Síntomas de recuperación

Ni la actuación arbitral pudo arrebatar una victoria, a priori cómoda, pero que con las decisiones de los colegiados y el buen acierto inicial de los madrileños costó más de lo previsto. El Naturhouse aprovechó una segunda parte de buen balonmano para sentenciar a un equipo venido a menos en el partido, pero que no bajó los brazos, consiguiendo, incluso, establecer un parcial de 0-5 en los diez últimos minutos, maquillados por un inmenso golazo de Víctor Vigo que puso el definitivo 30-24 en el marcador. Con la victoria de ayer, el Naturhouse se redime de la mala imagen dada en la Copa en Antequera y recupera algo del crédito perdido contra el Lábaro Toledo en Asobal.

Comenzó más inquietante el Alcobendas. Saltó decidido a poner puntos de por medio en su lucha por eludir el descenso. El Naturhouse, algo más frío, se veía frenado por el ímpetu visitante, sobre todo con un Víctor Tremps que hizo mucho daño en los primeros compases. A pesar de todo, Gregor Lorger, sensacional, evitaba una distancia mayor para los madrileños.

A pesar de todo, y pareciendo increíble, el Naturhouse marchaba por detrás del marcador. Los papeles de los favoritos se habían intercambiado. Los rápidos contragolpes del Alcobendas infligían un cansancio excesivo en una plantilla demasiado tocada y que ha acusado su participación en tres competiciones -la pasada semana, los franjivinos disputaron la Copa del Rey, y afrontan ahora dos semanas de trabajo extra, con los cuartos de final de la Copa EHF-.

Sin embargo, no reaccionó tarde el Naturhouse. Romero adelantó a los riojanos (6-5). Una ventaja que ya no volvería a perderse durante todo el encuentro. El tercer parcial se cerró con 7-6 y buenas sensaciones. La motivación de los locales, la de sumar cuantos puntos sean posibles, antes de su Tourmalet particular -visitan la próxima semana al Ciudad Real y aún deben enfrentarse a Ademar, Portland y Barcelona- se antojaba suficientemente importante como para ver otra cara a los de Jota González. Seguros de las acciones, llevando a cabo una férrea defensa, un 5-1 letal para el Alcobendas, castigada en exceso por los colegiados, los riojanos metieron una marcha más. Anularon a Pesic y Dukic.

Imprecisiones visitantes

El conjunto dirigido por Rafa Guijosa lo acusó. Comenzó a perder balones, a cometer imprecisiones, que fueron aprovechadas por los jugadores locales para hacer lo que más les gusta, robar y salir en carrera hacia la portería rival. No sólo los extremos, sino también un sensacional Tioumentsev, que dejó muestras de calidad, con penetraciones hasta seis metros, resueltas con fintas y lanzamientos que parecían imposibles.

El público del Palacio se convirtió entonces en un jugador más. Sufría los errores arbitrales, relanzaba al Naturhouse, imprimía de fuerza a un equipo que se vino arriba, que volvió a ofrecer la maestría de un sistema defendido con uñas y dientes por Jota González.

Dos goles seguidos de Juárez y del propio Tioumentsev establecieron la mayor diferencia del partido mediado el segundo tiempo (27-17, m. 47). Entonces, el Naturhouse se relajó. Sus jugadores quizá pensaron más en el partido de Dunkerque y el Alcobendas lo aprovechó para recortar distancias con cinco tantos consecutivos (28-23).

Pero la victoria ya no peligraba. El Naturhouse había recuperado su estilo. Ahora de lo que se trata es de mantenerlo hasta final de liga.