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M. DEL MAR SICART
Lunes, 22 de febrero 2010, 03:33
El escultor riojano Juan San Miguel (Logroño, 1976) ha expuesto su más reciente obra en la Feria Internacional de Arte Moderno y Contemporáneo, Art Madrid, que ha celebrado su quinta edición con la presencia de 65 galerías nacionales e internacionales y que ayer cerró sus puertas.
Art Madrid es una feria dirigida especialmente a coleccionistas de arte contemporáneo y tiene un carácter complementario respecto a otras ferias, como Arco, contribuyendo a convertir Madrid en la capital internacional del arte durante el mes de febrero. La feria acoge cada año a más de 35.000 visitantes. El evento refuerza, de esta forma, su compromiso con el arte español contemporáneo y renueva su apoyo a los artistas y galerías emergentes de nuestro país.
«Pero a estas ferias no se acude con la simple intención de vender. No se trata de eso. Art Madrid me ha supuesto la oportunidad de conocer artistas, intercambiar opiniones, participar en proyectos futuros», asegura. San Miguel accedió a esta muestra gracias al apoyo de la 'Galería Tizas' y de su director Fernando Fernán Gómez, hijo del actor Fernando Fernán Gómez, quien vio su trabajo por Internet.
El artista reconoce que se formó a base de dibujo de modelos y de anatomía clásica y que toda su obra parte de la figura humana. A la exposición de Madrid llevó cinco esculturas femeninas. «Es el punto de arranque para luego aportar algo al mundo del arte. No sé si podemos hablar de una escultura figurativa, porque también hay cierto punto de abstracción. Yo creo que mi obra se sitúa a mitad de camino, entre lo figurativo y lo abstracto», señala el joven artista.
Pero las piezas de San Miguel no presentan el ideal de la figura humana. Se basa en un modelado anatómico lo más perfecto posible, desde el punto de vista académico, para luego deformarlo, tanto horizontal como verticalmente. Si se deforman en sentido horizontal, recuerdan vagamente las obras de Fernando Botero y, si lo hace verticalmente, a Alberto Giacometti. «Esta vez presenté una deformación horizontal. Son deformaciones grotescas de personajes con mucho volumen. También es una excusa para yo modelar y disfrutar con esos volúmenes. Las llamo Abundancias».
Modelando el barro
Los primeros pasos de San Miguel en el mundo del arte se remontan a su infancia, cuando comenzó a modelar el barro. Ya adulto, aprendió dibujo con Demetrio Navaridas y escultura en la Escuela de Cerámica de La Rioja, con María Pilar Uruñuela. En el año 1999 se marcha a Madrid a estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas y Diseño de La Palma, donde aprendió el oficio de la talla, del modelado, del vaciado y otras técnicas que desconocía.
En Madrid conoció a un escultor francés con quien estuvo en Normandía, durante cuatro veranos seguidos, adquiriendo conocimientos sobre fundición africana. «Esto supuso un avance en mi trabajo porque me permitió realizar las fundiciones y experimentar con ello. Pasé un poco a controlar el proceso desde el dibujo hasta el vaciado final en bronce».
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