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MARÍA JOSÉ CARRERO
Miércoles, 17 de marzo 2010, 08:24
«Que se aclare todo, sin ningún secretismo. Tenemos un gran dolor». El director del colegio San Viator de Vitoria, Alberto Elgoibar, afrontó ayer con entereza las preguntas de alumnos, padres, profesores y periodistas sobre José Ángel Arregui Eraña, un religioso vitoriano detenido en Chile por almacenamiento de material pornográfico infantil. En España, está acusado de filmar sus abusos a unos quince alumnos de colegios que su congregación tiene en Vitoria, Basauri y Madrid.
El verano pasado, la brigada de la Policía chilena que se encarga de investigar la delincuencia en Internet se percató de la descarga de varios archivos de contenido pedófilo en un ordenador de una residencia de profesores situada al norte de Santiago y vinculada a la orden Clérigos de San Viator. La localización del presunto pederasta fue sencilla. Bastó con estudiar el ordenador de uso común del centro para encontrar una carpeta a nombre de 'José Ángel' en la que el religioso había guardado fotografías y vídeos pornográficos que después había borrado. Al verse descubierto, él mismo entregó a los agentes un número importante de ficheros «de durísimo contenido», según los investigadores. El 14 de agosto, el religioso español ingresó en una cárcel de la capital chilena, donde permanece de forma preventiva hasta que concluya la investigación y se fije la fecha de celebración del juicio.
Entre este material, que la televisión del país andino cuantificó ayer en «400 horas de vídeos de contenido sexual protagonizado por niños», los policías encontraron diferentes grabaciones en las que aparecían el propio religioso y menores con acento español. Este detalle llevó a los agentes chilenos a contactar con la Guardia Civil en noviembre pasado. En estos momentos, juzgados de Vitoria, Bilbao y Madrid tienen abiertas diligencias para investigar los supuestos abusos cometidos con menores de los colegios situados en las dos capitales, así como en el centro San José de la localidad vizcaína de Basauri. El próximo día 24, Arregui Eraña tiene una cita con el juez madrileño, que le tomará declaración por videoconferencia.
Los presuntos delitos de pedofilia se llevaron a cabo en un periodo temporal bastante amplio, ya que el religioso estuvo destinado en el colegio vitoriano los cursos 1993-94 y 1994-95. Durante el año académico 1997-98 impartió clases en Basauri y más tarde recaló en Madrid. En todos los casos ejerció de profesor de Educación Física, Lengua y Religión. Y en todos los casos, el argumento para desnudar a los menores era el mismo: tomarles mediciones periódicas porque estaba preparando una tesis sobre el cuerpo adolescente. Para ello, colocó cámaras en diferentes instalaciones de los colegios -gimnasio, aula de informática, vestuarios o duchas-, donde convocaba a los menores, de edades comprendidas entre los 12 y 14 años, para realizar diferentes mediciones y, de paso, llevar a cabo los abusos.
En América desde 2008
El 7 de noviembre de 2006, el profesor Arregui leyó en la facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid su trabajo, titulado 'El crecimiento físico en la adolescencia y su flexibilidad y su medición'. Obtuvo el doctorado cum laude en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, una titulación que le abrió las puertas de la Universidad. En enero de 2008, llegó a Chile para impartir clases de su especialidad en la Universidad Santo Tomás de Santigo, vinculada a su orden religiosa. Sólo año y medio después, la Policía de este país latino estaba tras su pista.
Representantes de la congregación Clérigos de San Viator aseguraron ayer que la marcha del supuesto pederasta a América no guarda relación alguna con posibles sospechas sobre su actuación delictiva. Los directores de los colegios de Vitoria y Basauri aseguraron que nunca les llegó ninguna denuncia en este sentido. El actual responsable del centro alavés Alberto Elgoibar, comentó a EL CORREO que «se da la circunstancia de que yo era el director durante los dos cursos que dio clases aquí. Nunca nos dijo nadie nada. Ni se me podía pasar esto por la cabeza», señaló afligido.
El responsable educativo mostró la disposición de su orden religiosa a llegar hasta el final, porque «esto es un palo fuerte para nuestro proyecto educativo». Elgoibar añadió que su colegio ha colaborado activamente con la Policía judicial para identificar los lugares que salen en las cintas de vídeo. En la misma línea se pronunció la dirección de la Comunidad de Viatores en España. En un comunicado, colgado de su página web y en las de todos los centros, relata la sucesión de hechos, muestra su «consternación» y expresa su intención de colaborar «plenamente» para facilitar su esclarecimiento.
Asimismo, anuncia que, una vez concluida la investigación, expulsará al religioso si se verifica «algún hecho delictivo» porque «cualquier delito contra la libertad sexual supone una grave alteración del orden moral y un repugnante atentado contra la dignidad humana, y lo es aún más en los casos en los que afecta a menores», agrega. La Congregación se ha personado en el caso como posible perjudicada, «con el fin de tener acceso al procedimiento», comentó el abogado que lleva el caso en Madrid, Ignacio Peláez.
Los padres piden prudencia
Desde que tuvo conocimiento de las denuncias, la congregación religiosa ha mantenido en todo momento informada a la comunidad educativa que conforman sus centros, esto es, padres y profesores. Esta versión ha sido corroborada por la asociación de padres de Vitoria. Su presidenta, Marta Olea, declaró que «el colegio ha actuado con mucha transparencia. La noticia nos preocupa muchísimo por cuanto tiene de publicidad negativa. Como los hechos ocurrieron hace más de quince años, vamos a encarar esto con prudencia», declaró a Francisco Góngora.
En el patio del colegio, la noticia supuso un gran revuelo. Una madre que esperaba a su pequeño reveló que fue alumna de José Ángel Arregui en Mondragón durante tres años. «Era muy severo y correcto, buen profesor. No actuaba de manera especial. Estamos muy tocados desde que nos hemos enterado. Entonces yo tenía 14 años».
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