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Siete años de proceso y división
Sentencia del 'caso egunkaria'

Siete años de proceso y división

Los partidos vascos han afrontado el 'caso Egunkaria' desde diferentes puntos de vista

DAVID GUADILLA

Martes, 13 de abril 2010, 11:54

Más de siete años han transcurrido desde que el juez Juan del Olmo impidiera, el 20 de febrero de 2003, la publicación de Egunkaria hasta que la Audiencia Nacional ha absuelto a los cinco directivos que continuaban procesados y ha concluido que clausurar «un medio de comunicación es de dudosa constitucionalidad». Durante este periodo, los principales partidos vascos han convertido el caso en un nuevo campo de enfrentamiento, tal y como se evidenció apenas 24 horas después del cierre del diario.

El viernes 21 de febrero había pleno en el Parlamento. Se trataba de una sesión centrada en temas sectoriales. A pesar de ello, Egunkaria acabó por acaparar el centro del debate. Los representantes de Sozialista Abertzaleak -la denominación de Batasuna- arremetieron con dureza contra los del PP. La tensión alcanzó su punto álgido cuando Joseba Álvarez se aproximó al escaño de Carlos Iturgaiz para dejarle un ejemplar de Egunero, el diario de 16 páginas que los trabajadores de Egunkaria habían logrado sacar a la calle, momento que recoge la fotografía que ilustra esta página. El entonces presidente del PP vasco lo arrojó al suelo y exigió al dirigente abertzale que se marchase. Carmelo Barrio le gritó: «Eres un asesino». Jone Goirizelaia, por su parte, llamó «fascistas» a algunos miembros del PSE, que también respondieron con insultos.

Era 2003. Diez días antes, ETA había asesinado a Joseba Pagazaurtundua. La crispación era máxima. Sin embargo, enseguida comenzaron a notarse ciertos matices en la interpretación del caso. Por un lado, las formaciones nacionalistas y Ezker Batua han defendido de manera pública la inocencia de los procesados y la ilegalidad del cierre. En estos siete años, por ejemplo, el PNV y el Gobierno de Juan José Ibarretxe apoyaron de manera pública manifestaciones en favor del diario, incluso con declaraciones de alto voltaje. «Es una medida propia de estados totalitarios», dijo en su momento Joseba Egibar.

En el lado opuesto se situó el PP. La clausura del diario se produjo con José María Aznar en La Moncloa y con Iturgaiz y Jaime Mayor Oreja al frente del partido en el País Vasco. Su mensaje no daba lugar a equívocos. «Egunkaria es una tapadera de ETA disfrazada de periódico», sostuvieron los populares en el Parlamento el 7 de marzo.

Una sesión en la que el PSE evidenció que quería moverse en un difícil equilibrio: defender la presunción de inocencia de los acusados dejando entrever que no apoyaban el cierre del diario -Ramón Jáuregui ya había calificado la medida de «sorprendente porque no se le consideraba (a Egunkaria) en la órbita del terrorismo»-, pero pidiendo respeto a las decisiones judiciales. En aquel pleno, el tripartito y Batasuna reclamaron su reapertura «inmediata» y que se investigasen las supuestas torturas a varios detenidos, el PP -entonces principal partido de la oposición en Euskadi- defendió la vinculación del periódico con la banda terrorista y el PSE -ya liderado por Patxi López-, que se aclarasen la razones de una decisión «tan grave».

«Presunto terrorista»

Esta reparto de papeles se ha repetido de manera insistente durante siete años. El 17 de marzo de ese mismo año, Martxelo Otamendi, director de Egunkaria, compareció en el Parlamento para explicar los supuestos malos tratos recibidos a manos de las fuerzas de seguridad. Los nacionalistas le mostraron su solidaridad, Rodolfo Ares dijo que «de ser ciertas» las imputaciones la Justicia deberá «depurar responsabilidades» y Carlos Urquijo le acusó de «presunto terrorista».

El último episodio se produjo el pasado 25 de febrero, cuando el PSE -ya al frente del Gobierno vasco- apoyó en el Parlamento, junto al PNV, Aralar y EB, una proposición en la que «deseaba» la absolución de los procesados, y que contó con el rechazo del PP y UPyD. Urquijo habló de «gravísima injerencia en el Poder Judicial». José Antonio Pastor le respondió que estaba «sujeto a 'tics' del pasado».

Pero quizá el gesto más simbólico de apoyo socialista a los procesados de Egunkaria fue el 2 de octubre de 2009, cuando López invitó a Juan Mari Torrealdai a un acto preelectoral. Y el ex presidente del consejo de administración de Egunkaria aceptó.

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