificil horario vespertino (17.15), rugía de alivio.
La jugada culminaba un espectacular parcial de 13-1 (acabaría siendo de 16-1) con el que el Caja Rioja daba épica respuesta al no menos encomiable trabajo previo del Andorra. Los de Alfred Julbe se jugaron su última bala ayer poniéndolo absolutamente todo, incluyendo un Matalí lesionado y un Wolfram que ha jugado toda la serie cojo. A base de pundonor, aguantaron durante dos cuartos y medio el pulso de un partido calcado al del lunes en la dinámica del marcador (igualdad máxima), pero no en el juego, más espeso y con un Caja Rioja que ahora desesperaba desde el triple y lo fiaba todo su dominio interior, incluyendo varias segundas opciones. En el otro frente, emergía sin remedio Courtney Pigram, bien respaldado por Zamora.
El pescado empezó a venderse al final del tercer cuarto, cuando Wolfram, disminuido para el cuerpo a cuerpo, comenzó a explotar su muñeca desde fuera y abrió hueco (53-58, minuto 30). En el último parcial, Julbe desconcertó con su última gran sorpresa táctica: tres pívots abiertos (Wolfram, Fornás, Matalí). Se sumó el festival Pigram, para enmudecer al Palacio con 12 puntos consecutivos, la mayoría canastas inverosímiles. El 60-70 (minuto 36) en un choque tan apretado parecía marcar rumbo sin retorno hacia Andorra el viernes.
Pero no habrá viaje. Sala respondió en la pizarra con una falsa zona más persecución al '14' andorrano, y Mediano en el parqué con su arrojo. La suma salió bien. El Andorra se atragantó, también mentalmente y porque su depósito entraba en peligrosa reserva. Llegó el triple de Holmes y en su réplica, Pigram no estuvo ya a la altura. El Caja Rioja cerró filas atrás y ya no daría opción desde los tiros libres. El sueño sigue. El rival a batir ahora será el Huesca.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.