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JOSÉ MARI REVIRIEGO
Jueves, 18 de marzo 2010, 03:42
La izquierda abertzale radical desoyó ayer el clamor expresado por partidos y agentes sociales contra el último crimen de la organización terrorista y las exigencias para que los herederos de Batasuna se sumen sin ambigüedad a las voces que reclaman el fin de la violencia. A última hora de la tarde, difundió un comunicado firmado por Ezker Abertzalea para expresar, en un lenguaje medido, su «pesar por la muerte» del policía Jean-Serge Nérin, tiroteado por un comando en las cercanías de París. «Pese a tratarse de un hecho fortuito y no una acción premeditada de ETA, no hay que restar gravedad a lo acontecido», sostiene en el texto, en el que dice «lamentar» el fallecimiento del brigada, término ya empleado en anteriores atentados mortales.
La izquierda ilegalizada aprovechó el asesinato para recordar que «sucede a la aparición» en un hospital de Toulouse del cadáver del militante de ETA Jon Anza, que se hallaba en la morgue del centro desde mayo pasado sin que hubiera sido identificado. Pese a que el informe preliminar dictamina que Anza falleció de muerte natural, el comunicado resalta las «manifiestas sospechas que inducen a situarla en un caso de guerra sucia».
Ligaron «ambos hechos» que, a su juicio, estarían «enmarcados en una realidad de conflicto cuya superación es una prioridad» para la izquierda abertzale. No hubo crítica expresa a la práctica de la violencia ni una petición para impulsar la desaparición de la organización terrorista, como esperaban los partidos.
En medios políticos sólo se aprecia una ligera novedad en la respuesta dada ayer por el mundo heredero de Batasuna a un asesinato de ETA, en un momento en el que crecen las voces de los más posibilistas para desvincularse de la tutela de la banda. En el texto se abogó por «consolidar el proceso democrático» tras el debate interno llevado a cabo por sus bases, del que recordó la apuesta por los «medios políticos en ausencia de todo tipo de violencia». En este contexto, la izquierda abertzale realizó un llamamiento a ETA. Le instó a «tomar compromisos claros», al igual que a «los Estados español y francés», y subrayó que «debería ratificarse en su posición favorable al desarrollo de un proceso democrático, expresada en su comunicado de enero». No obstante, ETA descartaba entonces, en pleno trasiego de comandos por Portugal, que una tregua contribuyera a esa distensión.
Con anterioridad a esa respuesta de la izquierda abertzale ilegalizada, el concejal de ANV en la localidad navarra de Huarte Santi Kiroga evitó en una comparecencia pronunciarse sobre el asesinato de Jean-Serge Nérin, al que se refirió como «acontecimiento de los últimos días», y se reafirmó en la «necesidad de articular un proceso democrático sin violencia ni injerencias externas». Como en la declaración de Alsasua, ni una mención a ETA y menos, una reprobación al terrorismo. De hecho, ANV de Pamplona votó en contra del texto de condena que aprobó el Ayuntamiento.
«Una respuesta nueva»
Y eso, a pesar de la repulsa unánime que suscitó el crimen. Pero con una novedad: partidos y plataformas sociales vascas exigieron a la izquierda abertzale radical que exprese su condena para certificar que la apuesta por las vías políticas es seria. Una clave la dio Lokarri, colectivo que sigue muy de cerca esa reflexión y que ha respaldado movilizaciones a favor de los presos y de la acumulación de fuerzas soberanistas. Generada «una expectativa de paz y soluciones», la red ciudadana por el acuerdo y la consulta consideró que es el momento de que ese mundo confirme su distanciamiento de ETA con un gesto inédito: «La respuesta que se dé a este asesinato debe ser también nueva, superando los esquemas y fórmulas del pasado».
El lehendakari exigió a la izquierda radical que «abandone la ambigüedad» y rechace la violencia. Patxi López reclamó a los herederos de Batasuna que dejen de «utilizar malabarismos para ocultar la condena rotunda» si pretenden volver a presentarse a unas elecciones: «Tenéis que trabajar con la democracia para terminar con ETA o estaréis fuera de la democracia y la política. Tenéis que escoger, pero escoger ya». Anoche, en RNE, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, consideró «decepcionante» la reacción de la izquierda abertzale, a la que acusó de «refugiarse en términos del pasado».
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