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OLATZ BARRIUSO
Domingo, 14 de febrero 2010, 04:01
Ezker Batua apostó ayer por la única salida realista que le quedaba, la unidad, tras la debacle electoral que colocó a la formación de izquierdas al borde del abismo al ver reducido su porcentaje a un pobre 3,51%. Tras la dimisión de Javier Madrazo como coordinador general y su sustitución por Mikel Arana -aunque Madrazo permanece en la organización en el nuevo cargo de presidente-, EB midió su capacidad de reacción ante el riesgo de desaparecer del mapa político, como colofón del intenso debate en las asambleas que desembocó en la ponencia aprobada ayer. Un texto que, según la nota oficial de EB, apuesta por «relanzarse» como una «izquierda social, anticapitalista, republicana y federal», capaz de «recuperar» la confianza de la ciudadanía.
A pesar de las enconadas rencillas internas que enfrentan a las distintas 'familias', el consejo político logró que 102 de sus 103 miembros -hubo una abstención- votasen a favor de una 'hoja de ruta' que, aunque autocrítica, rebaja considerablemente las tesis de los más rupturistas, incluido Arana, y se puede interpretar como una victoria de los afines a la línea del ex coordinador general. «Un aterrizaje suave», resume uno de los miembros más críticos del consejo, que confía, no obstante, en que el documento avalado por unanimidad sirva para ir configurando una «nueva mayoría» que desemboque en un cambio de modelo interno, acabe con los «cesarismos» y dé paso a un «liderazgo mucho más colegiado y plural».
Balance del tripartito
En todo caso, con cuarenta representantes, el sector mayoritario, que niega que Madrazo ejerza de líder en la sombra, supo jugar sus cartas frente a un Arana partidario de censurar muy duramente la etapa en los tripartitos de Ibarretxe, que llegó a calificar de «trampa», además de «revisar» desde ya los pactos de gobierno en los que participa la formación, entre ellos el apoyo al alcalde Iñaki Azkuna. El grupo más numeroso aprovechó la apuesta por «potenciar lo que nos une» de los comunistas de EPK -considerados como el fiel de la balanza y cuyo posicionamiento a partir de ahora, de uno u otro lado, marcará el rumbo práctico de la organización- para sacar adelante una ponencia 'a la búlgara', algo inédito en EB, e indicativo del momento que atraviesa.
Los menos rupturistas lograron que el texto valore «positivamente» la labor desarrollada por Madrazo y su equipo en Vivienda -recuerda las leyes del Suelo, de Memoria Histórica, de Cooperación al Desarrollo y de Parejas de Hecho-, si bien sí se reconoce que EB se vio «supeditada» a «políticas ajenas a su perfil programático» que apoyó «por lealtad gubernamental». Admite también que la identificación «con el derecho a decidir desde la óptica nacionalista» influyó en el batacazo electoral, igual que «el debilitamiento» de su imagen de «izquierda alternativa y transformadora», la «polarización propiciada por PSE y PP» e incluso el papel de los medios.
EB, que quiere reforzar su vinculación con IU federal, descarta alianzas globales con otros partidos. pero no renuncia a a pactos «puntuales» en el ámbito local siempre que se basen en «programas izquierdistas». La ponencia suaviza las reivindicaciones del sector aglutinado en torno al coordinador general para revisar las actuales coaliciones -los más críticos pedían incluso romperlas- y defiende simplemente marcar perfil propio y diferenciado en las instituciones. Además, la Presidencia constituirá una comisión electoral en un mes y promoverá la participación de la militancia y una conferencia que elabore el eje del programa para los próximos comicios.
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